Efecto de la obesidad y del índice de masa corporal sobre la función renal tras el trasplante
- Martín Salvador, Adelina
- Inmaculada García García Director/a
- Rafael Fernández Castillo Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 15 de noviembre de 2019
- María José Aguilar Cordero Presidente/a
- Germán Prados García Secretario/a
- Rui Filipe Lopes Gonçalves Vocal
- Mercedes Rizo Baeza Vocal
- Gabriel Aguilera Manrique Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La enfermedad renal crónica (ERC) afecta a cerca del 10% de la población mundial. De los 4 millones de personas con ERC en España, 25.852 viven por un trasplante renal. El éxito de éste aumenta la calidad de vida del paciente y disminuye el riesgo de mortalidad. La obesidad es un grave factor de riesgo para el deterioro de la función renal. El 50% de los candidatos a trasplante renal en España, son obesos o tienen sobrepeso. El índice de masa corporal (IMC) elevado está asociado a complicaciones tras el trasplante, como son: infecciones e dehiscencia de la herida quirúrgica, función retardada del injerto y rechazo agudo, llegando a la pérdida del injerto y disminuyendo la supervivencia del paciente. El objetivo general de la tesis es identificar la influencia de la obesidad y el IMC sobre el funcionamiento del injerto renal y los factores de riesgo asociados en los 5 años postrasplante. Para ello se realizó un estudio longitudinal observacional con una muestra de 500 pacientes trasplantados renales. Se recogieron datos antropométricos (altura y peso), datos analíticos (colesterol total, LDL, HDL y triglicéridos) y se estimó el filtrado glomerular mediante la fórmula de Cockcroft-Gault, el aclaramiento de creatinina sérica y la ecuación MDRD durante los 5 años postrasplante. Los resultados obtenidos muestran que a los cinco años postrasplante renal el 65,4% de los pacientes presentan sobrepeso u obesidad y un aumento de los componentes del perfil metabólico. Además, los valores de creatinina sérica tienden a subir a medida que aumenta el IMC. Un elevado IMC se asoció a un retraso en la función renal. Por otro lado, el colesterol, los triglicéridos, la hiperglucemia y la hipertensión arterial fueron determinantes de la función retrasada del injerto y la nefropatía crónica, afectando a la supervivencia del injerto y del paciente. Se pudo observar como la prevalencia del síndrome metabólico fue mayor en hombres que en mujeres, mientras que el IMC fue al contrario. También se observó que los hombres trasplantados con síndrome metabólico tienen más probabilidades de desarrollar menores tasas de filtrado glomerular que las mujeres. En conclusión, los datos obtenidos en esta tesis muestran que un IMC elevado aumenta significativamente las complicaciones postrasplante, dando lugar a la pérdida del injerto. Un aumento de los componentes del síndrome metabólico tiene una correlación significativa con la disfunción renal. Una buena educación sanitaria, para controlar el IMC en los receptores del trasplante renal, influiría directamente en la supervivencia del injerto y del paciente a largo plazo. Chronic kidney disease (CKD) affects around 10% of the world’s population. In Spain, there are 4 million people with CKD, of whom 25.852 live thanks to a kidney transplant. A successful transplant increases the patient’s quality of life and decreases the mortality risk. Obesity is a serious risk factor of the deterioration of the kidney function. 50% of candidates to a kidney transplant in Spain, are obese or overweight. A high body-mass index (BMI) is associated to complications after transplant, such as: infections and surgical wound dehiscence, delayed graft function and acute rejection, reaching the graft loss and decreasing the patient’s survival. The objective of the thesis is to identify the obesity and the BMI influence on the functioning of the renal graft and the associated risk factors in the 5 years after transplantation. To this end, a retrospective study was made with a sample of 500 kidney transplant patients. There were collected body measurement values (height and weight), analytical information (total cholesterol, LDL, HDL and triglycerides) and the glomerular filtrate was estimated using the Cockcroft-Gault formula, the serum creatinine clearance and the MDRD equation during 5 years after transplantation. The results obtained show that five years after kidney transplant, 65.4% of patients are obese or have overweight, and show an increment of the metabolic profiling components. In addition, serum creatinine value tends to rise as the BMI raise. A high BMI is associated to a delay in kidney function. Furthermore, cholesterol, triglycerides, hyperglycemia and the arterial hypertension were determinants of delayed grafts function and the chronic kidney disease. It was noted that the prevalence of the metabolic syndrome was higher in men than women, while the BMI was quite the opposite. Also, it was observed transplanted men with metabolic syndrome have more probabilities to develop lower glomerular filtration rates than women. In conclusion, the data obtained in this thesis show a high BMI rises significantly the post-transplant complications, leading to graft loss. A metabolic syndrome components increasing have a significant correlation with the renal dysfunction. It is necessary a good health education to control the BMI in the kidney transplant patients, would directly influence long-term graft and patient survival.