Influencia de variables ambientales en el sobrepeso y la obesidad infantil
- Vicente Gil Guillén Director
- Ernesto Cortés Castell Codirector
- Mercedes Rizo Baeza Codirectora
Universidad de defensa: Universidad Miguel Hernández de Elche
Fecha de defensa: 20 de julio de 2016
- Mercedes Juste Ruiz Presidenta
- Antonio Palazón Bru Secretario/a
- Manuel Lillo Crespo Vocal
- María Amparo Sánchez Fideli Vocal
- Ana Noreña Peña Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Introducción: El estudio de la obesidad en el niño es un reto importante debido a su incremento general en épocas recientes que ha provocado la puesta en marcha de medidas preventivas. Varios grupos de expertos han recomendado el IMC relacionado con la edad y el sexo como el mejor parámetro antropométrico para la evaluación de la obesidad en los niños y adolescentes entre 2 y 18 años, con este fin surge como nueva vertiente el puntaje Z. La prevalencia de obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública. Según la OMS, en 2010 alrededor de 43 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso. A nivel nacional el último estudio realizado, el estudio ALADINO, cifraba la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en el 35% en estos menores. Además, la obesidad infantil, al igual que en el adulto, está asociada con diversas comorbilidades a largo plazo. Desde el nacimiento y a lo largo de la vida, los principales factores relacionados con el desarrollo de esta patología son la dieta y la realización de ejercicio físico o la inactividad física que realice el niño, por encima de la susceptibilidad genética. El objetivo del presente trabajo es describir y analizar factores relacionados con la situación de sobrepeso y obesidad en la edad infantil (niños/as de 2 a 7 años) en una pequeña población (Rafal) de la provincia de Alicante. Material y métodos: Se realizó un estudio descriptivo con análisis cuantitativo en niños de 2 a 7 años en el municipio de Rafal (Alicante). Se recogieron las siguientes variables antropométricas: peso, talla, perímetro de cintura y pliegues cutáneos (bicipital, tricipital, subescapular y suprailíaco). Así mismo, se incluyó la toma de tensión arterial sistólica y diastólica. Se calcularon el IMC y sus puntuaciones Z-Score acordes a la edad y el sexo del menor y el índice cintura-talla. Así como, el porcentaje de grasa corporal a partir de los pliegues cutáneos. La ingesta alimentaria se midió con un recordatorio de 24h y el test Kidmed para medida la adherencia a la dieta mediterránea. La actividad física se medió mediante la colocación de actímetros o acelerometros Actigraph GT3X en la cintura de los niños. Se clasificó a los niños en función del Z-score del IMC, el índice de cintura-talla, el porcentaje de grasa corporal total, los percentiles de presión sistólica y los cuartiles de la actividad física realizada. El protocolo del presente trabajo fue aprobado por el comité de ética de la Universidad de Alicante antes de su inicio, los padres o tutores de los menores firmaron un consentimiento informado previa participación en el estudio y se garantizaron los principios de confidencialidad en todo momento. Resultados: La prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad fue del 26%. El porcentaje de grasa corporal obtenido con la fórmula de Hoffman mostró la mejor correlación con el estado nutricional de los niños según el Z-Score del IMC. Del mismo modo los pliegues cutáneos presentaron una relación significativa con el estado nutricional de los menores. El índice cintura-talla también presentó un buen nivel de correlación frente al Z-Score del IMC. El estado nutricional de los preescolares se relacionó de forma significativa con la tensión arterial (sistólica y diastólica), el porcentaje de grasa corporal y la obesidad abdominal mediante índice cintura-talla, pudiendo clasificar estas variables como predictores del síndrome metabólico. Se encontraron los siguientes factores asociados con un elevado nivel de actividad física, con significación estadística: menor estado nutricional, menor edad y un mayor gasto energético. Sin embargo, la ingesta energética y el sexo no mostraron diferencias significativas. No obstante, todos los grupos de estado nutricional presentaron media dentro del rango de necesidad de mejorar el patrón alimentario para ajustarlo al modelo mediterráneo, siguiendo el valor del índice Kidmed. Conclusiones: 1. La prevalencia de sobrepeso y obesidad son análogas a las de la población general de niños españoles y europeos, cifrándose en un total de 26% (15,1% sobrepeso y 10,9% obesidad) y sin diferencias significativas por género. 2. Hay un porcentaje alto de niños con bajo peso (14,7%). 3. Se muestran eficaces los pliegues cutáneos para la determinación de la grasa corporal mediante la ecuación de Hoffman, siendo diferentes significativamente los porcentajes de grasa calculados según el estado de nutrición. 4. También se muestra eficaz para la detección del sobrepeso y la obesidad infantil el índice cintura-talla, con diferencias significativas entre los grupos de estado de nutrición. 5. Los niños/as en estas edades ya presentan signos asociados al síndrome metabólico cuando padecen obesidad. 6. Los niños/as obesos/as tienen porcentajes de grasa corporal calculada elevados. 7. Los niños/as obesos/as presentan tensión arterial sistólica elevada. 8. Los niños/as obesos/as tienen un índice cintura-talla elevado. 9. La energía ingerida durante 24 horas es más elevada entre los niños/as con obesidad, aunque no se ha mostrado una relación significativa. 10. Todos los grupos de estado nutricional presentaron necesidad de mejorar el patrón alimentario para ajustarlo al modelo mediterráneo, según el test Kidmed. 11. El conjunto de los niños estudiados tiene una actividad física baja, medida mediante actimetría. 12. En el estudio multivariante se observa que son factores de riesgo para una menor actividad física: una mayor edad y un mayor grado del estado de nutrición. 13. Lógicamente, por la teoría del esfuerzo físico, tienen un mayor consumo energético los niños obesos, aunque se muevan menos. 14. Con estas conclusiones es recomendable desarrollar programas de prevención y tratamiento de sobrepeso y obesidad infantil en preescolares que incluyan una valoración antropométrica de los menores y una promoción de hábitos de vida saludable (dieta y ejercicio físico).