Valoración y relación de la composición corporal, patrón de consumo de alimentos y suplementos deportivos sobre el rendimiento deportivo en jugadores de balonmano (BaloRCAS)
- José Miguel Martínez Sanz Director
- Raquel Vaquero Cristóbal Director/a
Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 27 de mayo de 2024
- Antonio Jesús Sánchez-Oliver Presidente/a
- Eva Ausó Monreal Secretaria
- Lucía Abenza Cano Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El balonmano es un deporte de equipo complejo, multifactorial y de elevado contacto físico, en el cual suceden, de forma intermitente, distintas acciones, movimientos o jugadas que se desarrollan a intensidades entre moderada y vigorosa. Dichos periodos se van alternando con breves momentos de baja intensidad que sirven a los jugadores como recuperación para la siguiente jugada. Todas estas situaciones están influenciadas por los parámetros de condición física (CF) de los propios jugadores, entre los cuales destaca fuerza, la resistencia, la velocidad, la flexibilidad, la composición corporal (CC), la agilidad o la potencia, entre otros. Teniendo en cuenta todas las características del juego descritas anteriormente, no cabe duda de que los jugadores de balonmano necesitan tener una correcta preparación física, características antropométricas (CA), CC y nutrición para poder suplir todas las exigencias físicas y demandas energéticas que se requieren durante un entrenamiento o partido. No en vano, todos estos aspectos condicionan el rendimiento en este deporte. En este sentido, se ha encontrado que los jugadores que conforman los equipos de élite son altos, con valores bajos de masa grasa (MG) y con un buen desarrollo músculo-esquelético. En estudios previos, por un lado, evaluaron a jugadores jóvenes de balonmano obesos y no obesos, y concluyeron que el porcentaje de MG afectaba de forma negativa al rendimiento en sprints, al salto vertical y a la capacidad aeróbica. Mientras que, por otro lado, evaluaron a jugadores jóvenes de balonmano y hallaron que, a excepción del rendimiento en sprint, había una asociación negativa entre la MG y las pruebas físicas de salto vertical y lanzamiento de balón medicinal por encima de la cabeza. Sin embargo, otro estudio, y tras evaluar también a jugadores jóvenes de balonmano, concluyó que el análisis de la masa muscular (MM) demostraba tener mayor utilidad para evaluar el rendimiento. De hecho, una mayor masa músculo-esquelética también implica una mejora del rendimiento, debido probablemente al aumento de la fuerza máxima y la potencia muscular. Las diferencias entre los resultados de las diferentes investigaciones podrían deberse a la heterogeneidad en el nivel competitivo de los jugadores de balonmano incluidos en los estudios. Por tanto, se debería analizar el peso específico de la MG y la MM sobre el rendimiento en balonmano en función del nivel de los jugadores. Por otro lado, estudios previos realizados en jugadores jóvenes de balonmano, concluyeron que cuando los jugadores son de una categoría cuyo rango de edad es mayor, las CA y los resultados de los tests físicos son mejores. Sin embargo, en todos ellos se observaron que estas diferencias entre categorías se iban reduciendo e incluso desaparecían cuando se comparaban grupos más alejados de la pubertad, lo que podría deberse a la estabilización del pico máximo de crecimiento y al fin del proceso de maduración. Además, varios investigadores creen que se debe tener en cuenta el estado madurativo de los jugadores durante el proceso de evaluación del rendimiento o de las CA en etapas de formación. De hecho, en un reciente metaanálisis se encontró que los atletas jóvenes que tienen una maduración temprana tienen una ventaja a nivel competitivo sobre los maduradores tardíos durante los años de maduración, ya que el proceso de maduración provoca cambios físicos y fisiológicos, afectando a las CA y CC, así como a los parámetros de CF. Sin embargo, faltan estudios que hayan analizado estas cuestiones en jugadores de balonmano en etapa de crecimiento, siendo necesario refutar los estudios realizados en otros deportes. Otro factor que deben tener en cuenta los jugadores de balonmano, como deportistas que son, es la alimentación. Por ello, una adecuada selección de alimentos, junto al momento de la ingesta y la utilización (en el caso de que sea necesario) de suplementos deportivos (SD), podría repercutir en la salud y en el rendimiento deportivo. De hecho, instituciones científicas de referencia como la la Academy of Nutrition and Dietetics o el American College of Sport Medicine (ACSM) insisten en que el rendimiento y recuperación de los deportistas, se pueden mejorar con una nutrición óptima. En relación con la alimentación, se ha observado como la Dieta Mediterránea (DM) es un modelo de dieta saludable. Una buena adherencia a esta se asocia con ciertos beneficios físicos y elevados niveles de calidad de vida relacionados con la salud. Sin embargo, la realidad es que hay muy pocos estudios dónde analicen la Adhesión a la DM (ADM) y como ésta influye en el rendimiento deportivo, en las CA y de la CC o en ambas. Además, no hay ningún estudio dónde los sujetos sean jugadores de balonmano independientemente de la edad, el nivel o la categoría deportiva. Lo más parecido que se ha encontrado ha sido un estudio publicado recientemente de jugadores de balonmano playa de ambos sexos, que concluyó que tener una buena ADM no es suficiente para lograr mejores resultados en las pruebas de rendimiento. Por otro lado, respecto al consumo de SD, sólo se ha encontrado un estudio publicado recientemente con jugadores de balonmano de ambos sexos y diferentes niveles competitivos, que concluyó que estos tenían un consumo moderado de SD durante la temporada competitiva. Sin embargo, en este estudio, la clasificación del nivel competitivo entre profesional y amateur podría tener ciertas limitaciones, ya que sólo consideró como profesionales a los jugadores de primera división, lo que lleva a incluir en el grupo de amateur jugadores con niveles competitivos muy dispares. Por todo lo anterior, es necesaria una investigación profunda sobre los hábitos de consumo de SD que realizan los jugadores de balonmano de manera habitual, con el fin de ayudar al personal técnico–médico que rodea a los jugadores a que puedan aconsejar sobre SD, protocolos de ingesta, efectos adversos e incluso evitar posibles casos de dopaje. Además, también sería necesario evaluar cómo influyen las CA, CC y la adherencia a la DM sobre la CF en esta misma población, así el efecto modulador de la maduración sobre estos aspectos en jugadores en crecimiento. Objetivo: El objetivo general de la presente Tesis Doctoral fue comparar las CA, CC, CF, ADM y consumo de SD en jugadores de balonmano desde infantil (12 – 13 años) hasta sénior (> 18 años), así como analizar la influencia de la maduración sobre estos parámetros en jugadores en crecimiento. Metodología: La metodología de este proyecto se dividió en tres estudios. En el primero de ellos, se determinó si había diferencias en la ADM, las CA, la CC y CF entre jugadores de balonmano de diferentes categorías (infantil, cadete, junior y senior). También se analizó si las CA y de CC podían ser predictoras del rendimiento en los test de CF y de la ADM. En el segundo de ellos, se analizaron las diferencias en las CA, CC, ADM y CF en función del estado madurativo en jugadores de balonmano en formación. Y en el último, se analizó el consumo de SD de los jugadores de balonmano en función de su categoría y su sexo. En el primer estudio, 133 jugadores masculinos de balonmano (35 infantiles, 46 cadetes, 26 juveniles y 26 seniors) se sometieron a una evaluación antropométrica (cuatro medidas básicas, tres pliegues cutáneos y cuatro perímetros) siguiendo en todo momento el protocolo de la International Society for the Advancement of Kinanthropometry (ISAK), cumplimentaron el cuestionario Mediterranean Diet Quality Index (KIDMED) para evaluar su ADM y se evaluó su CF con diferentes pruebas físicas (lanzamiento de balón medicinal; dos tipos de saltos verticales, el Squat Jump (SJ) y el Counter Movement Jump (CMJ); YoYo test; T-Half Test y sprint de 30 metros). Con el objetivo de analizar las diferencias entre las categorías, se realizó un análisis ANOVA, así como una prueba ANCOVA para observar la influencia de la covariable edad. Se realizó una prueba de chi cuadrado (χ2) con el objetivo de analizar la distribución del grado de ADM. El mínimo nivel de significación estadística se estableció en p < 0.05. En el segundo estudio, 73 jugadores masculinos de balonmano (edad media: 14,17±0,61 años) se sometieron a una evaluación antropométrica (cuatro medidas básicas, tres pliegues cutáneos y cuatro perímetros), pruebas de CF (lanzamiento de balón medicinal; dos tipos de saltos verticales, SJ y CMJ; YoYo test; T-Half Test y sprint de 30 metros) y cumplimentaron el cuestionario KIDMED para evaluar su ADM. La muestra se dividió en tres grupos en función del estado madurativo (maduradores tempranos, normales o tardíos), basándose en la metodología de la estimación de la edad a la que se produce el pico máximo de crecimiento o age at peak height velocity (APHV,), quedando la muestra finalmente dividida en 20 maduradores tempranos, 40 maduradores medios y 13 maduradores tardíos. Con el objetivo de analizar las diferencias en función del estado madurativo de los jugadores, se realizó un análisis ANOVA. Posteriormente, se realizaron varias pruebas ANCOVA para observar las influencias de las covariables edad, desfase madurativo y puntuación del ADM. También se realizó una prueba chi cuadrado (χ2) para analizar la distribución de la clasificación del Índice de Masa Corporal (IMC). El nivel mínimo de significación estadística se estableció en p < 0.05. Y en la tercera investigación, se contactó con la Real Federación Española de Balonmano y las distintas Federaciones Autonómicas de Balonmano, así como con todos los clubes que contaran con equipos federados, para solicitar que sus jugadores completaran el cuestionario de consumo de SD de manera online. Este cuestionario ha sido validado por investigaciones previas para analizar el consumo habitual de SD en deportistas de diferentes deportes. El cuestionario contenía un total de 34 preguntas divididas en tres secciones principales. El primer apartado, compuesto por seis preguntas, recogía datos antropométricos. El segundo apartado incluía diez preguntas que cubrían la práctica del deporte y su contexto. El último apartado, compuesto por catorce preguntas, se centraba en el consumo de SD. Contestaron un total de 360 deportistas españoles federados en balonmano, que se dividieron en función del sexo (161 mujeres y 199 hombres) y del nivel competitivo (104 nivel provincial, 162 nivel nacional, 94 nivel división de honor). Para analizar las diferencias de los SD consumidos en función de la categoría y del sexo se realizó un análisis ANOVA. Por otro lado, los SD que fueron consumidos por más del 10% de la muestra, se realizó una prueba chi – cuadrado (X2). El nivel de significación se estableció en p < 0.05. Resultados y discusión: En el primer estudio, se encontraron diferencias significativas (p < 0.001 – 0.007) entre las categorías deportivas analizadas (infantil, cadete, juvenil y sénior) en la mayoría de las variables de CF y CA. Más concretamente, se encontraron diferencias significativas cuando se comparó las categorías infantil (p < 0.001 – 0.026) y cadete (p < 0.001 – 0.009) con el resto de las categorías, mostrando éstos los valores más alejados del rendimiento deportivo tanto en las variables de CA como las de CF. Por otro lado, el grado de ADM no mostró diferencias significativas entre categorías. El nivel predominante de ADM fue moderado (47.4%), seguido de excelente (42.1%), y se correlacionó con la masa corporal, el IMC, la MM y la suma de los tres perímetros corregidos (r = -0.190 a -0.236; p < 0.006–0.019), pero no con los resultados de las pruebas físicas (r = -0.148 a 0.061; p = 0.088-0.956). Por último, el análisis de regresión lineal múltiple mostró que las CA incluidas en cada modelo pueden explicar del 32% al 72% de la variabilidad de los resultados de los tests de CF (p < 0.001), siendo la MG y la MM las CA más determinantes. En base a los resultados, hay que tener en cuenta que las diferencias en las CA, de CC y de CF entre categorías podrían estar influenciados por las diferencias en grado de maduración, y la influencia de este parámetro en todas las variables analizadas. No en vano, la mayoría de las diferencias se encontraron entre las categorías infantil y cadete con el resto de las categorías, lo que podría deberse a que infantiles y cadetes se encuentran en las etapas en las que más puede afectar la maduración a las diferencias entre sujetos. En cuanto a la DM, estudios previos que analizaron la ADM en deportistas en formación de otras modalidades deportivas también encontraron que los grados de adhesión predominantes eran el moderado o el excelente. Además, en la presente investigación se encontró que no había relación entre la ADM y las CA, de CC y CF, lo que coincide con lo encontrado en investigaciones previas donde se resalta que, en general, los deportistas en formación tienen buenos hábitos alimentarios y los parámetros relacionados con el entrenamiento podrían afectar más a estas CA y a la CF que la dieta. Por otro lado, los resultados sobre la predicción del rendimiento en las pruebas de CF en función de las CA y de CC estuvo en consonancia con investigaciones anteriores donde también se había encontrado que el porcentaje de MG afecta de forma negativa a las pruebas de rendimiento de salto vertical, mientras que otros estudios también señalan la importancia de la MM como determinante del rendimiento en pruebas como el T-Half Test, el salto CMJ y el lanzamiento de balón medicinal. En la segunda investigación se hallaron diferencias significativas en las medidas básicas, el IMC, la puntuación z del IMC, el índice córmico, la MM, el lanzamiento de balón medicinal y el salto vertical SJ (p < 0.000 – 0.048) en función de la maduración, siendo los maduradores tempranos los que presentaban los valores más elevados en estos parámetros. Las covariables edad, desfase madurativo y puntuación de ADM tuvieron una influencia determinante en las CA y la CC (p < 0000 – 0.014), y tanto la edad como el desfase madurativo mostraron diferencias significativas en la mayoría de las pruebas físicas (p < 0.000 – 0.033). Por último, se encontraron diferencias significativas entre los grupos de maduración biológica en la distribución de la clasificación del IMC (p = 0.036), siendo el grado de peso normal el predominante, pero habiendo un mayor porcentaje de sobrepeso y obesidad entre los maduradores tempranos y normales, que entre los tardíos. Respecto a las CA, estos resultados son similares a los encontrados en estudios previos realizados tanto en jugadores de balonmano como en otras modalidades deportivas, donde se encontró que los deportistas que tenían una maduración biológica temprana obtuvieron valores más altos en todas aquellas CA influidas por el crecimiento. Respecto al rendimiento deportivo en las pruebas físicas, se ha observado que el aumento de la MM que se produce durante la pubertad influye en una mejora en la producción de potencia. Por lo tanto, el motivo de las diferencias en la CF entre los grupos de maduración podría deberse a las diferencias en el desarrollo muscular presentes entre los participantes, debido a los cambios hormonales de la maduración biológica que implica valores más altos de MM en los maduradores precoces y mejores valores en las pruebas relacionadas con la fuerza y la potencia. Por otro lado, la edad, el desfase madurativo y la dieta se deben tener en cuenta cuando se realicen evaluaciones para predecir el rendimiento futuro de los jugadores. Y por último, se ha observado diferencias significativas en la clasificación del IMC en función de los grupos de maduración, lo que podría deberse a que, en esta etapa, se produce un aumento de la masa corporal y de la talla como consecuencia de la maduración biológica, que presenta diferencias entre individuos. Sin embargo, la clasificación del IMC tiene en cuenta la masa corporal total y no en qué compartimentos se distribuye dicha masa, por lo que su aplicabilidad en población deportista puede ser limitada, pudiendo dar lugar a una inadecuada clasificación e interpretación de este índice por parte de los profesionales de la salud. Y en el tercer estudio los resultados hallados fueron que el 65.8% de la muestra consumía SD. Según el número total de participantes, los SD más consumidos fueron los del Grupo A: bebidas deportivas (30.8%) y proteína de suero (30.4%). Al analizar los datos por sexo, el consumo de los hombres fue significativamente mayor en el caso de la proteína de suero (p < 0.001), la cafeína (p = 0.009) y el monohidrato de creatina (p < 0.001), mientras que en las mujeres, el consumo fue significativamente mayor para los suplementos médicos (p = 0.024). Cuando se analizó por nivel competitivo, el grupo de jugadores de categoría provincial mostró un consumo significativamente menor que el resto de los grupos de barritas proteicas (p = 0.038), proteína de suero (p = 0.005) y monohidrato de creatina (p < 0.001), mientras que el grupo de división de honor mostró un consumo significativamente mayor de monohidrato de creatina que el resto de los grupos (p < 0.001). En relación con el consumo de sustancias prohibidas, clasificadas por el Australian Institute of Sport (AIS) en el grupo D, la muestra del estudio no mostró consumo de tales productos. El consumo de SD de los/as jugadores/as de balonmano fue mayor en comparación con el presentado en investigaciones previas realizadas en balonmano. Además, estudios previos mostraban que los SD más consumidos fueron las bebidas deportivas (42.2%), las barritas deportivas (35.3%) y los productos que contienen cafeína (31,6%) mientras que en la presente investigación, las bebidas deportivas (30.8%), las barritas deportivas (27.0%) y la cafeína (28.6%) también fueron muy consumidas, pero además destacaron la proteína de suero de leche (30.4%) y el monohidrato de creatina (29.2%). La ausencia de consumo de sustancias prohibidas concuerda con lo encontrado en estudios previos realizados en balonmano. Conclusiones: Existen diferencias según la categoría en la mayoría de las CA y en los resultados de los tests de CF, pero no en el nivel de ADM. Además se observó una asociación entre las CA y los resultados de los tests de CF. Los grados de ADM predominantes fueron el moderado y excelente, pero el nivel de adherencia no se asoció a los resultados de los tests de CF. En edades de formación, existen diferencias según la maduración biológica en la mayoría de las CA y pruebas de CF relacionadas con la fuerza y la potencia, destacando que los jugadores que son maduradores tempranos tienen mejores valores. La edad, el desfase madurativo y la dieta influyen en la maduración biológica, por lo que estas covariables se deberían tener en cuenta en la evaluación de jugadores de balonmano en formación. Se encontraron diferencias significativas entre los grupos de maduración biológica en la distribución de la clasificación del IMC, siendo el grado de peso normal el predominante La prevalencia en el consumo de SD fue del 65.8% de los/as jugadores/as de balonmano. Los hombres consumían más ayudas ergogénicas y las mujeres más suplementos médicos. Respecto al nivel competitivo, los jugadores de los niveles división de honor y nacional consumían más SD que los de nivel provincial. Los SD más consumidos por los/as jugadores/as de balonmano fueron la proteína de suero, la creatina monohidrato y las bebidas deportivas. Los/as jugadores/as no consumieron ningún SD del grupo D, siendo la mayoría de las elecciones de SD del grupo A.