COVID-19 y sesgos de género en la atención sanitaria. Las desigualdades de género que revelan las diferencias por sexo
- María Teresa Ruiz Cantero coord.
- Rosa María López Rodríguez (coord.)
- Isabel Soriano Villarroel (coord.)
Argitaletxea: Ministerio de Sanidad
Argitalpen urtea: 2022
Orrialdeak: 74-106
Mota: Liburuko kapitulua
Laburpena
Durante el año 2020 pudimos asistir a cómo se crean los sesgos de género en la atención sanitaria a una nueva patología: La COVID-19. La escasez de información sanitaria por sexo, la definición de la OMS de la enfermedad centrada en la afectación respiratoria (más frecuente en los hombres), y el poco conocimiento sobre otros signos/síntomas, probablemente retrasaron la detección precoz en aquellos casos que cursaron con otras expresiones clínicas (más frecuentes en mujeres). El consenso sobre la superior mortalidad por la COVID-19 en hombres tiene algunas lagunas dadas la escasez de estadísticas y datos clínicos en hombres y mujeres sobre variables claves relacionadas con la historia natural de esta enfermedad. Además, se ha tomado poca consideración a la alternancia en la fluctuación de las tendencias en la mortalidad entre hombres y mujeres a lo largo de la pandemia en ciertos países. Las estadísticas oficiales del INE mostraron que, durante el confinamiento más mujeres con sintomatología propia de COVID-19 fallecieron sin confirmación diagnóstica por falta de acceso a pruebas diagnósticas y servicios asistenciales deficitarios; mientras que más hombres fallecieron por COVID-19 confirmado. Además, fallecieron más mujeres por COVID-19 en los centros sociosanitarios, mientras que más hombres lo hicieron en los hospitales. El mayor esfuerzo terapéutico que suponen las hospitalizaciones e ingresos en UCI de los hombres se relacionan sobre todo con la gravedad. Pero, evidenciamos que los ingresos en UCI son menores en mujeres fallecidas que en hombres fallecidos por COVID-19, donde la gravedad es a efectos de resultados la misma. Como otros muchos sesgos de género en la atención sanitaria, se observa un patrón de conocimiento de referencia de la enfermedad propio de los hombres, que se aplica a mujeres. Las diferencias por sexo en signos/síntomas, estadísticamente significativas de febrero a mayo del 2020, señalaban un camino a seguir, intransitable al desaparecer del sistema de vigilancia epidemiológica esta información clínica