Cartas de España

  1. Jardine (1736-1799), Alexander
  2. Pérez Berenguel, José Francisco ed. lit.

Editorial: Servicio de Publicaciones ; Universidad de Alicante / Universitat d'Alacant

ISBN: 84-7908-584-3

Año de publicación: 2001

Tipo: Libro

Resumen

Las Cartas de España forman parte de una edición más amplia que incluye además las impresiones de su autor sobre Marruecos, Francia, Portugal y la isla de Jersey. En estas treinta y cinco cartas, Jardine describe y analiza la realidad política del país, sus costumbres, las peculiaridades de las distintas regiones que visita, las razones históricas de sus males presentes, y el panorama literario y cultural de una época decisiva en el desarrollo de la España que hoy conocemos: la Ilustración. Publicada por primera vez en Londres, en 1788, llegó a conocer dos ediciones más en inglés y fue traducida al alemán. Aunque seguramente era bien conocida en el ámbito de algunos de los ilustrados de la época, como atestigua el propio Jovellanos en sus Diarios, no fue publicada en castellano debido a los difíciles avatares en los que estaba sumergida una monarquía borbónica amenazada con el ejemplo cercano de la Revolución Francesa. La tesis principal de su autor es que la causa de la actual situación de decadencia económica y política de España se debía principalmente a la existencia de una relación de dependencia y subordinación política y militar de este país hacia Francia, cimentada en los estrechos lazos familiares entre ambas monarquías. Alexander Jardine (-1799), militar, diplomático y espía inglés, fue uno de los mejores analistas de la realidad española de finales del siglo XVIII. Buen conocedor del idioma, pasó largos periodos de su vida en nuestro país: primero, como oficial de artillería en el Peñón; más tarde, como espía dentro de una "misión diplomática" para informar a su gobierno de la actitud de España ante un nuevo conflicto con Francia; y, por último, como cónsul inglés en La Coruña, a partir de 1793, época en la que conoce a Jovellanos y donde mantiene una correspondencia con éste de gran interés. Paradójicamente, su muerte le sobrevino nada más cruzar la frontera de Portugal, después de haber sido obligado a realizar el viaje gravemente enfermo y en penosas circunstancias. Triste final, sin duda, para alguien que tanto tiempo había vivido en España y tanto amaba este país