Inteligencia emocional en personas con discapacidad intelectual reclusas
- González Collado, Carmen
- María Teresa Iglesias García Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Oviedo
Fecha de defensa: 12 de noviembre de 2021
- Raquel Amaya Martínez González Presidente/a
- Beatriz Rodríguez Ruiz Secretario/a
- María Pallisera Díaz Vocal
- Juan Carlos Pérez-González Vocal
- Esther Chiner Sanz Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta investigación analiza la inteligencia emocional en personas con discapacidad intelectual privadas de libertad en el Centro Penitenciario de Asturias, con la pretensión de determinarla y, en la inferencia de su debilidad, potenciarla mediante una propuesta de intervención y mejora. El principal objetivo es mejorar las competencias emocionales de las personas reclusas con discapacidad intelectual objeto de este estudio, ya que la educación en estas competencias, facilita y predispone a las personas para conseguir una mejor calidad de vida, y promueve que puedan enfrentarse con autonomía a los grandes retos de su vida en prisión y su posterior reinserción en la sociedad. Nuestra muestra está compuesta por un total de 15 personas (13 varones y 2 mujeres) con edades comprendidas entre los 23 y los 58 años, y grados de discapacidad intelectual variables desde niveles leves a muy graves. La investigación que se ha llevado a cabo es un estudio de corte preexperimental con Pretest, tratamiento/entrenamiento y Postest, sin grupo control. Como instrumento de medida de los niveles de inteligencia emocional se ha empleado el Test MSCEIT V2.0. Se trata de una prueba de habilidad cuyas respuestas representan aptitudes reales para resolver problemas emocionales y está diseñado para evaluar la inteligencia emocional entendida como una capacidad. Este instrumento proporciona puntuaciones válidas y fiables en cada una de las cuatro áreas principales de la inteligencia emocional según el modelo de Mayer y Salovey (1997): percepción emocional, facilitación emocional, comprensión emocional y manejo emocional. Además, proporciona una puntuación total de la inteligencia emocional, así como puntuaciones en dos áreas, experiencial y estratégica, y en cada una de las 4 tareas que incluye el test, las cuales se corresponden con las citadas áreas de la inteligencia emocional propuestas por Mayer y Salovey. Este test ha permitido realizar una evaluación de la inteligencia emocional de las personas participantes en el estudio en dos momentos: al inicio del estudio (Pretest) y una vez finalizada la aplicación de los programas de mejora (Postest). Los Programas INTEMO e INTEMO+ son los programas de mejora utilizados, en los cuales se han desarrollado un total de 24 sesiones y 2 actividades transversales, estructuradas según las 4 ramas del modelo de Mayer y Salovey antes citadas, a través de las que se ha trabajado la mejora cognitiva, personal y social en las personas integrantes de la muestra con el objetivo de mejorar su inteligencia emocional. Se ha realizado un detallado análisis de contraste de hipótesis con los datos obtenidos para determinar si se han producido variaciones en los niveles de inteligencia emocional del grupo de estudio y, a la vista de los resultados obtenidos, podemos indicar que, tras la aplicación de los programas de mejora, las competencias emocionales de las personas reclusas con discapacidad intelectual del estudio han mejorado en todos y cada uno de los aspectos valorados en esta investigación. Aun así, los resultados de los análisis realizados, indican que, estas mejoras, solamente han sido significativas en algunas variables. Se producen mejoras en la inteligencia emocional tanto en la puntuación total general de inteligencia emocional, como en las áreas experiencial y estratégica. También se han producido mejoras significativas en las ramas de Facilitación y Comprensión Emocional, mientras que las mejoras que se han producido en las ramas de Percepción y Manejo Emocional no han sido significativamente diferentes. Se puede concluir que estas personas han mejorado su percepción, respuesta y manipulación de la información emocional, siendo capaces de percibir sus propias emociones y utilizar este conocimiento para resolver problemas, razonar, tomar decisiones y esforzarse de un modo más efectivo. También han mejorado a la hora de interpretar y comprender las emociones, manejando con mayor fluidez tanto las propias emociones como las de los demás; entienden mejor cómo se combinan las emociones y cómo cambian a lo largo del tiempo. Así mismo, son capaces de permitir que sus emociones participen de sus pensamientos, siendo conscientes de ello y aceptándolas para resolver problemas. Se ha producido una disminución de problemas de comportamiento y una mejora de las relaciones con el resto de reclusos/as y funcionariado de la prisión, mejorado la calidad de vida emocional de las personas participantes, desarrollando en ellas actitudes y conductas que pueden ayudar a prevenir situaciones futuras perniciosas como el consumo de drogas, la reincidencia, los comportamientos agresivos, la pérdida del control o el descuido de la salud mental.