Análisis de la osmolaridad lagrimal en pacientes sometidos a diferentes técnicas de cirugía refractiva corneal

  1. García Sánchez, Noelia
Dirigida per:
  1. Miguel J. Maldonado Lopez Codirector/a
  2. María Jesus González García Codirector/a

Universitat de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 12 de de desembre de 2014

Tribunal:
  1. Margarita Calonge Cano President/a
  2. Alberto López Miguel Secretari/ària
  3. José Luis Hernandez Verdejo Vocal
  4. David P. Piñero Llorens Vocal
  5. Juan Carlos Nieto Fernandez Vocal

Tipus: Tesi

Resum

El síndrome de ojo seco (SOS) es una patología muy predominante en todo el mundo y motivo principal de consulta tanto de oftalmología como de optometría. A su vez es la complicación más frecuente tras cirugía refractiva corneal ya que los individuos intervenidos pasan a ser reconocidos como ¿en riesgo¿ para desarrollar un SOS tras cirugía. El concepto de SOS ha generado controversia a lo largo de los años, los métodos diagnósticos y de seguimiento han supuesto y suponen hoy en día un desafío para los profesionales de la visión. La etiología multifactorial y la falta de un ¿gold estándar¿ hacen complicado el diagnóstico. La osmolaridad lagrimal es un indicador de la dinámica lagrimal que debido a los avances que se han producido en sus métodos de medición se ha propuesto como un nuevo test diagnóstico. Con la elaboración de este estudio se propuso analizar el comportamiento de la superficie ocular tras un efecto adverso como podría ser la cirugía refractiva corneal mediante dos técnicas diferentes (LASIK y ASA) a través de la osmolaridad lagrimal y otros tests diagnósticos. Los resultados obtenidos muestran cambios en la osmolaridad lagrimal y en otros tests diagnósticos del SOS tras la cirugía, cambios que difieren según la técnica de cirugía refractiva corneal utilizada y que a los seis meses tras la cirugía recuperan valores preoperatorios. La osmolaridad lagrimal experimenta la misma evolución tras ambas técnicas de cirugía en un seguimiento a seis meses, sin embargo, el resto de tests realizados no mostraron la misma evolución con ambas técnicas, lo que probablemente esté traduciendo una alteración de la superficie ocular diferente con cada técnica.