Joseph Goebbelsuna mentira mil veces dicha, se convierte en una gran verdad
- VEGA FERNÁNDEZ, EDUARDO
- Octavio Uña Juárez Directeur/trice
Université de défendre: Universidad Rey Juan Carlos
Fecha de defensa: 25 novembre 2013
- Carlos Miguel Clemente Díaz President
- Salvador Perelló Oliver Secrétaire
- Juan Antonio Roche Cárcel Rapporteur
- Fernando Aguiar González Rapporteur
- Angel Iglesias Alonso Rapporteur
Type: Thèses
Résumé
Propaganda, una palabra que ha representado a lo largo de la historia el hecho de emitir un mensaje a las masas populares con el objetivo de transmitirles una idea y convencerles que es la más correcta, ya sea política o religiosa. Dicho término suele ser confundido por la vox populi con la publicidad, aunque sean realmente dos cosas completamente diferentes por no ser lo mismo convencer de una idea o forma de pensar que convencer la necesidad de comprar un producto. A lo largo del tiempo el término propaganda ha quedado ampliamente desvirtuado por tener su origen en la contrarreforma católica que renovaba la imagen de la Iglesia Católica para frenar los avances del protestantismo, a pesar de que fueran realmente acciones de contrapropaganda a la propaganda emitida por Martin Lutero. Que Joseph Goebbels haya sido ministro de propaganda del III Reich también ha ensuciado el significado de la propaganda, así como el asesinato del Primer Ministro Italiano -Aldo Moro- que fue perpetrado por las brigadas rojas italianas con la colaboración de la logia Propaganda 2, el 9 de mayo de 1978. En reacciones a todas estas anécdotas, los profesionales de la propaganda han decidido llamar a esta materia marketing político para volver a darle prestigio a esta disciplina, teniendo en cuenta también que el núcleo de la misma sigue siendo la propaganda pero se enriquece su labor gracias a variadas disciplinas, como la sociología. Según lo definido hasta el momento, puede parecer un disparate que Joseph Goebbels sea considerado por diversos autores como el padre de la propaganda política moderna, pero sus once principios de propaganda dictan una serie de recursos propagandísticos que siguen siendo indiscutiblemente utilizadas como por ejemplo: si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan; las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de las acusaciones, la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente.. pero siempre convergiendo sobre un mismo concepto, y un largo etcétera. Un gran ejemplo de las grandes influencias de las teorías propagandísticas de Joseph Goebbels se evidencia en el gobierno de Hugo Chávez. Este antiguo golpista, tras su fracaso en tomar el poder por la fuerza militar en 1989, respondía el 5 de diciembre de 1998, en su entrevista del canal televisivo Univisión, a la siguiente pregunta usted está dispuesto a entregar el poder después de 5 años, yo he dicho que incluso antes. El paso del tiempo ha evidenciado que aunque Hugo Chávez ganase las elecciones presidenciales en 1999 debido al estado de shock en el que se encontraba la economía venezolana tras su sobredosis de neoliberalismo económico, no abandonó el poder hasta su fallecimiento, 14 años después. También respondía ante nacionalizaría algún medio de comunicación que no, basta con el medio de comunicación que tiene el estado, el canal 8. Según lo definido del chavismo se pueden evidenciar las aplicaciones de los siguientes principios propagandísticos goebblesianos: orquestación- la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre un mismo concepto como ha hecho Chávez con su populismo o con el uso de la mentira mil veces dicha que se convierte en verdad, por haber monopolizado el poder y haber nacionalizado diversos medios de comunicación, contra lo que prometía, lo que también le serviría para aplicar el de la silenciación -acallar sobre las cuestiones que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con los medios de comunicación afines- tal cual pudo hacer al disponer de diversos mass media expropiados y nacionalizados por su gobierno que se quedarían a su servicio y fidelidad, o más bien lealtad. Un buen gobierno no puede existir sin una buena propaganda y una buena propaganda no puede existir sin un buen gobierno. Josep Goebbels La propaganda no engaña a la gente, sino que simplemente les ayuda a engañarse a sí mismos. Eric Hoffer