La poesía ecuatoriana entre finales del siglo XX y el siglo XXI
- Mussó Mujica, Luis Carlos
- Carmen Alemany Bay Directora
Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 14 de junio de 2021
- José Carlos Rovira Soler Presidente
- Trinidad Barrera López Secretario/a
- César Eduardo Carrión Carrión Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La tesis La poesía ecuatoriana desde finales del siglo XX al siglo XXI pretende leer críticamente la obra poética de seis poetas ecuatorianos que inauguran su escritura en el siglo XX y la proyectan hacia el espacio contemporáneo: Iván Carvajal (San Gabriel, 1947), Sara Vanégas (Cuenca, 1950), Roy Sigüenza (Portovelo, 1958), Mario Campaña (Guayaquil, 1969), Paco Benavides (San Gabriel, 1964) y Pedro Gil (Manta, 1971). Propone que ellos constituyen un segmento representativo de la lírica contemporánea del Ecuador de los últimos 40 años, y estudia su configuración estética, y tiene como objetivo principal analizar propuestas que comparten determinadas actitudes a la hora de enfrentar el poema, en cuanto toma de partido en cuanto a la escritura, desde la tradición del lugar de enunciación, la actitud metapoética de sus propuestas, y también desde tópicos como son el exilio y la reescritura. El trabajo no traza forzadas homogeneizaciones, sino que rescata distinciones en los poetas, y lee una incidencia significativa del debate de las nociones local y universal, y su conexión histórica y cultural para cercar conceptualmente a la poesía contemporánea del Ecuador. El desarrollo teórico reconoce que los precedentes no abundan sobre la poesía de estos autores, con irregular atención de la crítica. Toma textos como Fulgor del instante, editado por César Eduardo Carrión y Fernando Albán (sobre Carvajal), y Recorridos imaginarios, de Jackie Verdugo (sobre Vanégas), en tanto obras que, de manera exenta, abordan a dos de los poetas. Sin embargo, los otros poetas han tenido glosas exiguas y esporádicas que han correspondido, en el caso de las más metódicas, al rescate de sus voces poéticas a través de ponencias expuestas en seminarios literarios. La investigación recorre conceptos como el paideuma: nómina de autores que forman tradición. Pound piensa la tradición desde la perspectiva de la traducción, aunque no se ciñe a ella, aunque sí a la recuperación. Asimismo, la metapoesía es proceso consciente de serlo, y en su desarrollo se empeñan los poetas de esta selección. Ya nos ha hecho reflexionar la manera en que configuran su obra y cómo abordan ingredientes de la cultura para otorgarles una carga de significado distinto, que trasciende su sentido convencional como señala César Carrión. Esto se vincula a la poesía hiperconsciente que atraviesa el amasijo expresivo de la cotidianidad en un horizonte plagado de censuras (Provencio). Balseca afirma de Carvajal algo que puede proyectarse a totos cuando lo lee como quien: «no dicta sentencias y no habla de grandes verdades, […] aparece integrado a las voces interrogantes de la colectividad sin ser el portador de las respuestas». La contingencia se vincula a lo moderno y su transitoriedad (Benjamin). Y la noción residual (Raymond Williams), a significados pasados activos hoy. Las experiencias resignificadas asignan algunas de tales acciones dañinas al otro, para profundizar el propio dolor cuando proviene de la ausencia. Estos poetas reescriben: Genette construye el palimpsesto en tanto presenta la impronta de una escritura previa, y herramienta que permite visibilizar el hipotexto a través del hipertexto, que deriva de otro y es producto en tanto homenaje, parodia, pastiche, etc. Seguimos a Fernando Balseca cuando hiperconsciencia Se puede concluir con que hay varias aristas, en la poesía de estos autores, en una posición contra la nada. Son quienes en tiempos inestables escriben contra el postulado posmoderno de que la verdad dejó de existir (y un propósito metafísico). En Carvajal, Vanégas, Campaña y Benavides transita una variedad de relatos, y aunque las categorías que emergen son las de kitsch, vanguardia, decadencia, modernidad y posmodernidad, en cada voz hay tratamientos que las distinguen. En Sigüenza, el poema disuelve a quien lo escribe: la representación estética ocupa un lugar preminente no como reflejo accesorio sino la sustancia principal. Gil acoge piezas de ese rompecabezas (la globalización) y mantiene una noción política de resistencia frente a estratos que subalternizan a otras capas sociales. Estos poetas desconfían del lenguaje, aunque con este construyen puentes con el mundo y convierten al poema en el tema de la poesía.