Pedro Zaragoza Orts, alcalde franquista y desarrollista de Benidorm, 1951-1967

  1. Salinas Salinas, Carlos
Dirigida por:
  1. Francisco Sevillano Calero Director

Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante

Fecha de defensa: 15 de marzo de 2021

Tribunal:
  1. Roque Moreno Fonseret Presidente
  2. María del Mar Larraza Micheltorena Secretario/a
  3. Ángeles González Fernández Vocal
Departamento:
  1. HUMANIDADES CONTEMPORANEAS

Tipo: Tesis

Teseo: 649743 DIALNET lock_openRUA editor

Resumen

1.1. Delimitación del estudio El objeto central de esta Tesis es la actividad de Pedro Zaragoza Orts en su faceta de alcalde de Benidorm, en el contexto de las adaptaciones que realizó el franquismo para superar las contradicciones que generó por mantenerse como proyecto totalitario hasta mediados de los años 50. Su mayor éxito después de las derrotas de los fascismos europeos fue sobrevivir una década en la tensión anticomunista de la Guerra Fría, entre 1945 y 1955, fecha en que España fue admitida en la ONU. Pese a la tolerancia política que las potencias occidentales concedieron a Franco por conveniencia geoestratégica, el régimen evidenciaba síntomas graves de colapso económico que convencieron al general de la necesidad de una profunda reorientación económica que salvara la esencia del sistema. El giro se inició con el Plan de Estabilización del nuevo equipo económico (Ullastres, Navarro Rubio, López Rodó). Un grupo neofranquista leal a Franco, liberales en lo económico e imbuidos de la cosmovisión conservadora del Opus Dei, que plantearon un modelo de crecimiento para España basado en la industrialización como motor de modernización que mejorara los indicadores macro/microeconómicos y sirviera de base de ampliación del consenso, apoyo y pasividad social ante el régimen. Deseaban sumar a la legitimación de la victoria militar del 18 de Julio el crecimiento económico, el incremento de la renta per cápita y la mejora del consumo familiar. El régimen pudo alardear de haber llegado a ser la décima potencia industrial del mundo, dentro de campañas publicitarias de éxitos estadísticos; retórica triunfalista bien orquestada en la conmemoración de los XXV Años de Paz. Se deseaba exhibir una cara amable de la larga permanencia del Caudillo en el poder que hiciera posible el acceso al bienestar a todos los españoles de cualquier condición: los tradicionales grupos privilegiados, los nuevos ricos y las nuevas capas medias; e incluso beneficiara a los humildes y derrotados, superando la lucha de clases y la democracia inorgánica. El mensaje central reiteraba que era posible el desarrollo, la modernización de España y la mejora interclasista sin tener las libertades de los países occidentales. Lo que no consiguió la República lo daba el Caudillo salvador del comunismo, Centinela de Occidente. En este contexto histórico nos ceñimos a un sector, el turismo interior y, en especial, la entrada de turistas extranjeros con divisas y diferentes actitudes, que sobrevino en ayuda rápida a los proyectos desarrollistas, tanto en la vertiente económica como en la publicitaria. Escogemos el caso de Benidorm porque ejemplifica buena parte de las transformaciones desarrollistas: pasa de ser un pequeño pueblo litoral que desde 1952 buscó cómo superar la crisis de su base económica tradicional, una agricultura de secano mediterráneo, corto regadío de bajos rendimientos y limitada comercialización, sobre una pequeña propiedad muy repartida; más la pesca de bajura y la práctica de la almadraba del atún que atravesaba una crisis de capturas. La sociedad resultaba así caracterizada por un débil crecimiento vegetativo, saldo migratorio negativo, pequeños propietarios, artesanos pobres y una reducida burguesía local bienestante. Un miembro de este sector, Pedro Zaragoza Orts, lideró una salida de transformación económica, y por ende social, al Benidorm regresivo de posguerra . A medida que el turismo español y el de Benidorm ofrecían resultados en ascenso, el Régimen lo incorporaba a su imaginario legitimador; la legitimidad de origen y la legitimidad de ejercicio. Por tanto, consideramos justificada su elección como objeto de estudio por su interés local y general para el conocimiento de los años más exitosos del franquismo, confiado en un crecimiento económico que pondría a España y a su gobierno a la altura de las potencias mundiales del momento; lo que supondría por añadidura el ensanchamiento de la base social de consenso y la garantía de estabilidad y de futuro. El alcalde Pedro Zaragoza sabrá catalizar los recursos locales para el crecimiento de Benidorm en el marco de las relaciones oficiales y de intereses que sustentaban al régimen. Por ello, también consideramos de interés, local y general, examinar este proceso desde la óptica del sujeto, un alcalde bien conectado con los nodos de poder de un sistema autoritario. Creemos que este enfoque podría contribuir al conocimiento del personal político del franquismo en los municipios, uno de los tres “cauces naturales” del sistema donde transcurría la vida cotidiana. Ayudaría a establecer elementos comparativos en las alcaldías de la provincia de Alicante durante el franquismo y a su vez en otros ámbitos territoriales. En esta tesis partimos de las aportaciones teóricas sobre el concepto red social que nos ayudan al tratamiento metodológico de las fuentes seleccionadas. Con este propósito hemos recurrido a los estudios de Bort (1990, edición original 1971), Requena Santos (1989, 2003), Lozares (1996), Molina (2003), Ponce Leiva y Arrigo Amadora (2008), Kadushin (2013) . Seguimos la definición de red social como una serie de vínculos entre un conjunto definido de actores sociales, caracterizados estos vínculos como un todo que proporcionan la interpretación de la conducta social de los actores implicados en la red. Este enfoque procede de la sociología y la antropología, empleado preferentemente, para analizar un campo finito de personas que interactúan entre ellas mediante diversos tipos de vínculos que explican el funcionamiento social del conjunto. Avanzamos que hemos utilizado este enfoque analítico como instrumento metodológico, habida cuenta de las dificultades de su aplicación a los estudios históricos puestas de relieve por Ponce y Amadori. En nuestro estudio hemos considerado la figura de Pedro Zaragoza Orts como el nodo central de una red. Esta propiedad la deducimos de la naturaleza de la fuente que informa sobre sus vínculos, su correspondencia, documentos personales emitidos, recibidos y contestados por él, dibujando flujos bidireccionales y unidireccionales con otros agentes (nodos), en desigual intensidad de intercambio y duración. También la centralidad de Pedro Zaragoza en la red viene dada por su carácter institucional (alcalde) que interactúa en un espacio físico y social concreto (Benidorm), durante un periodo acotado (1951-1967) por la propia actividad institucional (alcaldía). En esta posición de centralidad en su red local accedía a recursos de influencia en redes superiores; lo que provocaba que él a su vez fuera valorado por otros agentes por sus recursos en este campo, desde donde se apreciaba su capacidad de influencias local y externa. Las acotaciones de la red social centralizada por Zaragoza evidencian que, funcionalmente, estamos ante una red periférica de otra malla más compleja centralizada por una élite de poder más potente, desde la que supo actuar con suficiente eficacia para ascender a centralidades o puestos de decisión más determinantes que el anclaje en Benidorm. Expresado de forma esquemática: la carrera política del alcalde empezó pero no acabó en su pueblo. El modelo de Mitchell sobre las redes sociales nos ha facilitado categorías analíticas para entender la información primaria de su correspondencia. Sin ánimo de cuantificar al modo de la teoría de grafos, ni de elaborar un completo sociograma, por otra parte imposible porque ni se han conservado el cien por cien de las comunicaciones por escrito de Pedro Zaragoza, ni todas utilizaron este medio, sí han facilitado la comprensión de los vínculos reflejados en el papel. Así, advertimos elementos morfológicos tales como la accesibilidad en el número de intermediarios del alcalde; la densidad, considerando las vinculaciones entre los corresponsables entre sí y con el alcalde; el anclaje o localización en el Benidorm de entonces; y el rango, entendido como el número de personas vinculadas directamente a Pedro Zaragoza. Desde la perspectiva analítica de las cualidades de la red, nos interesa el contenido de los vínculos, es decir, los intereses que unían a Zaragoza con los otros; la direccionalidad en las relaciones recíprocas, verticales hacia arriba (los más poderosos) o hacia abajo (los más débiles); la duración, - 1951-1967- diferenciando ritmos o fases; y Benidorm como el espacio social generador de la red social a su vez conectada con otros espacios, Madrid el más influyente. Otros aspectos han sido tenidos en cuenta, como fue la relación difusa pero real con parientes y camaradas falangistas. En última instancia, el análisis de la red social en la que participó y construyó el alcalde tenía unas primordiales utilidades que hacían funcionar la malla activando unos vínculos u otros, según las finalidades de obtención de favores personales, para su promoción política y para el municipio. Hemos intentado localizar los grupos informales nucleados por el protagonista principal, puesto que coexisten y colaboraban en el funcionamiento de las instituciones oficiales. En su caso jugaron un papel importante para construir la red social, ya que fue elegido alcalde desde arriba, por el gobernador civil Aramburu, precisamente por su juventud y no estar condicionado por los grupos sociales en disputa. El éxito de Zaragoza fue lograr un amplio consenso en torno a su proyecto de modernización de Benidorm, lo que a su vez fomentó en las élites locales una identificación de pertenencia al imaginario del éxito, el milagro Benidorm impulsado por el alcalde visionario. En este punto el análisis del caso, la actuación del actor principal, es abordado desde la microhistoria, de manera que la documentación seleccionada permite una descripción densa de su comportamiento en y desde Benidorm. Hemos buscado preferentemente las relaciones interpersonales, no hemos tratado de identificar un grupo rígido de pertenencia, con normas y jerarquización, pues la acción social del sujeto elegido fue generadora de relaciones flexibles y de desigual duración e intensidad en el periodo considerado. No obstante, esas mismas relaciones formaron un grupo difuso al que pertenecería Zaragoza. Además, no todos los individuos de la red mantuvieron relaciones entre si, ni todas estas eran permanentes dado que abundaron las coyunturales en función de los objetivos del alcalde. Ante el problema planteado por Ponce y Amadori de si las fuentes son suficientes para la reconstrucción de las redes sociales, consideramos que la correspondencia y otros documentos personales de Pedro Zaragoza permiten una reconstrucción significativa de los vínculos mantenidos por él y en relación a su figura. Por otra parte, esta documentación personal revela acciones, deseos cumplidos o no, proyectos, valores y actitudes, por lo que el enfoque historiográfico que adopta la acción social como elemento clave del análisis histórico nos sirve de herramienta heurística. De este modo hemos estructurado los capítulos dedicados al análisis y a la descripción densa de la actividad del alcalde Zaragoza en cuatro ejes funcionales según su rol principal: actor de los negocios propios; el facilitador de una amplia diversidad de intereses; el gestor municipal; y el hacedor de una imagen de prestigio ligada al desarrollo de Benidorm. En este propósito adoptamos la propuesta de Giovanni Levi sobre la descripción densa desde la microhistoria, entendida como una práctica basada en la reducción de la escala de observación, y en un estudio intensivo del material documental. No obstante, con ello no limitamos el uso de esta escala al análisis de la localidad Benidorm, pues utilizamos escalas más amplias para establecer los nexos explicativos de lo local con otros territorios geográficos más alejados. Participamos del enfoque microhistórico de que lo particular, el sujeto Zaragoza y sus cartas, dando cuenta de ideas, proyectos y acciones, es el punto de partida para contextualizar la explicación que nos proponemos: el conjunto de interacciones cambiantes con aquel alcalde, ejerciendo en Benidorm de intermediario entre lo individual en lo local y las estructuras generales que lo encuadraban en el periodo 1951-1967. 1.2. Objetivos e hipótesis La transformación de Benidorm en destino turístico de primer orden en los sesenta es un éxito presentado por el Régimen gracias a su sistema político, a la paz de Franco y a su alcalde. El ciclo favorable fue bien aprovechado por Zaragoza que actuó de catalizador de intereses impulsando sinergias que beneficiaranon en distinto grado a particulares, a las élites franquistas y a capas medias, dentro de los cambios del franquismo. El estudio de su correspondencia, particular y oficial, permite identificar las redes sociales que intervinieron en este proceso, y conocer mejor el desarrollismo franquista en una localidad turística emblemática. Adelantemos que el alcalde era un falangista franquista, pragmático, desarrollista pero no vinculado a los tecnócratas del Opus Dei. Partimos del concepto red de intereses para conocer a través de la correspondencia de Pedro Zaragoza, sobre todo en los años 1954-1966, sus conexiones con redes de intereses que convergían en el proyecto Benidorm. Desde la alcaldía participaba y facilitaba la vinculación de intereses en centros de la localidad y de Madrid, presentando los logros del crecimiento turístico como un beneficio nacional interclasista. Por otra parte, la red de intereses en las que se desenvolvía le permitió una importante promoción personal, muy exitosa si consideramos el punto de partida, el alcalde de un pequeño pueblo en crisis, de moderado peculio personal. 1.3. Estructura de la tesis La correspondencia y documentos que Zaragoza conservó no presuponen el registro absoluto de su actuación en la alcaldía. El propio actor y colaboradores archivaron lo que consideraron pertinente por el valor probatorio, legal o informativo del escrito. No obstante, todo apunta a que guardaron la mayoría del intercambio epistolar. Por otra parte, las condiciones de almacenaje y el tiempo trsnscurrido provocaron pérdidas en el depósito que cedió a la Universidad de Alicante en 2007. De manera que no pretendemos editar el volumen completo de las cartas, sino hacer una selección que haga inteligible al alcalde en su tiempo. Como documentos personales permiten observar diferentes sentidos bidireccionales entre el autor y el destinatario según el contenido se refiera a negocios, información, proyectos o intereses mútuos. Los criterios de selección se basan en delimitar las redes de interacción del protagonista en su posición, para obtener beneficios propios y facilitarlos a otros; identificar a los interlocutores; analizar su rol de gestor municipal, promotor turístico y la praxis política suyacente en sus actos. También se han examinado escritos de Zaragoza y coetáneos en el Boletín del Ayuntamiento y otras publicaciones. La lectura ha identificado a los interlocutores, los vínculos de intereses y el contenido relevante para la compresión de los roles de Pedro Zaragoza. A tal fin hemos consultado la bibliografía general y local del periodo, publicaciones de la época, las entrevistas al alcalde y sus escritos; los estudios sobre las redes de influencias, el primer franquismo y el papel de los gobernadores en el mismo; así como los trabajos sobre aspectos del desarrollismo, la vida cotidiana, las actitudes ante el Régimen y el turismo en los años 60. Esta tesis no es una biografía; no obstante, hemos tomado los datos necesarios para una mejor compresión de Zaragoza de fuentes bibliográficas, prensa y testimonios; también del libro del periodista Nuño de la Rosa (2013), rico en datos, basados en entrevistas a la familia y otros testigos cuyas grabaciones, en un futuro depositará en la Universidad de Alicante, por lo que no hemos tenido acceso a las mismas. Es una obra útil pero de encargo, con excesivo tono laudatorio; no consultó la correspondencia del biografiado y no adopta una perspectiva de análisis histórico. Creemos que este enfoque es el que debe primar al abordar el estudio de personajes destacados o poco conocidos del personal político del franquismo; resituar su papel en el contexto para la comprensión del funcionamiento del sistema y la relación con los gobernados. De este modo evitaremos hagiografías, heroizaciones y discursos épicos del pasado. En el capítulo 2 la documentación primaria ha sido articulada desde la perspectiva de lo más cercano a las actividades del sujeto; tanto las orientadas a sus negocios particulares como las que facilitaron intereses diversos de individuos y grupos. El resultado de la amalgama de intereses y favores dibujó la red de influencias del alcalde. Los capítulos 3 y 4 amplían el campo de acción de Pedro Zaragoza. Él como gestor de las competencias municipales dentro de los límites del régimen; y su vertiente de alcalde promotor publicitario y mercantil del turismo local. El capítulo 5 trata de explicar la ideología y las prácticas impulsoras de la alcaldía que desempeñó entre el final de la autarquía y la expansión desarrollista. El último apartado recoge las conclusiones deducidas de los capítulos anteriores. El conjunto se complementa con anexos documentales que amplían la información y propician nuevas lecturas. Pedro Zaragoza configuró una red de relaciones con amigos y contactos de Madrid, Alicante y València. Con frecuencia visitaba la capital de España donde tenían su campo de actuación, la mayoría de ellos en razón de su cargo y del funcionamiento altamente centralizado del Estado durante el franquismo. Sus negocios privados fueron facilitados por su función política. Hay que considerar que los alcaldes no tenían sueldo institucional; los límites entre lo público y lo privado no se regían por las normas del ordenamiento jurídico actual y las incompatibilidades vigentes para cargos y funcionarios públicos. 2.RESUMEN DE RESULTADOS La correspondencia particular de Zaragoza evidencia que la cadena de favores e influencias era una práctica habitual y admisible, política y jurídicamente, dentro del Régimen. No se trataba de una documentación secreta, aunque sí en ocasiones reservada, que circuló entre varias personas y se archivó. La prestación de favores no era en absoluto una estrategia nueva, suponía la continuación más compleja, en un contexto más dinámico, del caciquismo y del clientelismo anteriores a la guerra. Detectamos constantes de su proceder: la utilidad de la red de amistades para alcanzar fines en beneficio de Benidorm, identificados como propios, y el mantener una buena reputación personal y de la ciudad ante las autoridades superiores. En el logro de este objetivo procuró los buenos oficios de periodistas amigos que colaboraron de diversos modos. El más decisivo por su papel en el Festival de la Canción, relación duradera y leal amistad fue Juan Carlos Villacorta. Pedro Zaragoza poseía una serie de bienes particulares; fincas rústicas y urbanas valoradas en conjunto en 138´6 millones. Los ingresos se completaban con los cargos de representación que ostentaba y de los que obtenía remuneración directa de empresas y poder de influencia en los puestos institucionales: Presidente de la Diputación Provincial, Presidente del Sindicato Provincial de la Construcción y Vocal Nacional de la Construcción, Consejero Provincial del Movimiento, Procurador en Cortes, Presidente de la Caja de Ahorros Provincial, Consejero del Banco de Crédito Local de España, Presidente del Consejo de Administración de Constructores Alicantinos (Alicante) y Consejero de la Compañía Iberoamericana (Alicante). Cerraba el memorando la lista de condecoraciones que le distinguían en el universo de valores del Régimen, consciente del prestigio que tenían en el sistema. Su correspondencia de PZ dibuja diversas líneas de actuación como facilitador en y desde Benidorm que sustentaron su prestigio e influencia. Proporcionaba información sobre solares y precios; procuró atraer a personas distinguidas y capitales de Madrid; pidió ayuda para falangistas en apuros económicos; captaba recomendaciones para opositores a puestos de la Administración; procuraba concesiones de obras públicas; realizó gestiones para personajes que a la postre le proporcionarían más capacidad de gestión y proyección de imagen. El ámbito preferente será Madrid, habida cuenta de la organización del Estado fuertemente centralizada del franquismo y la concentración de redes de poder, sin descuidar las necesarias conexiones con lo cercano, Benidorm, la Vila Joiosa, Alicante y València. No siempre las gestiones alcanzaban un éxito pleno pero sí anudaban amistades e intereses. La red de contactos que desarrollaba en Madrid era su base de apoyo para sus actuaciones en Benidorm y pieza clave en la construcción de su imagen pública. En este sentido el mantener buenas relaciones con periodistas influyentes era indispensable y un capital político que cuidar, máxime cuando el Régimen no permitía una verdadera libertad de prensa y de expresión. Un gran recurso en esta línea fue la estrecha amistad que le unía con el periodista Ángel Marrero de TVE. Pedro Zaragoza fue siempre fiel al Caudillo y al Mando por él designado en la provincia, el Gobernador civil y Jefe provincial del Movimiento. Ante todo y siempre, asumía las reelaboraciones del Movimiento según Franco. El prestigio fundamentado en Benidorm fue su capital político para ascender en el Régimen. Deseaba la modernidad y el internacionalismo sin perder la tradición hispana; impulsar el desarrollo social y patrio medido en bienestar material. Todo ello dentro de la religiosidad del nacionalcatolicismo. Promovió desde el ayuntamiento una publicación propia para alcanzar dos objetivos específicos. En primer lugar, servir de altavoz de la gestión del consistorio, los acuerdos de la Permanente y del Pleno, bandos, legislación hotelera, datos estadísticos, información útil, artículos y recortes de prensa de interés turístico. Pero sobre todo deseaba informar y crear un estado de opinión favorable a las transformaciones que experimentaba la Villa bajo la dirección de Pedro Zaragoza, lo que suponía también la transmisión de los valores del franquismo en un ambiente de ocio y bienestar. Con ello, se materializaba el mensaje de que era posible una nueva ciudad española abierta a lo europeo. El alcalde consiguió que Carmen Polo visitara en diversas ocasiones Bneidorm. Las visitas de la esposa del Jefe del Estado, en otoño y primavera, revestían un carácter de acontecimiento memorable. Suponía la aprobación tácita de que cuanto hacía el alcalde era beneficioso para el pueblo y para España. En las fotografías de Quico y Simeón Nogueroles aparece con un séquito de personalidades; orando ante la Patrona Virgen del Naufragio (Verge del Sofratge); de paseo por lugares emblemáticos de la villa; o en El Carrasco, subrayando la familiaridad con María Ivars y Pedro Zaragoza que está en casi todas. Las posibles críticas a las costumbres licenciosas que comportaban los turistas extranjeros quedaban anuladas por la presencia de Doña Carmen. Atrajo mediante la Operación B-B a matrimonios vizcaínos. Esta nueva clase media industrial se asemejaba, o así se quería hacer ver, al moderno proletariado europeo, con vacaciones pagadas, seguros sociales y poder adquisitivo de bienes de consumo no indispensables. Para los nuestros, Benidorm podría ser un buen destino, asequible y atractivo (sol, playas, cosmopolita). La operación tenía otros aspectos no económicos igualmente importantes. Suponía la demostración de que en la España de Franco el obrero bilbaíno, que nació después de 1937, podía acceder a niveles de bienestar impensables para la generación de sus padres, muchos de ellos inmigrantes. Crear una corriente de ocio entre Vizcaya, Bilbao y Benidorm era una metáfora de comunicación entre españoles; el industrioso Norte descansaba en las playas del bikini del Levante luminoso La disciplina urbanística (PGOU 1956, 1963) creó una nueva ciudad coherente y eficaz, pero se aplicó con poco cuidado por el casco antiguo, donde su tejido fue deformado por la construcción en altura, desordenada y sin respetar la tipología tradicional, aunque el Castillo, la Plaça de la Senyoria, el Carreró dels Gats y el nuevo Parque de Elche fueron convertidos en espacios publicitarios y turistizados como imágenes identitarias de Benidorm. Tampoco los relieves del Tossal de la Cala, Racó de l´Oix y Serra Gelada recibieron un tratamiento respetuoso con el medio; y afortunadamente en la Illa no se ejecutaron fantasiosos proyectos urbanizadores. Pero la propaganda insistía en aspectos verdaderos que no variaban: las condiciones climáticas óptimas, las excelentes condiciones de temperaturas medias, régimen de vientos, insolación y la unidad inalterable de las playas. Consciente del poder sugestivo de estos elementos, el ayuntamiento reguló la edición y venta de postales que reprodujeran edificios, calles, paisajes, playas, monumentos del término municipal. Primero el fotógrafo alemán Marvelli y más tarde los Hermanos Galiana (Callosa d´en Sarrià) serán los creadores de las imágenes postales icónicas del Benidorm anterior a 1980. Igualmente, fue una decisión pionera en España el inscribir en el Registro de la Propiedad Industrial el lema “El sol pasa el invierno en Benidorm y la brisa en verano”. Esto le permitió recusar ante el Ministerio de Información y Turismo los plagios de otras poblaciones, como Málaga. Consideramos estos elementos propios de la modernidad del marketing turístico. Así, fue un éxito la promoción de Benidorm con el Festival, un evento ajustado a la proyección de ciudad europea y española al mismo tiempo, nuestro San Remo. En distintas ocasiones a lo largo de su vida pública y privada Pedro Zaragoza manifestó los dos referentes ideológicos que articularon su praxis política: Jose Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco, los dos polos de los Principios Fundamentales del Movimiento. A su vez, insistió en que su educación ético-política la realizó en el Frente de Juventudes, donde asimiló los ideales del Régimen del que nunca cuestionó su autoproclamada legitimidad de origen en el Alzamiento del 18 de Julio; y del que no participó por razón de edad (mayo de 1922) y por pasar la guerra en la retaguardia republicana. Este esquema ideológico contiene un gran cúmulo de contradicciones teoréticas y prácticas que al alcalde no le impidieron el ejercicio del poder local, ni le confundieron en sus objetivos. La amalgama de elementos joseantonianos, autoritarios, conservadores, nacionalcatólicos, tradicionalistas, nacionalsindicalistas y desarrollistas, la dosificó según la necesidades de la práctica, en la resolución de los problemas y en función de las utilidades que le pudieran proporcionar las relaciones en el seno del sistema político. El nacionalcatolicismo asignaba al alcalde la responsabilidad de la vigilancia y ortodoxia de la policía de costumbres. El franquismo restauró y politizó los usos y costumbres prescritos por la iglesia católica, que había bendecido el alzamiento como una Cruzada y colaboraba en el orden social. La contradicción surgía cuando se deseaban las divisas de los extranjeros pero se temían sus costumbres contaminantes, opuestas a la mentalidad oficial. Pragmático, Pedro Zaragoza afirmaba que si se querían los efectos positivos del desarrollo turístico cabía adoptar una discreta tolerancia. 2. CONCLUSIONES La documentación utilizada, especialmente la correspondencia de Pedro Zaragoza se ha revelado como recurso útil y adecuado para conocer las actuaciones del alcalde en la transformación de Benidorm, su posición en las redes de intereses que intervinieron en el proceso y su praxis política en el Régimen. Las cartas conservadas tienen aspectos personales e institucionales que han permitido abordar los contenidos de los intereses relacionales y las motivaciones del protagonista central, sus valores e ideología presentes en su quehacer, tanto en la alcaldía como individualmente. Este aspecto adquiere una mejor comprensión cuando se han examinado sus vínculos con otros actores que enlazaban a Benidorm con Madrid, con ámbitos de decisión más poderosos. El estudio ha proporcionado conocimiento histórico sobre el alcalde desprovisto de perfiles míticos. Su gestión fue eficaz en la transformación socioeconómica de Benidorm; supo optimizar a los objetivos de la alcaldía los recursos naturales y humanos y los apoyos políticos que concitó del sistema imperante. Destaca su habilidad para obtenerlos desde la alcaldía de un pequeño pueblo, siendo un joven procedente del Frente de Juventudes, sin orígenes familiares en la coalición franquista. Durante la etapa 1952-1959 fue capaz de preparar el éxito de la transformación de Benidorm como obra del Movimiento. Concertó intereses e iniciativas que convergieron en la construcción del Benidorm turístico, proceso acelerado y muy publicitado en el periodo 1960-1967 en que acuñó su imagen de franquista del desarrollo. Mediante el análisis denso de la documentación primaria, -complementada con fuentes y publicaciones de la época-, se ha seleccionado del Fondo Pedro Zaragoza los documentos que proporcionaban respuestas a los principales interrogantes: qué apoyos movilizó, para qué objetivos, qué dificultades encontró, qué ideario político le inspiró. Concluimos en que supo ser un producto ejemplar del segundo franquismo, incluso antes de 1957-59, que empezó siendo alcalde de población menor a 5000 habitantes y llegó a ser Director General y Gobernador Civil. Fue ante todo un fiel servidor de Franco, falangista pragmático, con clara perspectiva de economía de mercado, sin nostalgia de la autarquía, antítesis de su modelo de turismo expansivo de masas españolas y extranjeras. Entendía el poder basado en la legitimación por los hechos, que las masas gozaran de un progreso común sin lucha de clases, de manera que el ideal de la Patria común armonizara los proyectos individuales. En este sentido, hemos comprobado que captó el apoyo político y financiero de la élite autóctona y de inversionistas foráneos, mayoritariamente españoles, en el crecimiento inmobiliario y hotelero de Benidorm, especialmente en la primera etapa de desarrollo urbanístico. Las clases medias y populares del pueblo vieron que el turismo también traía beneficios para ellos, por lo que Zaragoza ofreció al Régimen las divisas de los turistas extranjeros y el consenso social del ejemplo Benidorm. A tal fin, organizó actuaciones publicitarias del lugar y del sistema político; este mejoraba su imagen exterior y premiaba al alcalde por sus servicios. La aplicación de las categorías del análisis de redes ha evidenciado como resultado de su exitosa gestión la alta accesibilidad del alcalde a nodos superiores. Y a la vez él ser el centro de conexión de los elementos locales con los gobernadores civiles, que enlazaban como nodos intermedios con la Administración Central. El estudio confirma uno de los intereses relevantes en el funcionamiento de la red anclada en Benidorm: en el sector inmobiliario-turístico participaron por interés particular personalidades políticas del Régimen y miembros de las élites franquistas de Madrid. Por otra parte, el mantenimiento de la disciplina urbanística, en líneas generales, impidió el crecimiento desordenado y la especulación extrema. De este modo el instrumento planificador (PGOU 1956 y 1963) se constituyó en instrumento de arbitraje que potenciaba la autoridad de alcalde y reforzó su posición en la red. Las cartas privadas demuestran que sus negocios particulares prosperaron gracias al conocimiento de las oportunidades locales y a las relaciones con inversionistas forasteros; a las que añadir a su buena reputación para la obtención de representaciones comerciales en exclusiva. No vulneró la legislación entonces vigente convirtiendo las funciones de alcaldía en mercancía. No obstante, la línea divisoria entre lo público y privado en el sistema dictatorial en ocasiones no era percibida con nitidez. Las cadenas de favores eran práctica admisible en todas las escalas de decisión y suponían la continuación de las relaciones clientelares anteriores a la guerra. Cambiaron los actores y las funciones políticas. Sus negocios privados crecieron al compás de la expansión de Benidorm. Fueron reflejo de las cifras en ascenso de la villa, por ello se centraron en el comercio y las inversiones inmobiliarias; las más importantes, los Almacenes Zaragoza y la distribución de Butano; además, desempeñó el puesto de agente de la CASE que potenciaba sus contactos. Partió de un capital inicial heredado, del tipo rentista, que colocó en la nueva expansión; actitud común en la élite local que dirigió, la creadora del nuevo Benidorm. En este empeño, Pedro Zaragoza contó con el capital intangible de las buenas relaciones con los linajes locales influyentes; y la captación de información desde el pueblo y del exterior. En este sentido, los cargos públicos que desempeñó le facilitaron conocimiento y oportunidades de negocio, que emprendía si consideraba que no perjudicaban a Benidorm. Un aspecto importante en la movilización de relaciones y apoyos fue el potenciar la buena fama de la villa y su alcalde mediante campañas publicitarias y con la ayuda de periodistas. El objetivo era hacer circular una imagen atractiva del binomio Benidorm + Zaragoza. Las operaciones publicitarias más influyentes fueron las que vincularon el desarrollo económico, el bienestar, a imágenes del Régimen (Festival de la Canción, Carmen Polo, Nieto Antúnez, Moscardó, aristócratas, altos funcionarios, El Carrasco). Igualmente la buena fama del destino vacacional debía sustentarse en una eficaz gestión; de manera que el alcalde no fue simplemente un delegado gubernativo, sino un avanzado gerente de los recursos turísticos, detallista en la atracción de un amplio abanico de turistas nacionales y extranjeros. En esta política contó con la colaboración de periodistas, agencias de viajes, hoteleros, pequeños comerciantes, concejales, promotores (Puchades) y constructores (Gargallo, Albert), buenos asesores (Julio Guillén, Orts Serrano) y el cualificado equipo del PGOU. Sin olvidar las ayudas decisivas de la CASE y del Banco de Crédito Local en la primera etapa para la traída del agua potable, la vivienda asequible y la urbanización. En la medida que el milagro Benidorm se consolidaba desde 1960, Zaragoza proporcionó al Régimen divisas y la inestimable publicidad de pueblo escaparate, imagen de modernidad y apertura a lo extranjero. Con Fraga en el ministerio el turismo se incorporó a la política económica como uno de los motores del desarrollo, junto a la visión estratégica del crecimiento industrial, lo que repercutió positivamente en Benidorm. Pedro Zaragoza tuvo la habilidad de potenciar las competencias municipales del PGOU y la promoción inmobiliario-turística. Desempeñó el rol de alcalde-enlace entre la iniciativa privada y las autoridades superiores. Así su prestigio personal crecía por ser el agente del desarrollo local, el impulsor de las infraestructuras y equipamientos que nunca tuvo el pueblecito y que ahora disponían con el Régimen. Rápidas y milagrosas trasformaciones en una década (1957-1967): agua potables, calles asfaltadas, playas limpias, alcantarillado, viviendas sociales, escuelas, matadero, mercado, correos, desvío de la carretera de València, urbanización, puestos de trabajo, plaza de toros, recuperación de bienes de propios y saneamiento de la hacienda municipal. Zaragoza medía el éxito por las cifras en ascenso, que suponían la garantía a las inversiones y el apoyo de los gobernadores y autoridades. Pragmático y empirista estudió el sector turístico y sus problemas, recogía las opiniones de los turistas y creó una plataforma de información, altavoz del consistorio y conformador de opinión pública: el Boletín del Ayuntamiento de la Villa, transmisor de los valores del desarrollismo franquista en la turistización del litoral. Proyectó una publicidad personal basada en hechos cuantificables, sugerencias y subliminal en torno a unos ejes: su trayectoria coherente en la alcaldía, la transformación radical de Benidorm para todos los vecinos, liderada por un joven del Frente de Juventudes; se fragua una personalidad relevante, reconocida en el pueblo y en Madrid; cultiva un carisma de gran hacedor interclasista. En todos los actos organizados por la alcaldía procuró transmitir un mensaje de optimismo en el futuro de Benidorm en la España de Franco. En el Monumento a los Muertos en el Mar aunó el pasado de sacrificio con el Mediterráneo del turismo. La Cruz en Serra Gelada con la tradición popular religiosa. El Festival de la Canción con el ocio moderno. La Operación Bilbao-Benidorm fue presentada como una comunión entre españoles, los nuevos obreros industriales con vacaciones como los europeos. La Operación Laponia unía a las anticomunistas de Finlandia y España. La Exposición de arte de vanguardia en el Aula Zaragoza reflejaba en la nueva ciudad el arte más moderno. Su prestigio fue el capital político para hacer carrera en el Movimiento. Dentro de las estructuras del sistema quiso demostrar que el desarrollo socioeconómico era posible sin abandonar la tradición hispana y nacionalcatólica, y participar de la modernidad europea con la democracia orgánica. No redactó una exposición sistemática de sus posiciones ideológicas y programáticas, pero son identificables en la correspondencia, discursos recogidos en publicaciones, entrevistas y fotografía. Empezó muy joven (17 años) su socialización en el Régimen, en el Frente de Juventudes, y se hace un nombre distinguido en la alcaldía, de los 28 a los 44 años. Toda su carrera política la hizo en el Movimiento, en Benidorm y en Madrid. Observando su praxis concluimos que fue un falangista pragmático avanzado, desde antes de 1956, y desarrollista sin pertenecer a los equipos tecnocráticos. Para Zaragoza la clave del sistema era Franco a quien profesó una lealtad sin reservas. FET y JONS le proporcionó las bases ideológicas mientras su programa práctico lo constituyeron los objetivos del desarrollo de Benidorm. A tal fin actuó con flexibilidad en el seno de las redes de intereses de la coalición reaccionaria. Pedro Zaragoza exhibió un discurso público y privado resultante de una amalgama de elementos modulados según las circunstancias: el tradicionalismo local y regional valenciano, el españolismo, un europeísmo conservador, el catolicismo preconciliar, la retórica social falangista, interclasista, el rechazo a los viejos privilegios, republicano que acepta la monarquía franquista, el anticomunismo y la antimasonería; y el culto al líder ausente (José Antonio) y al líder real (Franco). Tal conglomerado le permitió mantener sintonía práctica con todas las corrientes falangistas y los monárquicos franquistas. Y cuando ascendió a Madrid, ser Director General de Empresas y Actividades Turísticas con Sánchez Bella y Gobernador Civil de Guadalajara con Arias Navarro, antiguos corresponsales suyos. Desde los años 90 reelaboró su imagen como la de un falangista siempre leal a Franco, pero no a los franquistas que cambiaron de chaqueta. No supo o no pudo adaptarse a los cambios políticos y se retiró a la vida privada. Insistió en los mitos del decreto del bikini, la amenaza de excomunión y el viaje en vespa a El Pardo. Con la presente tesis consideramos que fue un eficaz gestor de la transformación turística de Benidorm dentro de los límites y valores del franquismo. Este es el legado que reivindicó de su memoria.