Literatura y periodismo el siglo XIXel “Museo de las Familias” (1843-1870)
- Pérez Valle, Raquel
- Ana María Freire López Director/a
Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 16 de diciembre de 2015
- Enrique Rubio Cremades Presidente
- María del Pilar Espín Templado Secretario/a
- Pilar Vega Rodríguez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El Museo de las Familias (1843-1870) forma parte del conjunto de revistas enciclopédicas y pintorescas que siguiendo los modelos franceses e ingleses se publicaron en España en el siglo XIX. Junto con el Semanario Pintoresco Español o el Museo Universal se integra en un selecto grupo de publicaciones con grabados que identifica la prensa ilustrada española de la época. El editor Francisco de Paula Mellado se encargó con éxito de su dirección, impresión y edición, convirtiéndola en la seña de identidad de su complejo entramado editorial. Esta revista mensual, subtitulada "lecturas agradables e instructivas", se concibió para enseñar y entretener al público familiar, de ahí el carácter misceláneo de sus contenidos. En sus páginas, unas 25 por entrega, encontramos artículos de carácter científico-técnico (hª natural, agricultura, ciencia, etc.) y otros con un carácter más divulgativo (historia, costumbres, viajes, biografías, estudios morales, religiosos, etc.). Adquieren una especial relevancia los textos de creación literaria: leyendas, cuentos, novelas por entregas (sobre todo las históricas), poemas o pequeñas obras teatrales hacían las delicias de sus lectores. En la larga lista de colaboradores ilustres disfrutamos de lo más granado del periodismo y la literatura española: Bretón de los Herreros, Basilio Sebastián Castellanos, Modesto Lafuente, Antonio Flores, Eugenio Hartzenbusch, Campoamor, A. Ferrer del Río, Eugenio de Ochoa, Gregorio Romero Larrañaga, Antonio Pirala, Salvador Costanzo, Alejandro Magariños Cervantes, Ildefonso Bermejo, Augusto Ferrán, Francisco Javier Simonet o Florencio Janer. Destacan como colaboradores habituales la importante labor de Fernández Villabrille, con sus artículos en la sección "Glorias de España", y la participación de Muñoz Maldonado y su hijo, Muñoz y Gaviria (ambos publican producciones propias en distintas secciones y un determinante corpus de artículos traducidos y adaptados procedentes de otras revistas europeas). El editor Mellado fomentó en el Museo la publicación de las escritoras nacionales más populares. Con agrado hemos de añadir a la lista anterior los nombres de Carolina Coronado, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Fernán Caballero, Ángela Grassi o Joaquina García Balmaseda. Las páginas de la revista cuentan con una nutrida nómina de escritores extranjeros, especialmente galos, muy del gusto del público. No faltan en sus páginas los sucesivos directores del Musée des Familles, Henri Berthoud, Pitre-Chevalier o Charles Wallut, ni tampoco los novelistas y periodistas más populares de la época. A Lamartine hay que sumar nombres tan conocidos como los de Jules Janin, A. Dumas, Alphonse Karr o Frederic Soulié. Tampoco se descuida la inclusión de contenidos de escritoras francesas y contamos con firmas como la de la duquesa de Abrantès, Louisse Colet, Camille Lebrun o George Sand. Aunque en un número mucho menor también publican colaboradores de otras nacionalidades como Harriet Beecher Stowe, Benjamin Franklin o Hans Christian Andersen, todos ellos con el denominador común de ser ampliamente estimados por el público de la época, sobrepasando el límite geográfico de sus respectivos países. Los contenidos gráficos, además de contar con secciones específicas, complementaban y en ocasiones se mostraban como el protagonista principal de números artículos. Para ello, la editorial de Mellado contó con grabados adquiridos en el extranjero, pero también con el trabajo de los mejores artistas nacionales: Castelló, Zarza, Urrabieta, Calixto Ortega, Joaquín Sierra o José Mª Avrial forman parte de una abundante lista de imprescindibles. Los problemas internos de la editorial de Mellado, el desgaste de este tipo de publicaciones y la aparición de nuevos modelos de periodismo ilustrado más a la moda propiciaron la desaparición de la revista. El Museo de las Familias abandonó el hogar de los lectores españoles, pero se supo ganar un merecido espacio en el estudio del periodismo español del s. XIX.