Dos caras de una misma expulsiónel destierro de los jesuitas portugueses y la reclusión de los misioneros alemanes

  1. Fernández Arrillaga, Inmaculada
  2. García Arenas, Mar
Revista:
Hispania sacra

ISSN: 0018-215X

Año de publicación: 2009

Volumen: 61

Número: 123

Páginas: 227-256

Tipo: Artículo

DOI: 10.3989/HS.2009.V61.I123.86 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAcceso abierto editor

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Resumen

La expulsión de los jesuitas de todos los dominios portugueses se inició en 1755 con el paulatino destierro de los religiosos que habitaban las misiones situadas en el Estado amazónico de Gran Pará y Maranhao culminando con la ley general de expulsión que firmó José I el 3 de septiembre de 1759. Un decreto que se iría ejecutando de forma expeditiva en cada uno de los territorios lusos donde vivían miembros de la Compañía de Jesús y desde donde iniciaron su diáspora hacia tierras pontificias. Sin embargo, no todos los jesuitas fueron desterrados a Italia, un considerable número de ellos �entre los que encontramos a todos los que no habían nacido en Portugal�, permanecieron cautivos y confinados en conventos o en casas de campo habilitadas como cárceles y en presidios como el castillo de San Jorge, los fuertes de la Junqueira, Almeida, Pedrouços, San Julián o la cárcel pública de Belem. Cuestiones, todas ellas, de las que trata este trabajo.