Edificio Germán Bernácerdel dibujo y de la obra

Resumen

El edificio Germán Bernácer acoge diversas estancias destinadas a la docencia y a sus servicios varios que ayudan a la gestión del campus de la Universidad de Alicante. Desde sus inicios ha demostrado su adecuación al uso original, así como su versatilidad para ser adaptado a diferentes requerimientos, y siempre se ha comportado como un hábitat amable, acogedor y eficaz. Además de ello, su cualidad técnica y su expresividad constructiva han hecho que, durante veinte años, tanto la documentación del proyecto como el edificio mismo hayan servido para múltiples actividades docentes que han nutrido de experiencia y aprendizaje a los alumnos de Arquitectura de Alicante. Actividades que les han permitido iniciarse en cómo se produce la génesis de un proyecto y su tránsito desde unas pocas rayas dibujadas inicialmente hasta llegar a ser un artefacto construido complejo y eficiente. Desde el Área de Expresión Gráfica Arquitectónica de esa escuela se ha considerado que este año, en coincidencia con las muchas actividades de recuerdo, y reconocimiento que se vienen sucediendo hacia el ilustre economista que presta su nombre a la edificación, era el momento adecuado para esta publicación. Un libro que trata de evidenciar, de forma ordenada y elocuente, con dibujos, textos e imágenes, las relevancia del dibujo para poder idear, desarrollar, entender, transmitir y construir la arquitectura. La edificación se configura en forma de U y se empotra en el terreno para así perder presencia y generar un espacio exterior propio y controlado. El cerramiento de su fachada exterior, construido con grandes paneles prefabricados de hormigón, actúa como auténtica barrera frente al ruido y el tumulto provocado por la ronda, el centro comercial y los accesos peatonales de la Universidad. El cerramiento hacia el interior se realiza en vidrio y lamas pivotantes de madera que propician unas intensas relaciones visuales entre las partes y un ambiente cálido y diferenciado. El resultado es una suerte de claustro central, abierto y cerrado, por encima y por debajo de la rasante, que, atravesado por un puente y permeable por hasta seis puntos distintos, se presenta como un espacio dinámico pero sereno, con identidad propia pero en intensa relación con el espacio público al que se abre. La compartimentación del interior se resuelve de forma que permita, por transparencias sucesivas, la continua presencia del patio central.