Génesis y evolución de las fortificaciones abaluartadas de Alicante (siglos XVI-XVIII)

  1. GONZALEZ AVILES, ANGEL BENIGNO
Dirigida por:
  1. Víctor Echarri Iribarren Director

Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante

Fecha de defensa: 17 de enero de 2012

Tribunal:
  1. Carlos Montes Serrano Presidente/a
  2. Andrés Martínez Medina Secretario
  3. José Javier Rivera Blanco Vocal
  4. Jesús Pradells Nadal Vocal
  5. Juan Miguel Otxotorena Elizegui Vocal
Departamento:
  1. CONSTRUCCIONES ARQUITECTONICAS

Tipo: Tesis

Teseo: 317785 DIALNET

Resumen

El estudio de la génesis y evolución de las fortificaciones abaluartadas de Alicante saca a la luz todos los proyectos de fortificación planteados para la defensa de la plaza alicantina entre los siglos XVI y XVIII. La Guerra de Sucesión y la Guerra de la Independencia, enmarcaron la mayor parte de ellos. El estudio de la abundante y dispersa documentación hallada tanto en archivos nacionales como extranjeros ha permitido conocer las fechas de cada proyecto propuesto, así como del comienzo y final de aquellos que se llevaron a cabo, conociendo su evolución en el transcurso de los años. Entre los proyectos estudiados para la plaza de Alicante hasta la Guerra de la Independencia, destaca el Proyecto General de Fortificación del marqués de Verboom. La capacidad y conocimiento del ingeniero general de los ejércitos de Felipe V, se plasmó en un proyecto general difícilmente superable en ninguna de las propuestas estudiadas. Juan Bautista Antonelli, Giovan Giacomo Paleari Fratín, Ambrosio Borçano o Antonio Montaigut entre otros, también presentaron proyectos para fortificar la llave del reino -así se denominaba a Alicante-. La construcción de las murallas en tiempos de Carlos V supuso el primer ejemplo de fortificación moderna en la historia defensiva de la ciudad. El recinto defensivo constituye el más importante de las fortificaciones de Alicante y el único que no se construyó con la urgencia de inminentes episodios bélicos. Su construcción permitía alojar artillería, pero se mostraban incapaces de resistir un asedio prolongado. Tras la colmatación del espacio existente entre el recinto de Carlos V y los muros de la villa vieja comenzó el verdadero debate de la fortificación abaluartada de Alicante. La situación generó la aparición de dos núcleos poblacionales en las dos orientaciones que la topografía permitía desarrollar la expansión urbana, San Francisco al oeste y San Antón al norte. El planteamiento defensivo de Alicante a partir de este momento se abordó desde tres puntos de vista: relegar la defensa de la plaza a su fortaleza, circunvalar los arrabales con un recinto fortificado o derribar los arrabales extramuros de la ciudad para evitar su ocupación por el enemigo. Todos los informes, memoriales y proyectos de la historia de las fortificaciones de Alicante recogen alguna de estas tres premisas. Tres fueron las consecuencias derivadas de cada una de estas posturas: dedicar todos los esfuerzos a la mejora de la fortificación del castillo de Santa Bárbara, proponer ambiciosos proyectos de fortificación, derribar los arrabales para asegurar la defensa desde el recinto amurallado de Carlos V y el castillo. Las fortificaciones de Alicante nunca estuvieron a la altura del poder destructor de la artillería. En el siglo XVII el bombardeo sufrido por la ciudad en 1691, demostró la inoperancia de sus defensas. Nuevamente en el XVIII, el asedio en la Guerra de Sucesión plasmó la incapacidad de su fortificación, esta vez por el interior. El trincherón ejecutado en algo menos de un año por los ingleses con pésima calidad, escasa altura, carencia de fosos y casamatas y una malísima configuración geométrica en su trazado, no mejoró las defensas de la plaza. Únicamente su castillo, último reducto de la plaza, era capaz de mantener un largo asedio en cualquiera de los siglos estudiados. Una gran parte de los proyectos estudiados pertenecen al siglo XVIII aunque ninguno llegó a ejecutarse. Paralelamente a las obras defensivas de Alicante destacaron dos obras civiles de gran importancia, la ampliación y defensa de su muelle y el desvío del cauce del barranco de San Blas. Los proyectos planteados por los ingenieros militares para ambas obras complementan el estudio de las fortificaciones abaluartadas para la plaza alicantina hasta la Guerra de la Independencia.