Benidormmovilidad, población y turismo

  1. Sánchez Galiano, Juan Carlos
Dirigida por:
  1. Pablo Martí Ciriquián Director

Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante

Fecha de defensa: 18 de septiembre de 2017

Tribunal:
  1. Javier Ruiz Sánchez Presidente/a
  2. Joaquín Alvado Bañón Secretario
  3. María Victoria de la Fuente Aragón Vocal
Departamento:
  1. EDIFICACION Y URBANISMO

Tipo: Tesis

Teseo: 499453 DIALNET

Resumen

Con el objetivo de configurar ciudades sostenibles, se requiere estudiar la interrelación de las distintas variables que afectan no sólo al modelo urbanístico sino también a la movilidad, a la población y al modelo económico que, en el caso de la ciudad de Benidorm, es el turístico. El concepto de ciudad sostenible precisa un nuevo paradigma de movilidad, seguro e inclusivo, que facilite su materialización, el cual es conveniente establecer partiendo desde la premisa básica en seguridad vial: la visión cero accidentes, con respecto a víctimas fatales y muy graves. Se pretende realizar una aplicación práctica a la movilidad sostenible y la seguridad vial, mediante el establecimiento de modelos que puedan tener en consideración multitud de variables que afectan a la planificación urbanística. De esta forma, la tesis se estructura en dos partes que posibilitan llegar al resultado final con una visión global de la realidad. La primera parte, dedicada al cálculo de la población real existente en cada momento en la ciudad turística, y la segunda parte que se dedica al estudio de modelos que valoren la movilidad de la población desde el punto de vista de la sostenibilidad y la seguridad vial. Así, la primera dificultad en este proceso de análisis radica en conocer la población real de una ciudad turística, pues constituye un primer factor de exposición al riesgo en medio urbano. El número de habitantes temporales de la ciudad de Benidorm se compone por un espectro variado que se ha de cuantificar por separado: por un lado, los usuarios de alojamientos turísticos reglados; por el otro, aquellos visitantes no registrados. Para este último caso, se hace imprescindible la utilización de indicadores —tales como el consumo de agua o la generación de residuos— a partir de los cuales, así como de sus respectivas tasas de consumo, es posible estimar una cifra de población. La metodología empleada permite su replicación en otros casos de estudio con la finalidad de estimar una cifra tan determinante en materia de provisión y mantenimiento de servicios públicos como lo es la población total. En realidad, el modelo de gestión de información a plantear debe corregir la propia recogida y tratamiento de los datos y validarse desde ópticas distintas, con la finalidad de evitar la trasmisión de errores. De esta forma, el modelo también será válido para ciudades no turísticas, por cuanto en las mismas, la situación se simplifica al no existir alojamiento turístico "sumergido". Por su parte, los modelos de evaluación de seguridad vial, adaptados a la ciudad de Benidorm, posibilitan un avance integral hacia la sostenibilidad, evitando la tan temida visión sectorial, innecesaria en los ámbitos municipal e inframunicipal. El análisis de la información se plantea desde tres perspectivas complementarias: desde el punto de vista eminentemente cualitativo, mediante el cual se plantea un análisis geográfico de las variables recopiladas; desde el punto de vista cuantitativo, mediante un análisis econométrico que permita esclarecer las relaciones causales existentes entre accidentalidad y urbanismo para el caso de la ciudad de Benidorm; y desde el enfoque de la estadística descriptiva, a través del que puede observarse la evolución temporal de la información urbana y su repercusión sobre la accidentalidad. Esto es debido a que es preciso fundamentar las conclusiones extraídas respecto a diferentes relaciones causales existentes, sirviéndose de todas las herramientas disponibles a tal efecto, pues en trabajos muy relevantes relacionados con el análisis de los factores urbanos que afectan a la accidentalidad (Kim et al., 2006; Wedagama et al., 2006; Dissanayake et al., 2009; Dumbaugh et al., 2009; Ha y Thill, 2011), se incide en la necesidad de integrar el análisis geográfico con el econométrico y/o estadístico para que esta visión complementaria dote de robustez a los resultados. Cabe destacar que la ciudad de Benidorm no sólo recibe un gran número de turistas extranjeros a lo largo de todo el año, sino que el porcentaje de extranjeros residentes en la ciudad también resulta significativo. La mayor parte de estas personas tienen una cultura arraigada de caminar y usar la bicicleta para conocer la ciudad o para realizar sus actividades diarias. Todo lo anterior, unido al modelo de ciudad compacta con una gran parte de edificación abierta, permite crear un modelo turístico respetuoso con el territorio y con el medio ambiente, en el que se pueden generar sinergias con la movilidad y seguridad vial. Considerando la teoría existente acerca de la gestión de la seguridad urbana, las políticas de uso del suelo y de planificación urbana son estrategias adecuadas para prevenir y reducir accidentes (The Institution of Highways and Transportation, 1997). Queda demostrado, mediante el análisis planteado, que factores vinculados con un modelo de ciudad más sostenible (oferta de infraestructuras peatonales y ciclistas, mayor densidad de población neta urbana, incrementos en la mezcla de usos del suelo o líneas de transporte público) impactan favorablemente en la reducción de la accidentalidad. Por su parte, aquellos factores relacionados con una mayor exposición al riesgo por el incremento en los flujos del tráfico, influyen incrementando la accidentalidad. El estudio realizado pone de manifiesto la necesidad de planificar a distintas escalas, desde el territorio hasta la escala inframunicipal, con soluciones de movilidad coordinadas globalmente y teniendo en consideración al peatón, al ciclista y, muy especialmente, a las personas con discapacidad, dentro de su amplia tipología. Adicionalmente, se necesita una adecuación permanente del espacio público con criterios de sostenibilidad, para lo cual se precisa de la concienciación y del respeto por los usuarios vulnerables. En esta línea, principalmente en zonas consolidadas, son preferibles los carriles bici a las aceras bici pues se genera más accidentalidad al producirse atropellos a peatones y se pierde eficiencia de ambos modos de transporte. En cualquier caso, si bien es conveniente alejar las bicicletas del peatón, en casos excepcionales, en viario ciclista secundario y sobre todo en zonas periféricas o entornos naturales, se puede acercar la bicicleta al espacio peatonal implementando medidas de protección al peatón. En ese sentido, el fomento de los modos de transporte sostenibles —en concreto, bicicleta y peatón— genera, también, la mejora de la eficiencia global de la red, pues se reducen las externalidades negativas derivadas del transporte, como la contaminación, la accidentalidad o la congestión (entre muchas otras) mejorando, a su vez, los tiempos de desplazamiento puerta a puerta. El concepto de sostenibilidad implica, por lo tanto, la maximización del beneficio social. Este enfoque requiere, complementariamente, la adaptación a nuevos modelos urbanísticos, gracias a una modernización por medio de las nuevas tecnologías y tendencias emergentes. Todo ello, implica un cambio de visión, más allá de la que se tiene en la actualidad y, en consecuencia, que la ciudad se adapte a la población —residente o temporal— y no a la inversa. Esta última implicación se hace todavía más compleja en un entorno dedicado a servir una población esencialmente temporal y a un turismo de masas que requiere de su cuantificación previa a la hora de tomar decisiones en cuanto a planificación urbana. En el caso de Benidorm, se observa que la población real estimada media dobla a la efectivamente empadronada y esto constituye un factor más de exposición al riesgo en materia de seguridad vial que no puede ser obviado. La planificación urbana juega un papel muy importante en la prevención y reducción de accidentes ya que, cuando ya se han adoptado todas las medidas correctoras posibles en puntos negros de accidentalidad, o cuando ya se han agotado las medidas administrativas de prevención (como el carné por puntos), sigue existiendo una cifra de accidentalidad dependiente directamente de los factores urbanos intrínsecos. Así, se ha podido comprobar que algunos de los parámetros característicos de la ciudad sostenible, como el incremento de la densidad poblacional o la generación de una mayor mezcla de usos del suelo, intervienen en la reducción de la accidentalidad.