Incidencia de los temporales marítimos en el litoral de la provincia de Alicante.Políticas de actuación en materia de ordenación del territorio.

  1. TROS DE ILARDUYA FERNÁNDEZ, MARÍA
Dirigida por:
  1. Francisco José Torres Alfosea Director

Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante

Fecha de defensa: 27 de noviembre de 2008

Tribunal:
  1. Antonio Gil Olcina Presidente
  2. Jorge Olcina Cantos Secretario
  3. José Quereda Sala Vocal
  4. Javier Martín Vide Vocal
  5. Francisco Calvo García-Tornel Vocal
Departamento:
  1. ANALISIS GEOGRÁFICO REGIONAL Y GEOGRAFÍA FÍSICA

Tipo: Tesis

Teseo: 172421 DIALNET

Resumen

El litoral es un espacio codiciado desde épocas relativamente recientes. Siendo el suelo un bien escaso y finito, los conflictos por su apropiación y uso son constantes. Es en este marco donde se hace imprescindible la tarea de ordenación y planificación del territorio. El litoral, azotado secularmente por fenómenos de origen natural, se ve teóricamente amenazado ahora más que nunca por estos procesos, pero los estudios demuestran que el papel del hombre en la ocupación de espacios próximos al mar ha sido el detonante en el aumento exponencial de los daños. La ocupación antrópica ha convertido el litoral en un espacio de riesgo. La vigente Ley de Costas 22/1988, con su correspondiente Reglamento (aprobado mediante R.D. 1471/1989, de 1 de diciembre) define los bienes de dominio público marítimo-terrestre, así como los usos y zonas de servidumbre de tránsito y protección de las zonas litorales españolas. La zona marítimo-terrestre (ZMT), inscrita en el concepto más amplio de ribera del mar, queda definida por el "límite hasta donde alcanzan las olas en los mayores temporales conocidos o, cuando lo supere, el de la línea de pleamar máxima viva equinoccial" (art. 3.1). El Reglamento señala que, "para determinar el alcance de esos temporales conocidos se utilizarán las referencias probadas de que se disponga" (art. 4.a). Por lo tanto, es la intensidad de un temporal lo que determina la amplitud de la zona marítimo-terrestre, de ahí que su registro histórico resulte no sólo deseable, sino necesario La Ley de costas 22/88 y su Reglamento (art.203) contemplan la creación de un Banco de Datos Oceanográfico que facilite el conocimiento del clima marítimo español. Ese Banco de Datos es muy exiguo y, en su lugar, se emplean las Recomendaciones para Obras Marítimas, basadas en los datos tomados por Estaciones Automáticas que, por su reducido número y distribución espacial, no resultan operativas. A esta carencia se une el deslinde incompleto de la costa española, e incluso la permanencia de un deslinde efectuado con los criterios de la anterior Ley de costas de 1969, ya derogada. Éste es uno de los principales inconvenientes con que cuenta la Administración a la hora de poner en marcha políticas efectivas de ordenación del litoral. El concepto de riesgo está definido por la peligrosidad natural y la vulnerabilidad humana. El estudio de los episodios de temporal marítimo que han afectado al litoral de la provincia de Alicante durante los últimos treinta años ha puesto de manifiesto que, a igualdad de condiciones naturales, a igualdad de intensidad de los episodios y a igualdad de exposición geográfica, los daños generados en el litoral han sido de muy diversa índole, generándose grandes contrastes entre municipios vecinos e incluso dentro de un mismo municipio. Hay espacios que en el pasado apenas presentaban desperfectos y hoy en día son cabecera de los diarios por las graves repercusiones constatadas. Es en ese contexto en el que cabe resaltar la importancia de la ocupación antrópica del litoral, que ha ido evolucionando en las últimas décadas hasta una erradicación casi completa de espacios vírgenes. Los sectores altamente urbanizados se muestran más vulnerables a los temporales marítimos que otros en los que la densidad de urbanización es menor. La ruptura del balance sedimentario por la ocupación de dunas con edificaciones turístico-residenciales; la ocupación de cauces; la regulación de ríos; la ampliación de puertos, o la construcción de obras de defensa costera, han provocado una ruptura de la dinámica marina, que ha tenido notable repercusión en el agravamiento de la regresión costera y posterior constatación de daños en el litoral. La relación entre la evolución de la edificación y el aumento de los daños puede comprobarse con el análisis comparado de fotografía aérea correspondiente a distintas épocas (desde el "vuelo americano" de 1956, hasta fotogramas tomados en 2002) y el cruce de datos extraídos de la prensa. La medición de las playas sobre el terreno, cinta métrica en mano, da idea también de la progresión negativa sufrida por estos espacios, pese a la regeneración de arena de la que gozaron en su momento algunas de esas playas. Las diferentes administraciones públicas -en los ámbitos comunitario, estatal y autonómico- abordan el riesgo frente a los embates del mar desde dos perspectivas opuestas: las hay que optan por atajar la causa de la erosión costera, eliminando los elementos humanos que distorsionan el sistema natural; y las hay que intentan mitigar las consecuencias de la ocupación del litoral a través del aumento del grado de antropización, plasmado en obras de defensa costera.