La novela histórica escrita por mujeres en Centroamérica durante la primera mitad del siglo XX

  1. Quirante Amores, Gabriela
Dirigida por:
  1. Helena Establier Pérez Directora
  2. Eva M. Valero Juan Codirectora

Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante

Fecha de defensa: 14 de julio de 2017

Tribunal:
  1. Trinidad Barrera López Presidente/a
  2. María de los Ángeles Ayala Aracil Secretaria
  3. Francisco José López Alfonso Vocal
Departamento:
  1. FILOLOGIA ESPAÑOLA, LINGUISTICA GENERAL Y TEORIA DE LA LITERATURA

Tipo: Tesis

Teseo: 486333 DIALNET lock_openRUA editor

Resumen

El principal objetivo de esta investigación ha sido llevar a cabo un análisis crítico de un corpus de narraciones escritas por mujeres durante la primera mitad del siglo XX, representativo de la fundación de la novela histórica femenina en Centroamérica. La mayoría de estas ficciones no gozaron de una gran relevancia más allá de sus fronteras nacionales y pocas de ellas alcanzaron la suficiente notoriedad para una segunda publicación o para ser objeto de estudio por parte de la crítica, de ahí que el escaso conocimiento que existe a este respecto, además de que este se encuentre disperso y haya sido tratado individualmente o de forma inespecífica. En este sentido, nuestra principal motivación ha sido la de ofrecer un análisis de este corpus de novelas en conjunto, con el que hemos intentado contribuir a la reconstrucción de la participación femenina de las centroamericanas en la vida literaria de Hispanoamérica, visibilizando sus obras y su particular perspectiva, tanto del pasado como del presente escritural. El subgénero literario que hemos estudiado ha tenido etapas de mayor y de menor apogeo, pero nunca ha llegado a desaparecer; más bien ha ido adaptándose a los nuevos tiempos, renovándose y reinventándose hasta la actualidad. Sus periodos de mayor auge se dieron en el siglo XIX, en el que se practicó un modelo generalmente conocido como novela histórica “clásica” o “tradicional”, y a finales del siglo XX, cuando proliferó la escritura de la “nueva novela histórica”. Estos dos grandes ciclos de gran productividad han resultado, en consecuencia, más interesantes para la teoría y para la crítica que la primera mitad del siglo XX, una fase caracterizada generalmente por un descenso en la práctica del subgénero en Hispanoamérica . Sin embargo, si tal y como ha consensuado esta misma crítica literaria, la novela histórica se ha caracterizado por manifestarse en momentos de grandes cambios (históricos, políticos y sociales), en el caso centroamericano en el que nos hemos enfocado, esta etapa se presenta tanto o incluso más interesante para su estudio que cualquiera de las otras fases citadas. La primera mitad del siglo XX se caracterizó por ser una época convulsa y de múltiples cambios en prácticamente todos los ámbitos de la experiencia humana. En este sentido, la novela histórica, como práctica cultural, experimentó en esta etapa una gran renovación, derivada de las mutaciones y novedades que se operaron en el terreno de la historiografía y de las innovaciones literarias del género novelístico. En efecto, tales transformaciones favorecieron que el subgénero fuese perdiendo algunos rasgos del modelo clásico y adquiriendo otros nuevos que desembocarían finalmente en la llamada NNH. En esta etapa transicional se continuaron escribiendo narraciones históricas que seguían los modelos tradicionales y sobre estas bases se fueron inscribiendo las innovaciones literarias de las corrientes del Modernismo y de las Vanguardias latinoamericanas. Por otro lado, el presente estudio ha analizado una producción femenina y por ello nos resulta especialmente significativo tener en cuenta una de las transformaciones sociales más relevantes de principios del siglo XX: el progreso de la mujer como ciudadana y su ingreso en el ámbito público. En este sentido, nos interesaba especialmente observar las formas en que estas narradoras reprodujeron o construyeron las representaciones de la identidad nacional y las de género. Para ello, hemos elaborado un modelo interpretativo para analizar novelas históricas, teniendo en cuenta dos factores “genéricos”: la especificidad del subgénero que se utiliza como patrón estructural de los textos que estudiamos y, la experiencia de género (gender) de las autoras. Esta metodología específica nos ha permitido observar el diálogo que estas escritoras mantuvieron con la Historia, con los discursos hegemónicos sobre la identidad cultural y con la novela histórica “clásica”. DESARROLLO TEÓRICO En el capítulo I titulado “Fundamentos teóricos: la novela histórica” sentamos los principios teóricos del proyecto, con los que hemos perseguido una caracterización del subgénero, de acuerdo con las teorías literarias que reconocen la transformación de los géneros literarios y que entienden que las características de la novela histórica no pueden ser observadas como algo fijo e inmutable. La particularidad del subgénero implica que el autor o la autora poseen una conciencia y/o perspectiva históricas, una cuestión que los sitúa en un tiempo y en un espacio determinados, de manera que la obra no puede ser comprendida o analizada como un objeto aislado de su contexto escritural. Las circunstancias que propiciaron la aparición de la novela histórica en Hispanoamérica no fueron exactamente las mismas que en Europa, sino que comprenden unas particularidades geográficas, históricas y políticas propias. Por consiguiente, en el capítulo II titulado “La novela histórica hispanoamericana hasta 1950” se contextualiza geográficamente la aparición del subgénero en el siglo XIX al otro lado del Atlántico, señalando sus diferencias con respecto a su práctica en Europa y su evolución hasta la mitad del siglo XX. Este segundo capítulo contiene un bloque dedicado exclusivamente a la participación de “las escritoras hispanoamericanas en el género de la novela histórica” como antecedentes contextualizados geográficamente de las novelistas centroamericanas. En el capítulo III titulado “La novela histórica en Centroamérica hasta 1950” se aborda el estudio del subgénero en los países centroamericanos. En primer lugar, se realiza una breve introducción a los procesos de conquista, colonización e independencia de esta región. En segundo lugar, se ocupa de la producción de la novela histórica en el siglo XIX. En tercer lugar, se adentra en el siglo XX ofreciendo, por un lado, un panorama general de la época y, por otro, haciendo un recorrido por las novelas históricas escritas en cada uno de los países de forma individual. En cuarto y último lugar, se introducen las posiciones que, como escritoras de este subgénero en Centroamérica, ocupan las autoras cuyas obras se analizan seguidamente. En la segunda parte de este trabajo se lleva a cabo un análisis crítico-literario del corpus narrativo, contextualizando la experiencia de cada una de las autoras según su país de origen. La disposición que se ha establecido para el estudio de las novelas responde al orden cronológico de los hechos históricos en los que se apoya cada una de ellas. De esta forma, el capítulo IV se ocupa de la “La teoría del mestizaje en Mayapán, de Argentina Díaz Lozano” la única obra del corpus que recupera hechos ocurridos durante la Conquista de América; el capítulo V está dedicado a “El proyecto de nación hispanista en Semilla de mostaza y Mostaza, de Elisa Hall”, en las cuales esta escritora guatemalteca retoma hechos de los tiempos de la época colonial y que nos trasladan desde España a Guatemala, capital del Antiguo Reino; el capítulo VI se encarga de “Los héroes anónimos de la ‘Campaña Nacional’ en Flor de café, de Caridad Salazar”, una obra costarricense que plasma la otra cara de la Guerra Nacional que se llevó a cabo en Nicaragua contra el filibustero William Walker en 1856; y, por último, el capítulo VII titulado “La ficción histórica como pretexto exculpatorio en Tormenta en el Norte, de Carmen Talavera”, la cual desarticula el mito patriótico de Augusto C. Sandino, recuperando la revolución que encabezó entre 1926 y1933. CONCLUSIÓN En general, las novelas analizadas tuvieron la finalidad de ofrecer un proyecto didáctico de lo histórico, sobre todo Flor de café y Mayapán, que se interesaron por entregar a la gran masa social mestiza un pasado cultural en el que se viese reflejada. Por su parte, en Mostaza y en Tormenta en el norte los recursos de la ficción histórica no son utilizados exclusivamente con una finalidad social, sino como un arma de defensa con un beneficio personal o familiar. No obstante, en todas las ficciones estudiadas, las conexiones entre el pasado representado y el presente escritural son palpables, ya que ideológicamente todas ellas ofrecen una versión propia de la Historia con la que dan respuesta a los debates históricos, morales, sociales y culturales de su contemporaneidad. Las obras analizadas manifiestan el dinamismo cultural de su época, en la que las tendencias de la novelística hispanoamericana se balanceaban entre el universalismo y el regionalismo en búsqueda de una expresión literaria que reflejase lo propio, tratando principalmente temas nacionales. Si bien se observa en general una predisposición a adaptarse al modelo de la novela histórica “clásica” de influjo romántico, cuyo ejemplo sería Mayapán, siguiendo con esta línea estructural, bien incorporaron las innovaciones modernistas como en las obras de Elisa Hall, bien incluyeron el lenguaje y las costumbres regionales de la nación, más propias del realismo, como en Flor de café, o utilizan el simbolismo vanguardista como Tormenta en el norte. Estas novelas muestran un gran respeto a la historiografía oficial y la gran mayoría de ellas, exceptuando Tormenta en el norte, acata el modelo arqueológico y tradicional del subgénero. Estos esfuerzos por ser fieles a la Historia y por ajustarse a los cánones literarios consagrados responden al interés de las escritoras por obtener el respeto de sus homólogos masculinos y por ser aceptadas como novelistas nacionales, ganándose por méritos propios el ingreso en el ámbito intelectual y cultural de sus respectivos países. Sin embargo, esta sumisión no les impidió utilizar los vacíos históricos y la libertad de la ficción para verter en sus narraciones una versión femenina del pasado, que descubre la Historia desde una perspectiva diferente a la centralidad con la que la habían observado los varones. Estas escritoras fijaron su mirada en los espacios que tradicionalmente han ocupado las mujeres y en temas (aparentemente) apolíticos y ahistóricos como las relaciones amorosas y la familia. Asimismo, al tratar los temas bélicos, los idilios amorosos no son centrales o desaparecen, dejando paso a los efectos que tienen las guerras en el núcleo familiar. La perspectiva que presentan las voces narradoras de estas ficciones con respecto a la Guerra Nacional y a la revolución de Sandino es propiamente femenina, es decir, se mantienen al margen del escenario conflictivo y/o lo observan desde el ámbito doméstico y privado, que tradicionalmente las mujeres han ocupado. Por otro lado, en estas dos novelas el peso documental se aligera porque ambas autoras recurren, en mayor medida que Díaz Lozano y Hall, a fuentes históricas “no oficiales” e inverificables, es decir, a las leyendas orales y a los relatos familiares, que les permiten ofrecer una versión más acorde con su visión de los acontecimientos históricos y con su realidad. Todos estos aspectos surgen en la producción fundacional de la novela histórica escrita por mujeres en Centroamérica, imprimiendo en sus textos, consciente o inconscientemente, su “experiencia de género”. Las autoras centroamericanas contribuyeron con estas obras a perpetuar la polaridad de los sexos, en una época en la que la Modernidad y los modelos genéricos alternativos provenientes del mercado capitalista estadounidense amenazaban con la pérdida de los valores tradicionales como el honor y con la inversión de los patrones genéricos institucionalizados. Por otro lado, no se observa en las centroamericanas una defensa de los sectores sociales desfavorecidos que están al margen del poder, pues, a excepción de Mayapán --novela en la que Gonzalo Guerrero defiende con su discurso de raigambre lascasiana a los indígenas--, en las obras analizadas no aparece la alianza entre mujeres, indígenas y esclavos, característica de la novela histórica femenina. La mayoría de las obras analizadas copian los modelos de identidad nacional tradicionales propuestos por la oligarquía criolla, evidenciando así la incapacidad de los países centroamericanos para construir proyectos de nación que incorporasen al indígena. En este sentido y en el literario, estas autoras se encontraban, en general, en una fase de la escritura femenina de imitación de las tradiciones y de interiorización de los modelos culturales, sociales y artísticos, pues en mayor o menor medida su principal interés fue el de ser aceptadas dentro del ámbito literario nacional y, en consecuencia, el de ser reconocidas como novelistas por la élite cultural de sus respectivos países.