A life in flightNew inputs from movement ecology of Lesser Kestrel (Falco naumanni)

  1. ROMERO GIL, MARTA
Dirigida por:
  1. Vicente Urios Moliner Director

Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante

Fecha de defensa: 30 de julio de 2019

Tribunal:
  1. Juan Francisco Beltrán Gala Presidente/a
  2. Asunción Menargues Marcilla Secretaria
  3. Juan Salvador Monrós Vocal
Departamento:
  1. CIENCIAS AMBIENTALES Y RECURSOS NATURALES

Tipo: Tesis

Teseo: 597002 DIALNET

Resumen

Introducción y motivación de la tesis. La creciente necesidad de que, tanto los científicos como los técnicos medioambientales, conozcan los diversos aspectos de la ecología de los animales para proponer acciones de conservación adecuadas, ha promovido el desarrollo de técnicas y herramientas que permitan desentrañar algunas de las incógnitas que envuelven a un nuevo paradigma emergente; la "ecología del movimiento", enfocada a estudiar todo tipo de movimientos realizados por todo tipo de organismos. Poco a poco, y sobre todo en las últimas décadas, las nuevas tecnologías de seguimiento remoto aplicadas al estudio del movimiento animal han permitido llevar a cabo nuevas y modernas investigaciones con una amplia gama de enfoques científicos especializados para estudiar los diferentes movimientos llevados a cabo por grupos específicos de organismos. En las aves, la aplicación de estas técnicas ha aportado multitud de nueva información sobre el uso del hábitat y del espacio y, sobre todo, ha permitido el seguimiento de las especies a lo largo de sus movimientos migratorios y en las áreas de invernada, aportando gran cantidad de información en estas etapas de su ciclo biológico muy desconocidas hasta la aplicación de estas técnicas. Desarrollo teórico. El Cernícalo primilla (Falco naumanni) es una pequeña rapaz migratoria que estuvo muy amenazada debido a un fuerte declive de sus poblaciones ocurrido a finales del siglo pasado, llegando a extinguirse en muchas localidades a lo largo de su rango de distribución; la situación llevo a que la especie estuviera catalogada como en “peligro” y fue objeto de numerosas investigaciones. Sin embargo, varios aspectos sobre su biología básica seguían siendo desconocidos. Por ejemplo, aunque el conocimiento sobre la migración y la invernada había mejorado en los últimos años con la utilización de geolocalizadores, esta técnica puede generar grandes errores (hasta unos pocos cientos de kilómetros) en la estimación de la ubicación de un ave y no es posible mapear las rutas e inquirir su fenología migratoria con precisión. Por otro lado, la especie ha sufrido recientemente de nuevo una fuerte regresión, con registros de reducciones en poblaciones reproductoras de más del 50% de los efectivos poblacionales en solo una generación en algunas áreas de reproducción de la Península Ibérica (especialmente durante las temporadas reproductivas de 2017 y 2018). Los investigadores señalan que la principal causa de las repentinas disminuciones que se han producido en los últimos años puede deberse a los eventos que ocurren en las zonas de invernada que ocupa la especie y de las cuales no existe información detallada; sin embargo existen otros aspectos de su declive, actual y pasado, que siguen siendo controvertidos, p.ej., las posibles afecciones que causa la pérdida de hábitat asociado a la construcción de infraestructuras en hábitat prioritarios para la especie, que hemos investigado recientemente. En este trabajo de investigación aportamos nuevos datos sobre la duración correcta de las migraciones del Cernícalo primilla, de las rutas migratorias exactas, de los posibles efectos de las condiciones climáticas (p.ej., el viento) durante su migración y estudiamos el uso del hábitat y las zonas de invernada de la especie en el Sahel. Por último, con nuestras investigaciones con un enfoque multiespecífico (trabajando con el Águila calzada Hieraaetus pennatus y el Aguilucho cenizo Circus pygargus), hemos podido describir mejor el hábitat de las rapaces en sus zonas de invernada y definir los puntos clave hacia los que focalizar los esfuerzos para conservar, no solo al Cernícalo primilla, sino a muchas rapaces migratorias transaharianas. Conclusión. En primero lugar, los resultados de nuestras investigaciones sobre la migración de los Cernícalos primilla han mostrado un patrón migratorio con rutas de otoño más orientales y rutas de primavera al oeste, que puede conllevar diferentes tasas de mortalidad para las aves y, además, apuntan a que, aparte de las características morfológicas, la distancia de migración total puede ser determinante en los rangos de vuelo diarios de las aves, migrando los cernícalos de manera más parecida a las aves planeadoras que a otros halcones; sería, por tanto, interesante realizar estudios con otras poblaciones con distancias migratorias mayores (p.ej., la población asiática, que inverna en el sur de África y recorre cerca de 8000km en sus rutas migratorias) para comprobar si la distancia me migración global afecta a estos parámetros dentro de una misma especie. Futuros estudios con los Cernícalos primilla que incluyan más de un ciclo de migración completo serían igualmente importantes para analizar las variaciones o la consistencia entre años de los datos descritos en nuestra investigación (por ejemplo, las escalas realizadas en el norte de África) y estudios con un mayor número de aves y a lo largo del tiempo permitirían, además, detectar cambios en la distribución de las aves migratorias que pueden ocurrir debido al cambio global, en las estrategias migratorias o en la mortalidad asociados al avance de los desiertos (como el Sáhara, una gran barrera ecológica para estas aves) o, incluso, permitirán definir áreas importantes a conservar donde estas aves realizan sus escalas durante las migraciones y analizar los cambios de uso del suelo en estas pequeñas zonas, claves para la conservación de las aves migratorias. Por otro lado, la duración de la migración, sobretodo en otoño, derivada de los estudios que utilizaron geolocalizadores fue subestimada en comparación con la registrada por telemetría satelital (ya que los movimientos migratorios de estas aves coinciden con los equinoccios, especialmente en otoño, y durante este período el posicionamiento latitudinal de un ave a partir de estos emisores puede conllevar errores). Por lo tanto, los datos de geolocalización deben tratarse con más precaución al estimar el inicio y el final de la migración sobretodo en estos períodos. En segundo lugar, aunque hemos comprobado que las aves migratorias pueden ser flexibles en su reacción al viento (por ejemplo, respondiendo de forma diferencial a los vientos de este en otoño y primavera o variando la por porción de segmentos de deriva y de (sobre)compensación a lo largo de las rutas de migración), aprovechando las condiciones atmosféricas dinámicas y heterogéneas para explotar los vientos favorables durante sus migraciones, todavía debemos seguir investigando para obtener una imagen detallada de cómo influyen los vientos en las migraciones, como responden las aves (diferentes especies y/o diferentes edades y, por tanto, diferente experiencia) a estos vientos a lo largo de diferentes años y como afectan los cambios al rendimiento o incluso la supervivencia de las especies. En tercer lugar, sabemos gracias a estas investigaciones que el área de invernada de los Cernícalos primilla se extiende en un rango de distribución siendo posible encontrar altas densidades de Cernícalos primilla en otras regiones del Sahel, fuera de Senegal, país que había sido señalado como uno de los más importantes para la invernada de los Cernícalos primilla de Europa Occidental. El uso de extensas áreas en invierno estaría de acuerdo con una estrategia de forrajeo generalistas en función de la estacionalidad de las lluvias; las altas concentraciones de alimentos temporales e impredecibles (i.e., las explosiones de insectos) que se pueden encontrar en el Sahel durante este periodo asociadas a las lluvias, resultarían en movimientos aleatorios de las aves. La relación entre estas estrategias de forrajeo con el control de las plagas de langosta supone un riesgo en las zonas de invernada, donde los plaguicidas pueden disminuir la cantidad de presas y tener efectos negativos para las aves. Por otro lado, nuestros datos indican una baja filopátria de estas aves en invierno, que debería tenerse en cuenta a la hora de definir las áreas prioritarias para la especie, evaluándose información recogida a lo largo de períodos de estudio más largos. Además, pese a que asegurar una buena zona de invernada puede ser tan importante como disponer de un buen sitio de reproducción (ya que puede tener efectos de arrastre en la siguiente temporada de reproducción) los Cernícalos primilla llegan mucho más tarde que otras especies al Sahel (como las Águilas calzadas y los Aguiluchos cenizos). Los cernícalos no aprovechan los vientos de cola favorables durante la migración de otoño y, por lo tanto, estas aves utilizan en mayor medida el vuelo batido lo que daría como resultado un mayor gasto de energía que la empleada por estas rapaces planeadoras lo que puede derivar en pre-migraciones más largas para afrontar en buenas condiciones físicas la migración y, por tanto, una llegada más tardía a las áreas de inervada (esto estaría de acuerdo con las fechas de inicio de la migración de otoño para los Cernícalos primilla y las registradas para las otras especies). En general la preferencia de los Cernícalos primilla por las áreas cultivadas tanto en primavera (en las áreas de reproducción) como en invierno sugiere que estas aves pueden estar expuestas a riesgos similares durante ambos períodos; sin embargo, en el Sahel, la intensificación agrícola y el control de plagas con el uso masivo de plaguicidas suponen serias amenazas para las especies insectívoras ya que las tierras de cultivo se localizan, normalmente, fuera de los espacios protegidos y la conservación de los Cernícalos primilla, y probablemente otras especies ligadas a estos recursos, depende en gran parte de la voluntad de los gobiernos a la hora de elaborar políticas que promuevan modelos agrarios más sostenibles, que compatibilicen la rentabilidad económica de las explotaciones con la conservación de los ecosistemas y sus especies. El análisis de los datos del uso del hábitat de diferentes especies en conjunto, nos ha permitido caracterizar hábitats prioritarios para la conservación de varias especies simultáneamente. Con esta nueva información y la identificación de áreas prioritarias comunes, podemos delimitar y proteger pequeñas regiones del Sahel que salvaguarden los hábitats invernales de las tres especies y, posiblemente, de otras rapaces migratorias transaharianas que también usan el área general de invernada identificada para nuestras tres aves de estudio, como, por ejemplo, el Águila culebrera, el Alimoche o el Aguilucho lagunero. Ahora sabemos que la existencia de vegetación y/o masas de bosque más o menos extensos cerca de los parches de tierras de cultivo óptimas para el forrajeo parece ser importante para determinar las áreas clave. La falta de sitios de descanso lo suficientemente grandes y adecuados podría determinar que las aves no utilicen algunas áreas favorables, como las grandes extensiones de cultivos, donde las opciones de encontrar refugio (posaderos o zonas de descanso) relativamente cerca son limitadas. Llevar a cabo estos estudios multi-especie puede arrojar luz sobre los puntos clave que podrían protegerse en el Sahel y puede contribuir a evaluar las amenazas que podemos encontrar en las zonas de invernada. Por último, hemos podido demostrar que, si el entorno general de una colonia de cría está muy antropizado (por ejemplo, por infraestructuras) existen menos disponibilidad de parches de hábitat cercanos adecuados para la alimentación; estos parches, además, podrían no ser óptimos y es posible que las aves se desplacen a mayor distancia en busca de puntos con una mayor abundancia y/o calidad de presas. Sin embargo, si las aves continúan teniendo hábitats adecuados y una buena disponibilidad de presas, a pesar de las infraestructuras de que rodean a la colonia sus rangos de hogar pueden ser pequeños. Por tanto, el impacto de una infraestructura puede minimizarse si se toman medidas especiales para mantener el resto del territorio y los parches de alimentación favorables para una especie en buenas condiciones, como se ha hecho en nuestra zona de estudio. En muchos casos, el posible impacto de las obras se centra y evalúa en un área restringida alrededor de las mismas, mientras que el ambiente circundante, donde podrían aliviarse los posibles efectos negativos de las obras, se descuida. Además, tal y como se refleja en nuestros resultados, los criterios utilizados para delimitar los límites de las áreas protegidas para las aves (SPA’s) son, a menudo, poco claros y, a veces, potencialmente inapropiados utilizando, por ejemplo, la distribución de nidos para delimitar estas zonas sin tener en cuenta que, para la conservación de una especie, es igualmente prioritario proteger sus hábitats de forrajeo.