Estudios geoarqueológicos en las comarcas meridionales valencianas. Procesos sedimentarios holocenos

  1. Ferrer García, Carlos
Supervised by:
  1. Mauro S. Hernández Pérez Co-director
  2. Pilar Carmona González Co-director

Defence university: Universitat de València

Fecha de defensa: 11 December 2015

Committee:
  1. Joan Francesc Mateu Bellés Chair
  2. M. Mercè Bergadà Zapata Secretary
  3. Bernat Martí Oliver Committee member

Type: Thesis

Teseo: 398244 DIALNET lock_openTESEO editor

Abstract

La Tesis se basa en el estudio geomorfológico, estratigráfico y sedimentológico de cuatro yacimientos arqueológicos de las tierras meridionales del País Valenciano que abarcan periodos culturales que se extienden a lo largo del Holoceno. Tiene como objeto, por un lado, aportar datos relevantes para el conocimiento del comportamiento de los sistemas geomorfológicos mediterráneos ante los cambios climáticos y ambientales producidos en el Holoceno, y por otro, participar en la construcción del conocimiento arqueológico a través del análisis explicativo de la formación del registro sedimentario y arqueológico y de la caracterización de contextos ambientales de las sociedades humanas. Finalmente tratamos la posible incidencia de los cambios climáticos y ambientales en la evolución de estas sociedades y el impacto de la acción humana en la dinámica medioambiental. El trabajo geoarqueológico necesita de equipos multidisciplinares para dar respuesta a los problemas arqueológicos y paleoambientales en el sentido más amplio. Por ello se ha optado por presentar en esta Tesis aproximaciones a yacimientos arqueológicos que han sido bien documentados y poseen estudios amplios y pluridisciplinares. Se trata de la Cova d¿En Pardo de Planes, Benàmer de Muro d¿Alcoi, la Illeta dels Banyets del Campello y el área del llano de Monforte del Cid, que incluye el yacimiento de EDAR, todos ellos en la provincia de Alicante. Su registro cronoestratigráfico abarca desde el Epipaleolítico, en el final del Tardiglaciar, hasta época tardorromana en el Holoceno superior; lo que nos permite hacer una propuesta paleoambiental para la mayor parte del Holoceno, en un territorio relativamente homogéneo. La metodología aplicada en esta tesis se basa en la geomorfología, la estratigrafía y la sedimentología, y se articula en torno al trabajo de campo y el muestreo, el análisis de laboratorio, el procesado de datos y su interpretación. Nos interesa destacar en esta síntesis la importancia del registro litoestratigráfico, que con el apoyo de la cronoestratigrafía y la secuencia cultural, y enmarcado por el análisis territorial geomorfológico y el estudio sedimentológico detallado, es la herramienta básica de análisis y estudio. El método utilizado para su estudio sedimentológico es el textural, junto con algunas aproximaciones edafoquímicas, según un modelo de análisis estandarizado de tamiz-pipeta desarrollado en el Departament de Geografía de la U.V. El análisis de las secuencias sedimentarias a la luz del estado actual de conocimiento de los rasgos paleoclimático, paleoambientales y culturales permite hacer un conjunto de propuestas paleoambientales y arqueológicas, así como una evaluación crítica del método utilizado. El estudio geomorfológico y estratigráfico ha demostrado ser fundamental para la determinación de los ambientes deposicionales implicados en los procesos sedimentarios. En Cova d¿En Pardo el análisis detallado de una litoestratigrafía en principio sencilla ha sido clave para hacer interpretaciones más exactas que las que se derivarían de una primera aproximación desde el principio de sucesión estratigráfica. En Benàmer y la Illeta el trabajo principal ha estado en definir de forma correcta el medio sedimentario objeto de estudio y en determinar un modelo deposicional a partir de un complejo mosaico de perfiles y niveles estratigráficos. En estos yacimientos las secuencias preservadas son muy limitadas como resultado del predominio de los procesos de erosión en los medios sedimentarios en los que se asientan. Finalmente en el llano de Monforte del Cid el estudio ha necesitado de un análisis estratigráfico detallado de los depósitos sedimentarios fluviales, para contextualizar la información aportada por la serie sedimentaria del yacimiento de EDAR y elaborar una propuesta paleoambiental a una escala que trasciende el yacimiento. Los sedimentos naturales estudiados presentan una limitada variedad de facies. Se trata de sedimentos polimodales resultado de la participación de diversos componentes deposicionales de rasgos particulares superpuestos, como por ejemplo sedimentos aluviales con un aporte de limos transportados por el viento o con limos muy mal clasificados transportados como un flujo denso en Cova d¿En Pardo, Benàmer y la Illeta, o se trata de sedimentos poligénicos que han sufrido muy diversas fases sedimentarias, como los que forman las barras arenosas fluviales de EDAR, que poseen rasgos eólicos heredados de un transporte previo. El método sedimentológico textural en ocasiones no ha sido resolutivo para discernir el origen del sedimento. Ello ocurre porque el método permite definir bien las características del medio de transporte y deposición, pero estos rasgos pueden asociarse a diversos agentes con significado paleoambiental muy distinto que la geomorfología no concreta. Ha sido el caso de las arenas fluviales con retoque eólico del yacimiento de EDAR. Con todo, la suma de los datos sedimentológicos disponibles y el análisis combinado de parámetros, han sido muy útiles para realizar agrupaciones de sedimentos y contrastar hipótesis. Podemos concluir que el método textural aplicado es una herramienta útil en el estudio de los procesos sedimentarios naturales, a pesar de las limitaciones reconocidas, superadas al utilizarlo como instrumento interpretativo junto con otros rasgos sedimentológicos, estratigráficos y geomorfológicos, y en el marco de un conjunto de sedimentos de un mismo yacimiento emparentados genéticamente. De nuestro análisis surge un modelo paleoambiental para el Holoceno coherente con las propuestas vigentes, que sugiere condiciones genéricamente atemperadas, y en el que los eventos de cambio climático rápido habrían tenido un impacto relevante en la distribución de las precipitaciones, incrementando la aridez y favoreciendo los procesos morfogenéticos. El periodo se articularía en tres periodos sucesivos: Un Holoceno inicial más húmedo que el actual, con importantes fases de activa morfogénesis, asociadas a eventos áridos. Es el caso de los que constituyen el final de esta fase, los eventos áridos de 8,2 y 7,5 ka BP, separados por un breve periodo algo más húmedo. Desde el 7,5 ka BP se habría desarrollado un periodo Holoceno intermedio el que predominarían unas condiciones ambientales húmedas que darían lugar a la formación de suelos y a la reactivación de la actividad kárstica. Se percibe además el impacto del evento árido del 5,9 ka BP. Es a partir del 5,0 ka BP, algo antes en la Illeta dels Banyets y Monforte del Cid, cuando se identifica un aumento de la actividad morfogenética de los sistemas sedimentarios estudiados, proceso que estaría en relación con un incremento significativo de la aridez que caracteriza el Holoceno final. En esta fase se identifican dos eventos áridos en torno al 3,5 y al ± 1,8 la BP, contrastados en las secuencias globales y regionales. Entre estos periodos de activa morfogénesis se observa una fase húmeda, entre el 2,8/2,5 ka BP y los primeros siglo de esta Era. El análisis de los procesos que dieron lugar a la secuencia sedimentaria, además de aportar contextos geomorfológicos y ambientales, tiene gran importancia en la interpretación arqueológica sensu stricto. Se presentan algunos ejemplos significativos: Se ha descartado la pérdida del registro sedimentario y arqueológico en el área septentrional para el periodo que coincide con el Mesolítico final. En Cova d¿En Pardo se ha observado como cambios sutiles en la definición de los procesos sedimentarios han dado lugar a cambios significativos en la interpretación arqueológica. En Benàmer se ha propuesto un modelo de territorialidad y estacionalidad en el uso del asentamiento mesolítico distinto al vigente y se ha confirmado el vínculo entre suelos ricos y asentamientos del primer Neolítico, en coincidencia con la hipótesis que propone un modelo de agricultura intensiva en esa fase. El estudio de la Illeta ha permitido confirmar que el abandono de los poblados del Calcolítico y de la Edad del Bronce no se corresponde con eventos catastróficos en forma de inundaciones, como se llegó a proponer en publicaciones previas, sino que serían el resultado de procesos no directamente dependientes de la dinámica ambiental. Por otro lado, creemos que los cambios ambientales pudieron llegar a ser relevantes para el comportamiento humano pero no determinantes durante el Holoceno, pero nuestro estudio no es concluyente en este aspecto. Sí se identifican procesos sedimentarios que revelan cambios ambientales que pudieran tener su origen en la presión humana sobre el medio. Es posible proponer que el nivel VII de la Cova d¿En Pardo es el resultado de procesos de aluvionamiento lento en un contexto climático húmedo. Su formación sería el resultado de un incremento de la presión pecuaria a escala muy local en torno al 7,0 ka cal BP. La persistencia de los procesos de aluvionamiento en Benàmer asociados al evento árido 6,0/5,9 ka BP, que se prolongan hasta más allá del 5,7 ka BP en un marco ambiental más húmedo, indica que el incremento de la presión humana, expresada en un cambio en el modelo agrario, refuerza y prolonga el efecto de esta fase árida, al menos en les Valls d¿Alcoi. En la Edad del Bronce el incremento de los procesos de agradación en la Illeta y el llano de Monforte tendrían causas naturales y antrópicas de difícil discriminación. En época ibérica los procesos de agradación en el llano de Monforte coincidirían con una fase húmeda y estarían en relación con su intensa ocupación entre los siglos VI y III a.C., aunque la información disponible no es lo suficientemente detallada para poder afirmarlo. La información de la dinámica sedimentaria fluvial en el yacimiento de EDAR nos permite confirmar la existencia de una relación directa entre esta y la intensidad de la presión antrópica al menos desde época ibero-romana.