Transformar la naturaleza. El modelo de crecimiento agrario del siglo xix y sus límites ambientales en el secano central valenciano (1580-1930)

  1. PÉREZ BORREDÀ, JOSÉ RAFAEL
Dirigida por:
  1. Joan Romero González Director/a
  2. Jesús Millán García-Varela Codirector/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 28 de enero de 2009

Tribunal:
  1. Ramon Garrabou Segura Presidente/a
  2. Joan Francesc Mateu Bellés Secretario/a
  3. José Luis Hernández Marco Vocal
  4. Enrique Giménez López Vocal
  5. José Ignacio Jiménez Blanco Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 178982 DIALNET

Resumen

Con el título "Transformar la naturaleza. El modelo de crecimiento agrario del siglo XIX y sus límites ambientales en el secano central valenciano (1580-1939)", la tesis trata de reconstruir las transformaciones de un paisaje mediterráneo causadas por la sociedad que lo habita, lo usa y moldea sus formas hasta otorgarle la categoría de paisaje cultural. También, investigar el modelo de gestión desarrollado por los distintos agentes en la fase temporal que condujo a la implantación del régimen liberal. Se estudian las mutaciones paisajísticas registradas en el municipio de Enguera (Valencia), a través del proceso de apropiación del territorio y de la gestión realizada, tanto pública (Ayuntamiento de Enguera) como privada (conde de Cervellón). Es, por tanto, una aproximación a la historia agraria desde la historia ambiental. Sobrepasa el estudio de caso, y puede ser un modelo que representa a las tierras del interior valenciano. En el amplio territorio común de Enguera se han detectado algunas dinámicas, según el modo de acceso a los recursos naturales. Entre 1580 y 1869, bajo un régimen de condominio, se realiza una ocupación interina y se registra la ruptura liberal. En esta etapa se distinguen dos grandes contextos que determinarán el proceso: hasta 1750, una baja densidad demográfica y un desarrollo inicial de la industria textil; con posterioridad, un fuerte crecimiento demográfico, basado en la inmigración, e industrial. Entre 1870 y 1905, siendo propietario del monte común el Ayuntamiento, se produce un avance de la privatización individual, en el contexto de la aplicación de la nueva legislación forestal y la firma de la concordia entre el antiguo señor y el municipio. En este período se produce la crisis textil y un importante descenso poblacional causado por la emigración. En esta fase, los vecinos dependían en mayor medida del territorio. Finalmente, entre 1905 y 1932 se incluye el monte común de titularidad municipal en el Catálogo de Montes de Utilidad Pública, produciéndose la fijación de enclavados con los deslindes, en un contexto de recuperación demográfica. Los actores de estas dinámicas territoriales serán los vecinos, a nivel individual o por la actuación y apoyo del Ayuntamiento. También, la casa condal y el propio Estado y sus administraciones inferiores. El trabajo se estructura en bloques. En el primero se estudian las características del territorio y de la comunidad rural. El papel de la industria textil, como alternativa económica. Los ámbitos jurisdiccionales y las dinámicas territoriales registradas bajo diversos regímenes señoriales. Las estrategias de apropiación del territorio, antes y después del primer liberalismo. El alcance real de la jurisdicción señorial en Enguera. La propiedad y la explotación agraria en 1846. Un segundo bloque analiza el proceso de deslinde de los Montes de Utilidad Pública entre 1904 y 1932. La dinámica de asentamiento de la población diseminada. El entendimiento del territorio por parte de la casa condal, antes de la concordia de 1870. Un elemento de contraste, elegido para caracterizar la nueva propiedad surgida tras el pacto: se consideró mejor analizar un enclavado en la propiedad particular del conde de Cervellón, caso de la finca La Matea. El modelo territorial que pretendía imponer el antiguo señor y motivos de su fracaso. Un último bloque se centra en el funcionamiento de este agrosistema mediterráneo y sus limitaciones ambientales. Los cambios en la gestión del territorio. El proceso de delimitación de los ámbitos público y privado. La gestión privada del conde y la gestión privada del Ayuntamiento de Enguera. El enfoque metodológico aplicado trató de contextualizar las fuerzas sociales que deciden la evolución de los paisajes. Por ello, la reconstrucción del crecimiento agrario y la modificación ambiental a largo plazo se sitúan en su contexto socio-institucional. A la vez, se analizan los conflictos de intereses, mediante el empleo de diversas fuentes historiográficas de archivo. A partir del trabajo realizado, se aprecia como hasta la ruptura liberal del siglo XIX existen en Enguera dos grandes modelos de uso del territorio: La Redonda municipal y la Sierra común. Posteriormente, se reordenó el territorio bajo otros criterios. El proceso de apropiación del territorio se vio afectado por la industria textil, en tanto que alternativa económica en el municipio, pues reducía el uso agrario. La organización territorial observada en los siglos XVI, XVII y XVII, alcanzó un importante desarrollo a finales de la última centuria en algunas áreas ecogeográficas estudiadas. Las nuevas apropiaciones del espacio común, que se añadieron a las ya existentes con anterioridad en zonas de mayor tradición agraria, se localizaban cerca de las principales vías de comunicación, lo que permite sospechar que se fueron buscando las tierras más fértiles con mejor accesibilidad, con producciones muy relacionadas con el mercado, en un contexto de baja densidad demográfica y de una importante alternativa económica facilitada por la industria textil local. La extensión del área cultivada a costa del monte se realizaba, siguiendo la coyuntura de precios, de manera fugaz, interina, bonificando parcelas a base de hormigueros. Disminuida la fertilidad, se abandonaba la parcela del monte, consiguiendo así una regeneración natural de los nutrientes. La superficie cultivada se incrementó hacia 1838, registrándose un crecimiento de la tierra dedicada al cereal y a la viña, que estuvo favorecido tanto por las reformas institucionales como por la dinámica del mercado. Las actas de los deslindes de los montes, a principios del siglo XX, demuestran que eran contados los vecinos de Enguera que no poseían una roturación, en muchos casos sin título de propiedad, aunque constaban en el amillaramiento y pagaban contribución, lo que supone una auténtica "vía campesina" de acceso a la tierra. Pero los montes de Enguera formarían parte del proceso de privatización y de consolidación de un patrimonio forestal público, según ciertos objetivos políticos de los gobernantes del Estado en cada momento. Entre éstos, asegurar en el poder a determinados grupos sociales. También por la presión, de distinta naturaleza, que ejercían la evolución de los mercados y la actitud de los que se veían perjudicados o beneficiados con las medidas que se ponían en práctica. La gestión territorial pública, mediante el arriendo de los aprovechamientos forestales al mejor postor, evidencia la pérdida del carácter comunal de los montes de Enguera. El Ayuntamiento concedía los arrendamientos a vecinos ricos o afines al Alcalde. Los demás optaron por los aprovechamientos no legitimados por una legislación que se fue adaptando a las necesidades e ideología de los dirigentes. La presumible eficiencia energética de esta agricultura orgánica tradicional estaría fundamentada en la integración de la ganadería en el agrosistema. En el caso de Enguera, la extensión inculta y los secaos absorbía las necesidades alimenticias del ganado en el interior del agrosistema, lo que ofrecía ciertas posibilidades de crecimiento. El uso del territorio se incrementó en el último cuarto del siglo XIX, también para paliar las estrecheces ocasionadas por la pobreza tras la crisis de la industria o por el desplome del precio de los productos agrarios. Las roturaciones del monte se correlacionan con la tendencia de los precios de la vid, siguen los incentivos del mercado. En definitiva, tras la crisis industrial se fue conformando un modelo de crecimiento agrario con dos vías diferentes: una relacionada con la subsistencia, a base de pequeñas explotaciones, y otra con un perfil netamente comercial, que se había dotado de fincas fértiles, con producciones orientadas en función de las señales que iban enviando los mercados. De este modo, el modelo de especialización productiva del secano estudiado puede calificarse de tardío, si se compara con otras regiones españolas. Al parecer, las regiones de la mitad meridional de la península, junto a Cataluña, experimentaron la expansión agraria más robusta durante el siglo XIX.