Género y educación superior desde las voces de las académicas. Caso Universidad Central del Ecuador
- Logroño, Mercy Julieta
- María Ángeles Martínez Ruiz Director
Defence university: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 28 September 2017
- María Ángeles Pascual Sevillano Chair
- Leandro Navas Secretary
- Gonzalo Sampascual Maicas Committee member
Type: Thesis
Abstract
La tesis voces de las académicas se realiza desde la necesidad de reflejar la heterogeneidad y multiplicidad de prácticas, discursos y sentidos, con los que se posicionan las docentes en el escenario académico, visto como un campo de oportunidades pero también de disputas y desafíos por la construcción de una igualdad sustantiva que reconozca la diversidad de género y la forja de condiciones objetivas y subjetivas para una vida plena. El desafío fue comprender las dimensiones de la desigualdad que viven las docentes, desde sus voces, y los nuevos sentidos que su presencia aporta a la academia. Desde esta artista, la investigación: “Género y Educación Superior desde las narrativas de las académicas”, analizó las oportunidades de igualdad de género en las funciones de docencia, investigación y vinculación que establece la Universidad Central del Ecuador. Con este propósito general, se indagó la perspectiva de las académicas, sobre las fortalezas y debilidades respecto a las oportunidades de acceso y acción en los procesos de formación, investigación y participación en la toma de decisiones y responsabilidades de la gestión, se analizaron los referentes y o modelos profesionales y científicos que han influido en la trayectoria profesional de las académicas; se identificaron sus valoraciones acerca de la relación con sus colegas, estudiantes y autoridades a fin de detectar la cultura institucional, las relaciones de género que se viven dentro de ella y las discriminaciones que afirman haber evidenciado durante su trayectoria laboral, y en ese marco identificar si las docentes de la Universidad Central defienden posturas equitativas en su contexto laboral. Se indagó también en su percepción en relación a los apoyos o dificultades en el seno de su núcleo familiar para su desarrollo profesional, evidenciando dentro de este campo, las posibles confrontaciones entre su compromiso profesional y el laboral. Adicionalmente la investigación averiguó acerca de las formas cotidianas de aprendizaje de las académicas. Tomando en cuenta la naturaleza de la investigación se adoptó un método cualitativo, teniendo al género como una categoría de análisis, lo que permitió entender las relaciones de poder de género en el ámbito institucional y familiar, desde la perspectiva de que las propuestas de las académicas, coadyuven a lograr una igualdad sustantiva lo que implica desmontar las concepciones culturales discriminatorias de género, étnicas y generacionales que aún permean la academia. Los hallazgos de la investigación muestran que las posturas de las académicas tienen un anclaje en los discursos liberal, culturalista-esencialista y en menor medida en los discursos feministas; esas concepciones heterogéneas son resultantes de sus prácticas y posicionamientos y muestran la complejidad de trazar senderos que contribuyan a la igualdad. Así pues, mientras desde una postura liberal, se considera a la Universidad como un espacio de oportunidades igualitarias, desde posturas feministas se aprecian las limitaciones en la incorporación de un enfoque crítico de género en las funciones sustantivas de la academia: docencia investigación y vinculación comunitaria, que contribuyan a la formación de profesionales críticas/os a la estructura inequitativa. En tal sentido, el accionar académico, es aún insuficiente para impactar en los cambios societales que naturalizan la discriminación de género que funciona articulada a las diferencias de clase, etnia, identidad sexual y generacional. Se advierte, que la invisibilización de las desigualdades y diferencias se sustenta en la existencia de un saber y poder androcéntrico, clasista y neocolonial que enfrenta la educación superior que debe redefinir su intencionalidad y compromiso para la construcción de una sociedad diversa e igualitaria. La tesis se desarrolló en seis capítulos (1) Hitos históricos de la presencia de las mujeres en la educación superior (2) los estudios de género como marco explicativo de la desigualdad (3) La academia como un espacio de disputa, (4) Cultura institucional y género (5) Diferencias de género en la academia: Factores de Desigualdad. (6) Perspectivas de aprendizaje de las académicas. CONCLUSIÓNES Las oportunidades y avances en la docencia, investigación y gestión así como sus opiniones sobre la cultura individual e inclusive las formas de aprendizaje están influenciadas por las diferentes prácticas y discursos de las académicas, a saber: liberal, esencialista-culturalista; y feminista. En este último encontramos dos influencias teóricas una influencia marxista y postmodernista principalmente. (i) La Influencia del discurso liberal que les lleva a catalogar la academia como un espacio de igualdad de oportunidades, en donde no existe ni se reproduce concepciones discriminatorias. A la luz de este enfoque se conciben la academia como un escenario abierto a las oportunidades que abre la meritocracia, resaltando en ese sentido la voluntad del individuo abstracto y singular; desde esa postura las docentes “exitosas” son aquellas, dotadas de voluntad para triunfar y aprovechar las oportunidades meritocraticos, mientras que las dificultades están relacionadas con su formación académica, valores familiares, personalidad y hasta carácter. Desde este lente, las relaciones de género no inciden en las limitaciones o dificultades que tienen las académicas. ii) Concepciones que reconocen las diferencias con connotaciones culturalistas y esencialistas sobre las mujeres. Se puede visibilizar una segundo bloque de académicas, que por el contrario reconocen las diferencias entre hombres y mujeres; esta influencia no podría ser catalogarla como exclusiva del feminismo de la diferencia, sino más bien como una influencia de la cultura de género normativa que exalta los valores femeninos de manera funcional al andamiaje de desigualdad. Desde la exaltación de lo maternal, se aduce que las mujeres tienen mejores posibilidades de realizar una labor pedagógica que rebase lo cognitivo y que impacte además en los aspectos afectivos y emocionales. Discurso influenciado desde el enfoque de género y feminista Un tercer grupo de docentes, muestra su inclinación con los derechos de las mujeres, y desde esta posición se identifican con un discurso marcado por la impronta del feminismo. Empero, estos discursos no son uniformes, apreciando dos posturas fundamentales. Una vinculada con el feminismo marxista que reivindica la incorporación del enfoque de género dentro de un campo más general por el cambio del sistema de acumulación capitalista, desde el entendido que sin un cambio del mismo, no se podrán impulsar cambios societales y de género más profundos. Esta vertiente, aparece como la más fuerte y despierta el apoyo de la corriente de izquierda especialmente marxista con la que tradicionalmente se identifican un gran grupo de docentes de la Universidad Central. Hay también la influencia de una corriente posmoderna, que trabaja porque se posicione al género como una construcción normativa pues en consonancia con Butler (20109 plantean que: “El género no es tan sólo una categoría descriptiva, sino que está implícito una valoración normativa que determina la percepción social de las mujeres y de los varones. Feminidad y masculinidad son construcciones que una sociedad hace para perpetuar su estructura y funcionamiento (Butler, 1990). En coherencia con esta línea de pensamiento, se trabaja y apoya los derechos de género, que incluyen las reivindicaciones de los colectivos GLTBI, cuyas demandas empiezan a visibilizarse en la Universidad Central, a partir del 2010, principal izando el trabajo de género desde una concepción abierta a las diferencias sexo-genéricas pues desde esta concepción las identidades sexuales no son fijas y pueden transitar en función del deseo. Entre las posturas feministas tanto marxista y postmoderna, hay varias coincidencias, siendo la fundamental la crítica al discurso androcéntrico y positivista de la ciencia por lo que se apuesta a posicionar una epistemología que de acuerdo al feminismo marxista valore tanto lo objetivo con lo subjetivo, mientras que desde el posmodernismo se enfatiza en la revalorización de la subjetividad. Las diferentes vertientes del feminismo, miran la academia como un espacio de disputa donde se confrontan diversas posiciones epistemológicas, por lo que se evidencia la cátedra como una oportunidad para cambiar los parámetros de género patriarcales, pero de la misma manera son críticas en relación al rol de la academia en la reproducción de un conocimiento y de una cultura androcéntrica. Desde este posicionamiento, se aprecian limitaciones en las funciones sustantivas de la academia, dadas especialmente en la organización androcéntrica y jerárquica de la universidad. Su postura es crítica al sistema meritocrático impuesto desde las determinaciones globales reproducidas a través del sistema de educación superior en la última década que torna invisible la estructura inequitativa. Se aprecia que el juzgamiento de los méritos en la academia. El feminismo académico, considera que aún existe una organización jerárquica y androcéntrica, la misma que se expresa fundamentalmente en la invisibilización de la diferencia sexo genérica, visible en todas las funciones académicas. Como por ejemplo, en el currículo que no incorpora el género como un eje analítico ni transversal; en la investigación en donde el género apenas constituye en el mejor de los casos una variable; mientras que en la vinculación comunitaria tampoco se contempla el género desde un enfoque interseccional. Adicionalmente el ejercicio de derechos supone la implementación de una estructura de apoyo al trabajo reproductivo principalmente los Centros de Cuidado Infantil, aquello no es más que el reflejo de lo que Bourdieu califica como “violencia simbólica”, que naturaliza la discriminación fundada en la división del trabajo y la cultura. Adicionalmente, la invisibilización de