Napoleón como modelo político en la Europa del siglo XIXel caso español (1814-1870)
- María Luisa Sánchez-Mejía Rodríguez Director
Universidade de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 04 de xuño de 2019
- Javier Moreno Luzón Presidente/a
- Jorge Vilches García Secretario/a
- Paulo Jorge Fernandes Vogal
- Nere Basabe Vogal
- Florencia Peyrou Vogal
Tipo: Tese
Resumo
La tesis doctoral parte de la necesidad de profundizar en los estudios acerca de la vertiente política del militar corso en un contexto europeo, pero prestando especial atención a las peculiaridades que presenta la España decimonónica en esa cuestión. Dado que las materias políticas son lo primordial en la investigación, en el enfoque de elaboración de la misma queda fuera la estricta historia militar. La tesis está más encaminada hacia la disciplina de la historia política y del pensamiento. La investigación pretende constatar la existencia y aplicación, dentro del marco establecido por el tipo ideal de Max Weber, del modelo político de carisma napoleónico en la España y la Europa del siglo XIX. Para ello, tras un apartado conceptual enfocado en esclarecer ideas relevantes para la investigación como carisma, mesianismo, liderazgo, cesarismo y bonapartismo, se estudian las condiciones políticas, sociales y bélicas previas que facilitaron que tal paradigma surgiese y perviviese décadas después de su muerte en Santa Helena. De esa manera, se plasma el modo en que el fenómeno de la experiencia social bélica se había extendido por el continente como nunca antes a raíz de las Guerras Revolucionarias y Napoleónicas y cómo el largo ciclo bélico español contribuyó a que el papel político de los militares empapados de los ideales de honor y gloria fuese incluso mayor. Después, la tesis pasa a desgranar el modelo político napoleónico. Elementos como la nación, la autoridad, el orden público y la reorganización administrativa son algunos de sus componentes. El mito surgido con posterioridad al fallecimiento del Emperador sirve de nexo de unión con los capítulos siguientes. A continuación, se seleccionan tres casos de distintos contextos nacionales europeos para ver cómo el modelo napoleónico fue capaz de arraigar en ellos. Son Suecia y Jean Bernadotte, Portugal y João de Saldanha, e Italia y Giuseppe Garibaldi. Si bien hay diferencias entre ellos, todos formaron parte de una ¿Internacional Liberal¿, una red no institucionalizada nacida al calor de los conflictos revolucionarios y napoleónicos, en la que las ideas de heroísmo, honor y gloria personal tenían un rol preminente. Sobrevivió en todo el continente sobre la base de exilios, revoluciones e intercambios de ideas. Napoleón tuvo un gran impacto en los tres países mencionados y su recuerdo influyó para que estos militares alcanzasen altas cotas de poder. Para el apartado español se compara al militar corso con algunos de los máximos representantes españoles del modelo de ¿general liberal¿, Rafael del Riego, Baldomero Espartero y Juan Prim, con quienes guarda paralelismos y semejanzas y quienes personificaron su modelo en España. En ellos se dieron también los elementos propios del esquema de imagen política y legitimidad carismática que ya había aparecido en su momento en el caso de Bonaparte. La búsqueda de un liberador dotado de glorias militares y prestigio suficiente fue una constante en la España decimonónica. De hecho, los tres espadones tuvieron su máximo protagonismo político en momentos diferentes del siglo, por lo que fueron capaces de encarnar el modelo de formas diversas. Entre las conclusiones de la investigación puede destacarse en primer lugar la delimitación del sistema napoleónico de poder, sobre la base de tres elementos: la existencia de una serie de libertades en peligro, las continuas amenazas internas y externas, y por último la aparición de un militar de origen humilde que haya ascendido por sus propios méritos, lo que facilita una identificación ¿popular¿ hacia él. Este modelo flexible permite albergar situaciones diversas cuando se sitúan en las coordenadas que establece. A pesar de las diferencias entre contextos geográficos, Napoleón se mantuvo como referente durante mucho tiempo, y aún hoy constituye una figura histórica claramente reconocible.