La motivación y el rendimiento académico de los estudiantes de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Central del Ecuador (Quito)
- BARRENO FREIRE, SEGUNDO NAPOLEÓN
- Leandro Navas Director
Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 18 de octubre de 2018
- Florencio Vicente Castro Presidente/a
- Olivia López Martínez Secretario/a
- Gonzalo Sampascual Maicas Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El estudio realizado en la presente tesis trata sobre la motivación y el rendimiento académico en los estudiantes de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación en la Universidad Central del Ecuador ubicada en el Distrito Metropolitano de Quito. La motivación ha sido estudiada por un sinnúmero de académicos e investigadores alrededor de todo el mundo, sin embargo aún quedan aspectos que explicar. En el contexto de la Facultad, las investigaciones son limitadas sobre este tema, más aún si se considera que la motivación tiene un rol trascendental en el proceso de aprendizaje. La investigación parte del análisis de las relaciones entre variables motivacionales y el rendimiento académico del alumnado de la Facultad. En lo concerniente a la motivación, se estudió al autoconcepto, las metas académicas y la orientación a metas. Mientras que el rendimiento académico está representado exclusivamente por las calificaciones obtenidas por los estudiantes en el periodo académico comprendido entre marzo de 2016 y julio del mismo año. La fundamentación teórica se construyó en base a la revisión de la bibliografía que explica las variables consideradas en el estudio. Como producto de la revisión documental, se llega a establecer la conceptualización de la motivación sustentada en diferentes teorías psicológicas que se han ido construyendo con los avances del conocimiento científico. Varias son las explicaciones que se han dado respecto a la motivación. Rinaudo De La Barrera y Donolo (2006), Sampascual (2007), Álva¬rez, González y García (2007) señalan que desde la matiz conductista, la motivación, tradi-cionalmente relacionada con componentes conductua¬les, es comprendida como el resultado de conexiones entre situaciones externas como los estímulos y las respuestas, que se derivan de un proceso que busca equilibrio entre la carencia, la necesidad, el impulso, la conducta y el incentivo. Mientras que desde la perspectiva cognitiva se considera que los individuos no presentan una reacción mecánica ante determinadas situaciones, más bien, la motivación constituye un proceso perceptivo e intelectual, interno y propio que va configurando las expectativas del individuo. En todo caso, las investigaciones realizadas sobre la motivación y el rendimiento han demostrado que los estudiantes que tienen un mayor nivel de motivación presentan mejores logros de aprendizaje y calificaciones. La conceptualización de la motivación ha ido evolucionando en el transcurso del tiempo. Así tenemos que para Maslow (1954), la motivación es una característica universal del organismo, además es constante, inagotable y compleja de ser comprendida. Para Pardo y Alonso (1990), la motivación es el conjunto de factores cognitivos y afectivos que intervienen en el desarrollo de una acción por parte del individuo. Garrido-Gutiérrez (1995) señala que la motivación es un proceso psicológico que establece una acción del individuo de manera inminente y alterable, y que aporta a la obtención de un propósito. Para Woolfolk (2010), la motivación es el énfasis que presenta un individuo para compensar una necesidad, generando con ello la fortaleza necesaria para impulsar o retractarse de una acción. También, García (2008) define a la motivación como el esfuerzo sostenido que impulsa al individuo a realizar acciones direccionadas a un objetivo. En este contexto, es posible hacer una aproximación a la definición de motivación sustentados en Santrock (2002), Ajello (2003), Herrera, Ramírez, Roa y Herrera (2004), Pintrich y Schunk, (2006) y Sampascual (2007), como un proceso de significativa relevancia, que proporciona la fortaleza e impulsos físicos, mentales y las razones para iniciar, direccionar y perseverar en un comportamiento que moviliza a ejecutar ciertas acciones por parte de los individuos para la consecución y logro de objetivos y metas que son parte de sus expectativas. En el ámbito educativo, la motivación es fundamental en el alumnado para lograr resultados de aprendizaje de manera efectiva. Como manifiestan García y Doménech (2005), son principalmente las características personales las que establecen en grado de motivación del estudiante para desarrollar aprendizajes en el proceso educativo, por tal razón los profesores no deben descuidar el trabajo motivacional relacionado con sus alumnos. Por tal razón, se puede explicar que en todo sistema educativo, en los procesos de aprendizaje, en el trabajo de aula, está presente de forma implícita o explícita una concepción de la motivación aplicada al trabajo académico. En este contexto, se puede afirmar que todo proceso educativo está mediado por un conjunto amplio de causas que contribuyen o limitan el aprendizaje de los estudiantes. Como ya se mencionó anteriormente, una de las variables cruciales e importantes en la acción educativa es la motivación en sus diferentes manifestaciones. La motivación puede llevar al éxito o al fracaso escolar, por tal razón, los actores educativos deben conocer y manejar apropiadamente las técnicas motivacionales, de tal forma que el proceso educativo pueda sacar el máximo provecho de este valioso aporte. En relación con los tipos de motivación, se parte de la conceptualización de que es un impulso que lleva a la persona a avanzar en determinada dirección. Ese impulso puede ser generado internamente por el mismo individuo o también puede ser alimentado desde lo externo ya sea por el profesor, la familia, los compañeros, entre otros y por el contexto social en donde se desenvuelve el estudiante. Desde esta perspectiva la motivación se clasifica en dos: la motivación intrínseca (interna) y la motivación extrínseca (externa). La interna o intrínseca trata de aquella motivación que se realiza de forma espontánea, es decir, surge en el interior del individuo. En este sentido, la motivación intrínseca procede del propio sujeto y se encuentra bajo su dominio. Por lo general, en este tipo de motivación los individuos actúan por el interés de descubrir algo nuevo. Como manifiesta Soriano (2011), los estudiantes intrínsecamente motivados asumen el aprendizaje como una finalidad, siendo este tipo de, motivación el más adecuado para lograr aprendizajes significativos. La externa o extrínseca que, como establecen Santrock (2002) y Ospina (2006), es la motivación mediada por los factores externos del individuo, es decir, esta motivación lleva al individuo a asumir una conducta para lograr una recompensa o complacer a otras personas y que desde la perspectiva conductual se exhorta en la importancia de este tipo de motivación. Contextualizando al escenario educativo, la motivación extrínseca proviene de acciones que desarrollan otras personas como los docentes, los familiares o las amistades, lo cual hace que los estudiantes logren aprendizajes para obtener beneficios. Por otro lado, la noción del rendimiento académico ha sido estudiada a nivel nacional y mundial, llegando a establecer diversas conceptualizaciones en el ámbito educativo, que se configura como multicausal, por que engloba una serie de aspectos que intervienen en el proceso. El rendimiento académico se explica desde varios puntos de vista, como son las notas o las calificaciones que el estudiante obtiene; otros lo conciben como el resultado de las complejas fases del proceso educativo. También se dice que es la síntesis de la acción educativa que recoge los aspectos cognitivos, el desarrollo de destrezas y aptitudes. Al respecto, Martín, García, Izquierdo y Ajenjo (2016) señalan que el rendimiento académico está integrado por varios componentes que influyen en el individuo. Sin embargo, no se ha logrado consensuar una definición única, pero es posible establecer que es el resultado cuantitativo del logro de aprendizaje por parte del estudiante en un periodo académico. El rendimiento académico es un aspecto trascendente del proceso educativo, ya que la enseñanza son acciones planificadas y desarrolladas fundamentalmente por los docentes para lograr un resultado en el estudiante y que se concreta en el rendimiento académico. El otro componente es el aprendizaje que constituye un esfuerzo intelectual asumido esencialmente por el estudiante y que se visualiza en el rendimiento académico. Quizás una de las definiciones más pertinente es la de Murillo (2013): El rendimiento académico es la suma de diferentes y complejos factores que actúan en la persona que aprende. Ha sido definido con un valor atribuido al logro del estudiante en las tareas académicas. Se mide mediante las calificaciones obtenidas, con una valoración cuantitativa, cuyos resultados muestran las materias ganadas o perdidas, la deserción y el grado de éxito académico (p.23). Concuerdan las investigaciones desarrolladas que para lograr un buen rendimiento académico, como menciona Gisbert (2015), debe ser considerado desde una categoría multinacional que conjuga algunas dimensiones como la dedicación al aprendizaje, la habilidad académica, el contexto socioeconómico, la motivación, los estilos de aprendizaje y la enseñanza, entre otros factores que influyen de manera directa en las calificaciones obtenidas por los estudiantes. En otras palabras, a través del rendimiento académico se determina el logro del aprendizaje alcanzado por el estudiante y se expresa mediante una calificación (sea cualitativa o cuantitativa) producto de la valoración de un conjunto de actividades académicas planificadas para el efecto. Gisbert (2015) plantea que el rendimiento académico se debe analizar como una categoría multidimensional y que, además, está relacionado con la dinámica individual y social del sistema educativo. El rendimiento académico involucra una serie de componentes como la habilidad, el esfuerzo, la actitud y la aptitud del estudiante. Además se puede explicar al rendimiento académico como el resultado o el producto de la evaluación de todo el proceso de enseñanza y aprendizaje, implementado de manera regular y no regular, obtenido de forma individual y colectiva a través de la evaluación. El rendimiento académico como producto del resultado de un proceso de evaluación, que está mediado por factores sociales del contexto propio donde se está dando la acción educativa; también por factores motivacionales intrínsecos y extrínsecos, que favorecen o dificultan el aprendizaje; y, además, por factores didácticos, pedagógicos y curriculares que ponen de manifiesto los métodos, las metodologías, los recursos, las destrezas, los contenidos o los valores, entre otros aspectos que son seleccionados para facilitar el proceso de aprendizaje. En el ámbito de la academia, Murillo (2013) plantea que existe una controversia muy fuerte en torno a señalar a las notas o calificaciones como la expresión más evidente del rendimiento académico. Es sustancial tener conciencia de que existen otros aspectos diversos, complejos y también importantes en el momento de analizar los aprendizajes generados en un proceso educativo como son: las destrezas, las habilidades, los conocimientos, los comportamientos, la práctica de valores o la pertinencia, entre otros. Sin embargo, las calificaciones son los indicadores primordiales para determinar el rendimiento académico, que se expresa con una valoración cualitativa o cuantitativa que obtiene el estudiante. En este contexto, las evaluaciones, expresadas en calificaciones de manera cualitativa o cuantitativa, son en efecto las evidencias más empleadas para verificar los resultados cuando se estudia al rendimiento académico. El propósito de la investigación es analizar las relaciones entre variables motivacionales y el rendimiento académico del alumnado de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Central del Ecuador. En este estudio participaron 2170 estudiantes de las nueve carreras de educación que están vigentes. Para el estudio del autoconcepto académico, las metas académicas y las orientaciones a metas como dimensiones de la motivación, se aplicaron tres instrumentos: la Escala SDQ - II – S (Ellis, Marsh y Richards, 2002); el Cuestionario de Metas Académicas (Hayamizu, Ito y Yohiazaki, 1989; Hayamizu y Weiner, 1991), y la Escala de Orientación a Metas (Skaalvik, 1997). Mientras que, para determinar el rendimiento académico se trabajó con los promedios de las calificaciones obtenidas por los estudiantes en todas las asignaturas tomadas en el periodo académico comprendido entre marzo y julio de 2016. El diseño de la investigación es correlacional básico, el cual se caracteriza por analizar la relación que presentan las variables sin la manipulación de las mismas. Los resultados de los análisis estadísticos descriptivos permitieron determinar las características de los estudiantes participantes. Para el estudio de la relación entre las variables se calculó el coeficiente r de Pearson, con el cual se establece la intensidad y el sentido de las relaciones. Para evidenciar si las variables sexo, jornada de estudio, situación laboral y rendimiento introducen diferencias significativas en las variables sometidas a estudio, se aplicó el análisis de contraste de medias para muestras independientes por medio de la prueba t y diferentes ANOVA. Por último, se efectuó un análisis de regresión lineal múltiple con la finalidad de verificar si las variables motivacionales predicen el rendimiento académico de los estudiantes. Los resultados más importantes encontrados en la investigación son los siguientes: - Las variables motivacionales de estudio se asemejan a una distribución normal, mientras que el rendimiento medio, muestra una distribución asimétrica. - Las variables de las metas académicas presentan correlaciones entre sí positivas y estadísticamente significativas, al igual que, con respecto al rendimiento. Esto es, se puede deducir que altas puntuaciones en las metas de aprendizaje y en las metas de logro se asocian con un mayor rendimiento académico. - Se observa una compleja correlación entre las variables de orientación a meta entre sí, ya que al parecer están relacionadas entre ellas. Las metas de aprendizaje y de aproximación al rendimiento se asocian con un mejor rendimiento académico. - En lo concerniente a las dimensiones del autoconcepto, se aprecia que casi todas las variables se relacionan de manera estadísticamente significativa entre sí. Con respecto al rendimiento académico presentan relaciones estadísticamente significativas positivas, negativas o nulas, dependiendo de las diversas dimensiones. - La variable sexo, introduce diferencias en las dimensiones del autoconcepto, al igual que el rendimiento medio, introduce diferencias en la mayor parte de las dimensiones del autoconcepto. - Los diferentes resultados de los análisis diferenciales indican que el sexo introduce diferencias en la orientación a meta de aprendizaje, en la orientación de evitación del rendimiento y en la orientación a meta de evitación del trabajo. En los tres casos la puntuación media de los hombres es superior a la de las mujeres. - Los resultados diferenciales de las metas académicas en función del sexo revelan que éste introduce diferencias en las metas de aprendizaje y en las metas de logro, siendo las puntuaciones medias de las mujeres superiores a las de los hombres. - Con respecto al nivel educativo en el que se estudia, en los resultados se observan diferencias estadísticamente significativas en la orientación a metas de aprendizaje en las que las puntuaciones medias de los estudiantes de noveno semestre son superiores a las de los del primero, del segundo, del tercero, del cuarto y del quinto. - De los resultados del análisis de regresión lineal múltiple se deduce que el rendimiento académico, el autoconcepto académico general, las habilidades físicas, la estabilidad emocional, el autoconcepto verbal, la apariencia física, la relación con el sexo opuesto, las metas de logro y las metas de refuerzo social tienen cierto poder predictivo, ya que, en su conjunto, estas variables explican el 13.2 % de la varianza en el rendimiento académico medio.