Trastorno del desarrollo de la coordinaciónprograma de intervención a través de la música, la danza y la percusión corporal (método BAPNE).
- Díaz Pérez, Ariadna
- Gregorio Vicente Nicolás Director/a
- Ana Vanesa Valero García Director/a
- Francisco Javier Romero Naranjo Director
Universidad de defensa: Universidad de Murcia
Fecha de defensa: 16 de diciembre de 2016
- Cecilia Ruiz Esteban Presidente/a
- Ana María Díaz Olaya Secretario/a
- Ángela Morales Fernández Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El Trastorno del Desarrollo de la Coordinación (TDC) es una patología relativamente reciente que afecta aproximadamente a un 5-8% de la población infantil y tiene una prevalencia muy alta considerándose como una enfermedad crónica (Camden, Wilson, Kirby y Missiuna, 2014; Cantell, Smyth y Ahonen, 2003; Rasmussen y Gillberg, 2000). Afecta a niños que no presentan ningún déficit cognitivo aparente pero que muestran un desarrollo motor deficiente para su edad, con limitaciones de coordinación y dificultades para la realización de actividades cotidianas. El TDC suele coexistir con otras enfermedades. Su etiología no ha sido aún definida por la comunidad científica, existiendo diferentes opiniones al respecto y tampoco existe unanimidad en cuanto al tratamiento. La importancia de una intervención temprana se hace patente al analizar las consecuencias ya que las dificultades motrices entorpecen el desarrollo normal de su vida diaria, tanto en el hogar como en el ámbito académico, lo que puede llegar a provocar estados de ansiedad, estrés o depresión en los niños. Es común que eviten participar en actividades físicas, causando aislamiento y sedentarismo, pudiendo desembocar en problemas de sobrepeso u obesidad. Nuestro objetivo general es evaluar la efectividad de un programa de intervención basado en la música, la danza y la percusión corporal, orientado a mejorar las capacidades motrices en niños que están en riesgo de problemas de coordinación motriz. Sobre una muestra inicial de N=114 niños de 6-8 años, se crearon dos grupos control, (GCSR, sin riesgo de problemas motrices y GCR con riesgo) y un grupo experimental (GE) de niños con riesgo a los que se le aplicó el programa de intervención. Se realizó un pretest en el que se administró el Test de Dominancia Lateral de A. J. Harris (1978) y la adaptación española de la Batería de evaluación del movimiento para niños- 2 (MABC-2; Henderson, Sugden y Barnett, 2012). Las puntuaciones escalares por debajo de 7 obtenidas en el MABC-2 se consideraron como punto de corte para establecer la existencia de dificultades de coordinación y para la distribución de la muestra. La intervención aplicada al GE tuvo una duración de 10 semanas con una sesión semanal de 50 minutos. El programa está conformado por actividades grupales con carácter lúdico basadas en la música, la danza y la percusión corporal, conectadas con los contenidos del currículo de Educación Primaria y con las que se trabajan habilidades como la destreza manual, la integración motora fina, la coordinación bimanual, la agilidad y velocidad de las extremidades superiores o el equilibrio. Posteriormente, se realizó el postest basado en la administración del MABC-2. En el análisis estadístico se utiliza un ANOVA con puntuaciones de cambio que permite comprobar la efectividad del programa con la mejora significativa del 100% de la muestra del GE, que en el pretest se encontraba dentro de la zona de riesgo y tras la intervención, aumentan significativamente las puntuaciones escalares hasta 4 puntos, situándose fuera de dicha zona. Sin embargo, el GCR no evolucionó y mantuvo sus dificultades tras el postest. También se llevó a cabo un ANOVA para dar respuesta al objetivo específico que relaciona los efectos de la dominancia lateral con la ejecución motriz de los niños. Se comprueba que no existe dicha relación, pero que la inconsistencia en el establecimiento de la lateralidad podal sí supone unos peores resultados motrices. Del mismo modo, el conocimiento deficiente de la derecha y la izquierda se asocia a las dificultades de coordinación. Asimismo, se observa un porcentaje muy alto de lateralidad cruzada, sin que esta conlleve una relación directa con el riesgo de problemas motrices.