Essays in applied microeconomics, health economics and genomics

  1. Upegui Pachon, Angie Gisseth
Dirigida por:
  1. Dimitris Christelis Director/a
  2. Anna Sanz de Galdeano Directora

Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante

Fecha de defensa: 16 de junio de 2021

Tribunal:
  1. Matilde Pinto Machado Presidente/a
  2. Marianna Battaglia Secretaria
  3. Murat Güray Kirdar Vocal
Departamento:
  1. FUNDAMENTOS DEL ANALISIS ECONOMICO

Tipo: Tesis

Teseo: 665533 DIALNET lock_openRUA editor

Resumen

Introducción Durante el ciclo de la vida, los individuos se ven expuestos a distintos factores tanto exógenos como endógenos, con diversas consecuencias sobre el comportamiento y el bienestar de los mismos. Entender la forma en que dichos factores afectan desenlaces de interés tanto a nivel individual como agregado, permite formular políticas públicas que mitiguen o potencien los efectos encontrados. En esta tesis analizo como factores socio-económicos, ambientales y genéticos afectan las decisiones de consumo y los niveles de salud de los individuos. En el primer capítulo de esta tesis, evaluó el efecto de una asignación gratuita de agua otorgada a hogares de bajos niveles socio-económicos en la ciudad de Bogotá (Colombia). Específicamente, evaluó el efecto de la asignación sobre las decisiones de consumo de agua de los individuos. En el segundo capítulo, coautorado con Anna Sanz-de-Galdeano y Anastasia Terskaya, analizamos como la asociación entre variantes genéticas relacionadas con la obesidad y el índice de masa corporal (IMC) varía a lo largo del ciclo de la vida en varias cohortes poblacionales en Estados Unidos. Finalmente, en el último capítulo, evalúo el efecto que tienen los niveles de lluvia sobre medidas objetivas de salud mental en un país en vías de desarrollo. Desarrollo Capítulo 1 Las transferencias en especie han sido ampliamente implementadas, especialmente en países en vía de desarrollo. Estas transferencias buscan brindar a los individuos niveles básico de consumo de distintos bienes y servicios. La evidencia sugiere que las transferencias en especie son preferidas a las transferencias en efectivo (Tesliuc, 2006; Cunha, 2014); sin embargo, bajo condiciones particulares, los subsidios en especie pueden generar un sobre-consumo del bien subsidiado, generando así ineficiencias en la asignación (Currie and Gahvari, 2008). A nivel internacional se ha demostrado como las transferencias en especie tienen efectos positivos sobre el bienestar de los hogares. Un ejemplo es el Programa de Apoyo Alimentario (PAL) implementado en zonas rurales de México en 2003, el cual ha generado incrementos en el consumo de frutas y vegetales (Leroy et al., 2010). Otro ejemplo es el Programa de Cupones para Alimentos instaurado en Estados Unidos desde 1961, programa asociado a incrementos generales en el gasto de los hogares en alimentos (Hoynes and Schanzenbach, 2009). Llama la atención que a pesar de que el consumo de agua es fundamental para la vida, y que se estima que mejoras en el acceso podrían evitar alrededor de 361,000 muertes cada año en niños menores de cinco años (WHO, 2019), la evidencia relacionada con subsidios en especie de agua es todavía limitada. Países como Australia, Bélgica y Sur África han implementado políticas relacionadas con asignaciones gratuitas de agua. En el primer caso, entre 1991 y 1992, la ciudad de Adelaida otorgó una asignación gratuita de 136 m3 de agua anuales a cada vivienda. Dandy et al. (1997) encuentra que este subsidio está asociado a incrementos en el consumo de agua entre hogares con un alto nivel socio-económico. Por otra parte, en 1997, la ciudad de Flanders (Bélgica) otorgó una asignación anual gratuita de 15 m3 por cada miembro de un hogar. Vanhille (2015) concluye que esta política es ineficiente ya que no tiene en cuenta economías de escala en el consumo de agua. En 2001, Sur África implementó la Política de Agua Básica Gratuita. Al igual que el Mínimo Vital, este subsidio otorga a cada hogar una asignación gratuita de 6 m3 al mes; así, teniendo en cuenta un promedio de 4 habitantes por hogar, este subsidio garantiza a cada miembro un consumo de 1.5 m3 al mes. Sin embargo, Peters et al. (2005) resalta que el tamaño de los hogares es mayor y por tanto la asignación no es suficiente para garantizar un consumo básico de agua. En 2007, la asignación se incremento a 12 m3 para hogares con bajos niveles socio-económicos y se eliminó para los demás hogares. Usando este cambio, Szabo (2015) demuestra como para los hogares beneficiarios, el consumo de agua no cambio significativamente, demostrando así que el subsidio funciona como una transferencia en efectivo. En el año 2012, en la ciudad de Bogotá (Colombia), se implementó la política pública Mínimo Vital. El objetivo de esta política es garantizar un consumo de agua básico a los hogares con bajos niveles socio-económicos. De esta forma, los hogares beneficiarios reciben una asignación gratuita de 6 m3 por mes. La evidencia relacionada con esta política se centra en su factibilidad financiera (Sayago and Sayago, 2011; Hernández and Méndez, 2013) y comparación con otras políticas similares (Vargas and Heller, 2016). Sin embargo, la evidencia con respecto al efecto de la política en el comportamiento Introducción de los hogares es limitada. En este capítulo, evalúo el efecto del Mínimo Vital en la probabilidad de tener un consumo intermedio de agua, el cual es equivalente a consumir más de 1.5 m3por persona por mes, en el consumo y factura de agua de los hogares y en la probabilidad de reutilizar agua y recoger agua lluvia. Estos resultados brindan una idea acerca de la manera en la cual la asignación gratuita puede cambiar el comportamiento de los hogares. Adicionalmente, con el fin de determinar si el subsidio tiene algún efecto sobre la salud de los niños, evalúo el efecto del Mínimo Vital sobre la prevalencia de diarrea en menores de cinco años. Finalmente, propongo la probabilidad de poseer un lavamanos y un tanque de agua como posibles mecanismos para explicar los resultados obtenidos. Este trabajo aporta a la literatura de las siguientes formas: 1. Incrementando la evidencia existente acerca de los efectos de transferencias de agua en un país en vías de desarrollo. Particularmente, este trabajo aporta nueva evidencia acerca del efecto de este tipo de asignaciones en una zona urbana donde la mayoría de los hogares tiene acceso al agua potable, pero restricciones financieras interfieren en el consumo ´optimo del bien. 2. Este trabajo contribuye proponiendo mecanismos novedosos que no han sido explorado anteriormente. 3. Finalmente, este trabajo busca ayudar a tomadores de decisiones a encontrar formas más eficientes de asignar subsidios centrándose en la población más vulnerable. En Colombia, las viviendas son clasificadas en seis estratos o niveles socio-económicos según sus características físicas y el entorno en el que se encuentran ubicadas (Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), 2015). Esta clasificación es usada para la asignación de tarifas, subsidios e impuestos relacionados con servicios públicos; de esta forma, los hogares residentes de viviendas con estrato 1, 2 y 3 son elegibles para recibir subsidios, los hogares residentes en viviendas estrato 4 pagan tarifas sin subsidios ni impuestos, finalmente los hogares residentes en viviendas estrato 5 y 6 pagan impuestos. A pesar de que dicha clasificación no depende del nivel de ingreso de los hogares, existe una alta correlación entre ésta última variable y el estrato socio-económico (Alzate, 2006). El Mínimo Vital fue otorgado a todos los hogares con nivel socio-económico o estrato 1 y 2; asignando así el subsidio a más del 40% de los hogares. De acuerdo con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), al tener una asignación gratuita de agua, los hogares pagarían menos en la factura del agua y el dinero ahorrado podría destinarse al consumo de otros bienes y servicios (Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), 2012). Según esta hipótesis, el subsidio funcionaría como una transferencia en efectivo. Para evaluar el efecto del Mínimo Vital, utilizo información de la Encuesta Multipropósito Bogotá D.C., desarrollada por el Departamento Nacional de Estadística (DANE). Esta encuesta de corte 12 transversal fue realizada por primera vez en 2011 (antes de la implementación de la política) y una segunda versión se llevó a cabo en 2014. Esta encuesta contiene características y gastos de los hogares y sus miembros, estrato socio-económico y permite la identificación de actividades relacionadas con el consumo de agua. Para el análisis, la muestra es restringida a hogares con estrato 1, 2, 3 y 4. De esta forma, defino como grupo de tratamiento a los hogares con estrato 1 y 2 y como grupo de control a los hogares con estrato 3 y 4. Como estrategia empírica propongo un modelo de diferencias en diferencias, donde las variables de interés son: una dummy igual a 1 si el consumo de agua por persona por mes es mayor o igual a 1.5 m3, el consumo de agua, la factura del agua (medida en log) y la probabilidad de reutilizar agua y recoger agua lluvia. También evalúo el efecto sobre la prevalencia de diarrea en menores de cinco años. Como variables de control incluyo características socio-económicas como el ingreso y un índice de riqueza. Este índice, es posteriormente usado para agrupar a los hogares en cuartales. De esta manera, evalúo el efecto del Mínimo Vital en cada uno de estos cuartales y testeo si existencia de diferencias entres ellos. Para alcanzar el balance entre covariables y mejorar el supuesto de tendencias paralelas requerido en un modelo de diferencias en diferencias, uso el esquema de balanceo entrópico propuesto por (Hainmueller, 2012). Bajo este esquema, cada observación del grupo control se vuelve a ponderar para que coincida con los momentos del grupo tratado. Como resultado de la asignación gratuita de agua, encuentro que la probabilidad de tener un consumo intermedio de agua incrementa en 15.7 puntos porcentuales, el consumo de agua aumenta en 2.55 m3 y la factura del agua disminuye alrededor de un 10%. También encuentro un aumento de 9.7 puntos porcentuales en la probabilidad de reutilización de agua y ningún efecto sobre la probabilidad de recolección de agua de lluvia. El análisis por cuartales del índice de riqueza sugiere que los impactos de la política son más fuertes para los hogares más pobres. Es importante destacar que la prevalencia de diarrea entre menores de cinco años pertenecientes a los hogares más pobres, se redujo significativamente con la política. En términos de los mecanismos, encuentro que el porcentaje de hogares que poseen un lavamanos y un taque de agua incrementan. Los resultados encontrados son consistentes con las predicciones teóricas de los subsidios en especie, en cuanto los hogares experimentan un incremento en el consumo de agua acompañado por una disminución en la factura respectiva; por tanto, los hogares tienen un ingreso disponible mayor el cual es destinado al consumo de bienes durables. Sin embargo, todos los hogares con niveles socioeconómicos 1 y 2 reciben el subsidio, por lo que es importante considerar una forma alternativa de asignar el subsidio enfocándose en los hogares más pobres. capítulo 2 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, desde 1975 la obesidad casi se ha triplicado a nivel mundial, y alrededor del 39% y el 13% de la población adulta mundial tenía sobrepeso y obesidad, respectivamente. La prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre niños y adolescentes se ha incrementado de forma más dramática al pasar del 4% en 1975 a poco más del 18% en 2016. La obesidad es un problema multifacético con múltiples determinantes. Por tanto, su análisis no se ha basado en una única perspectiva; de esta forma, académicos de distintas disciplinas han contribuido al avance del conocimiento en esta área. Los científicos sociales a menudo se han centrado en el papel que desempeñan la actividad física y la dieta, elementos que a su vez son afectados por factores como los precios de los alimentos, las políticas agrícolas, los ingresos, el empleo materno y la tecnología (Cawley, 2011; Cutler et al., 2003; Cawley, 2015). Es importante resaltar que el índice de masa corporal (IMC) también se ve afectado por factores genéticos, y es sabido que la obesidad es altamente heredable y poligénica (ver por ejemplo Maes et al. (1997); Yang et al. (2007); Speliotes et al. (2010); Sandholt et al. (2012); Visscher et al. (2012); Zaitlen et al. (2013); Jou (2014); Domingue et al. (2014); Locke et al. (2015); Yengo et al. (2018)). En este artículo, co-autorado con Anna Sanz-de-Galdeano y Anastasia Terskaya, estudiamos como la asociación entre variantes genéticas relacionadas con la obesidad y el IMC varía a lo largo del ciclo de la vida en varias cohortes poblacionales en Estados Unidos, donde la obesidad, que afecta aproximadamente al 39% de los adultos, ha aumentado dramáticamente en las últimas décadas (OECD, 2017), y condiciones relacionadas con la obesidad son algunas de las principales causas de muerte prevenible (NHLBI, 2013). Nuestro artículo está relacionado con una rama creciente de la literatura que investiga cómo la predisposición genética de los individuos hacia diferentes fenotipos interactúa con el entorno (Boardman et al., 2013, 2014). Con respecto a la obesidad, trabajos anteriores han demostrado que el nivel socio-económico durante la infancia (Liu and Guo, 2015), la comprensión social del tamañoo corporal (Boardman et al., 2012) y la educación de los individuos (Barcellos et al., 2018), moderan la influencia de las variantes genéticas relacionadas con la obesidad en fenotipos relacionados con la misma. En cambio, otra rama relacionada de la literatura ha utilizado la cohorte de nacimiento como indicador de exposición al ambiente obesogénico. Estudios realizados en Estados Unidos han demostrado que la asociación entre las variantes genéticas relacionadas con la obesidad y el IMC es mayor entre los individuos nacidos en cohortes más recientes (Demerath et al., 2013; Walter et al., 2016; Liu and Guo, 2015; Rosenquist et al., 2015). Además, Rokholm et al. (2011b) y Rokholm et al. (2011a) han descubierto un aumento en la contribución de los factores genéticos a la variación del IMC para las sucesivas cohortes de nacimiento en Suecia y Dinamarca, respectivamente. Este conjunto de resultados se ha interpretado como evidencia de que el riesgo genético de las personas de tener un IMC elevado se amplifica cuando sus vidas se desarrollan en contextos sociohistóricos más obesogénicos. Este artículo se centra en una temática relacionada que ha recibido menos atención en la literatura: ¿La asociación entre las variantes genéticas relacionadas con la obesidad y los fenotipos relacionados con la mima se atenúa o fortalece a medida que los individuos de la misma cohorte envejecen? Khera et al. (2019) demostraron recientemente que la brecha en la prevalencia de obesidad severa entre los individuos en los deciles de puntaje poligénico superior e inferior se amplía durante la transición de la edad adulta joven a la mediana edad en los Estados Unidos. También se ha descubierto un patrón similar en el peso de los niños desde el nacimiento hasta los 18 años en el Reino Unido. Belsky et al. (2012) utilizan el Estudio multidisciplinario de salud y desarrollo de Dunedin, que siguió a las personas nacidas en 1972-73 en Dunedin (Nueva Zelanda) desde el nacimiento hasta los 38 años, y encontraron que las puntuaciones más altas de riesgo genético del IMC predicen un mayor crecimiento del IMC durante la infancia (de 3 a 13 años), así como durante la edad adulta (de 13 a 38 años). Este artículo aporta a la limitada literatura sobre los efectos de la interacción gen-edad en el IMC (Lasky-Su et al., 2008; Khera et al., 2019; Hardy et al., 2010; Belsky et al., 2012) mediante el análisis del efecto de las puntuaciones poligénicas del IMC a medida que los individuos pasan de la adolescencia a la edad adulta joven y de la mediana edad a la vejez. Adicionalmente, analizamos si los perfiles del ciclo de la vida de la influencia genética difieren significativamente según las características individuales, como el género y el nivel socio-económico. Nos basamos en datos de dos encuestas representativas longitudinales que contienen datos del genoma de los encuestados: el Estudio Nacional Longitudinal de Salud de los Adolescentes (Add Health) y el Estudio de Salud y Jubilación (HRS). El HRS recopila información cada dos años sobre salud, antecedentes socioeconómicos, empleo, ingresos, riqueza y otros factores relevantes para el envejecimiento y la jubilación. El genotipado se realizó utilizando muestras de ADN recolectadas durante entrevistas realizadas a la mitad de la muestra del HRS partir del 2006 (y en olas posteriores para nuevos participantes). Por lo tanto, los encuestados deben haber sobrevivido al menos hasta que comenzó el genotipado (2006-08) para ser parte de nuestro análisis. El análisis de referencia se basa en una muestra de panel equilibrada de 3.181 de ascendencia europea que permanecieron en la encuesta desde 1992 hasta al menos 2008, y para quienes se tienen datos genéticos válidos, así como información disponible sobre su edad, sexo, altura y peso. Nos centramos en las personas de ascendencia europea porque las puntuaciones poligénicas de IMC que utilizamos se construyeron utilizando los resultados de un estudio de asociación del genoma que se basó principalmente en una muestra de individuos de ascendencia europea (Locke et al., 2015). Con base en la información de estatura y peso reportada por los participantes, calculamos el índice de masa corporal para en cada ola. Las personas fueron clasificadas como obesas si su IMC es fue de 30 o más, siguiendo la recomendación de la Organización Mundial de la Salud con respecto a los umbrales de IMC para definir la obesidad en adultos (World Health Organization, 2000). Por su parte, Add Health se basa en una muestra estratificada de 80 escuelas secundarias y 52 escuelas intermedias con probabilidad de selección proporcional al tamaño de la escuela. La primera ola de Add Health incluyó un cuestionario en la escuela, una entrevista detallada en el hogar, y un cuestionario para padres. Los individuos de la muestra han sido seguidos hasta la actualidad. Usamos datos de todas las olas de Add Health disponibles. La información demográfica de referencia sobre los estudiantes y sus familias se obtiene de la primera ola, mientras que los datos reportados sobre el peso y la altura que se utilizan para construir el IMC se obtienen de cada ola. Las muestras de saliva para la extracción de ADN se recolectaron en cuarta ola a todos los participantes. Nuestros análisis de Add Health se basan en una muestra panel equilibrada de 2.730 individuos de ascendencia europea que permanecieron en la encuesta desde la primera hasta la quinta ola, con datos genéticos válidos, así como información sobre edad y sexo, altura y peso disponible en todas las olas. Tanto Add Health como HRS incluyen puntuaciones poligénicas del IMC, índice s que resumen el riesgo genético de las personas de tener un IMC elevado. Estas PGS del IMC se calcularon basándose en el estudio de asociación de genoma amplio (GWAS, por sus siglas en inglés) para el IMC realizado por Locke et al. (2015) en una muestra de 339,224 individuos. Un GWAS escanea todo el genoma para identificar polimorfismos de un solo nucleótido (SNP, por sus siglas en inglés) que están asociados con un resultado particular mientras usa umbrales de significacia estrictos para lidiar con pruebas de hipótesis múltiples. Los SNP son posiciones en el genoma donde existen diferencias entre los individuos que pueden asociarse con un rasgo particular. Belsky and Israel (2014) proporciona más detalles sobre la construcción de puntuaciones de riesgo genético a partir de los resultados de GWAS. Encontramos que el efecto de las puntuaciones poligénicas del IMC sobre el IMC aumenta significativamente a medida que los adolescentes pasan a la edad adulta. Específicamente, nuestros resultados para la cohorte más joven (Add Health, nacido en 1974-84) indican que un aumento de una desviación estándar en las puntuaciones poligénicas del IMC se asocia con un aumento de 4, 2% en el IMC entre los 15 y 16 años, mientras que el incremento asciende al 5, 7% cuando las personas tienen alrededor de 28 años. Para la primera cohorte HRS Original (nacida en 1931-41), el efecto de las puntuaciones poligénicas del IMC asciende a 4, 2% cuando los encuestados tienen alrededor de 55 años, y permanece estable mientras transitan a la vejez. A su vez, descubrimos patrones del ciclo de vida igualmente estables cuando nos enfocamos en cohortes posteriores del HRS (nacidas entre 1942 y 1953) de más de 55 años. Nuestro resultado principal no cambia cuando se analizan los perfiles del ciclo de vida de las personas por género y nivel socio-económico. También encontramos que, en la ´ultima cohorte de Add Health, el efecto de las puntuaciones poligénicas del IMC es significativamente más fuerte entre personas con un nivel socio-económico más bajo durante su niñez que para sus contrapartes de nivel socio-económico alto. Por el contrario, la influencia genética en el IMC no varía significativamente según el nivel socio-económico en ninguna de las cohortes del HRS que analizamos. También encontramos que los patrones de influencia genética en el IMC no varían significativamente por género en ninguna de las cohortes analizadas. capítulo 3 La salud mental es un problema creciente a nivel mundial. De acuerdo con la organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 450 millones de persona sufren desordenes mentales, es así como tales desordenes son una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en el mundo (WHO, 2019). En los países en vías de desarrollo, los recursos dedicados a la salud mental son limitados y factores como la pobreza representan una amenaza para el bienestar de la población (Pan American Health Organization, 2017). Entender las causas detrás de los problemas de salud mental en países en vías de desarrollo constituye un tema relevante para mejorar la prestación de servicios de salud y disminuir la carga la enfermedad. En las últimas décadas, el cambio climático ha afectado drásticamente las condiciones climáticas. La temperatura ha incrementado mundialmente y los patrones de lluvia han cambiado significativamente (Trenberth, 2011). Mientras en algunas regiones del mundo los niveles de lluvia han incrementado, en otras pasa el fenómeno contrario haciendo que eventos extremos como las sequías y las inundaciones sean cada vez más frecuentes (World Meteorological Organization, 2019). A pesar de que la evidencia acerca del efecto causal de las condiciones climáticas sobre resultados de salud mental es creciente, ésta todavía es escasa (Burke et al., 2018). El objetivo de este capítulo es brindar nueva evidencia acerca del efecto causal de la lluvia sobre medidas objetivas de salud mental en un país en vías de desarrollo. Específicamente, evalúo el efecto de la lluvia en los intentos de suicidio, el número de individuos tratados por problemas de salud relacionados con el estrés y el número de individuos tratados por depresión en Colombia. Debido a que la lluvia puede afectar el desarrollo de ciertos tipos de trabajo, en especial aquellos desarrollados al aire libre, investigo el desempleo como posible mecanismo para explicar los resultados obtenidos. Por otra parte, teniendo en cuenta que en Colombia la tasa de informalidad ronda el 50%, investigo las horas trabajadas durante la semana anterior como segundo mecanismo. La hipótesis detrás de este mecanismo consiste en que los trabajadores del sector informal, al no tener las mismas prestaciones sociales que los trabajadores del sector formal, deben continuar trabajando aún bajo condiciones climáticas adversas. Este documento contribuye a la literatura en 4 aspectos: 1. Provee evidencia adicional sobre el efecto causal de las condiciones climáticas, Específicamente la lluvia, sobre resultados de salud mental. 2. Ayuda a entender el efecto de la lluvia en un país desarrollado con una alta variabilidad climática y una preocupación creciente hacia problemas de salud mental. 3. Al usar medidas objetivas de salud mental, este documento incrementa la evidencia existente sobre variables poco estudiadas. 4. Finalmente, este documento propone mecanismos que ayudan a entender la conexión entre condiciones climáticas y salud mental. La literatura en economía ambiental se ha centrado en los efectos de desastres naturales en diferentes resultados como la salud infantil (Currie and Rossin-Slater, 2013; Datar et al., 2013; Torche, 2011; Rosales-Rueda, 2018; Oliveira and Quintana-Domeque, 2016), la educación (Deuchert and Felfe, 2015; Rush, 2018; Valencia Amaya et al., 2014), el crecimiento económico y el mercado laboral (Barone and Mocetti, 2014; Keerthiratne and Tol, 2018; Acevedo, 2016) y la salud física y mental (Fernández et al., 2015; Matsubayashi et al., 2013). Sin embargo, vale la pena resaltar que los efectos encontrados se deben al poder destructivo de dichos desastres. Sin embargo, poco se sabe acerca del efecto de condiciones climáticas sobre resultados de salud mental. Christodoulou et al. (2012) establece una de las primeras conexiones entre condiciones climáticas y salud mental, encontrando picos en las tasas de suicidio a nivel mundial durante la primavera. Por su parte Hanigan et al. (2012) encuentra esta misma relación en Australia. A su vez, los autores encuentran que las tasas de suicidio incrementan durante periodos de sequía. Estos documentos resaltan la importancia de entender la relación entre condiciones climáticas y salud mental desde una perspectiva causal. Hasta el momento, se ha demostrado que en países desarrollados incrementos en las temperaturas generan incrementos en las tasas de suicidio (Burke et al., 2018), incrementos en el número de visitas a las salas de emergencia (Mullins and White, 2019) e incrementos en comportamientos violentos Baysan et al. (2019). Con respecto a los niveles de lluvia, Obradovich et al. (2018) muestra que incrementos en los niveles de lluvia afectan negativamente medidas subjetivas de salud mental. Sin embargo, poco se sabe de los mecanismos detrás de esta relación. Para evaluar el efecto de los niveles de lluvia sobre la salud mental en Colombia, utilizo datos provenientes del Observatorio de Salud Mental Colombiano. Este observatorio fue creado en 2009 como resultado de la preocupación creciente sobre la salud mental de la población. De este observatorio obtengo las variables de interés analizadas: intentos de suicidio, el número de individuos tratados por problemas de salud relacionados con el estrés y el número de individuos tratados por depresión por cada 100,000 habitantes a nivel municipal para el periodo 2009-2018. La agregación de la información a nivel municipal tiene dos problemas potenciales: 1. La confiabilidad de los datos para municipios pequeños y 2. La capacidad de los municipios pequeños para atender problemas de salud mental. Como consecuencia, es muy probable que individuos con problemas de salud mental que residen en municipios pequeños, deban desplazarse a municipios más grandes con mayor capacidad de atención. Por esta razón y debido a que la información con respecto a los mecanismos que propongo se encuentra disponible únicamente para los 23 municipios principales, restrinjo el análisis a estos municipios. Vale la pena resaltar que estos municipios incluyen las ciudades más importantes de Colombia, de esta forma, es posible garantizar que los individuos que residen en estos municipios tienen acceso a los servicios de salud mental. Los datos relacionados con los niveles de lluvia son obtenidos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). Dicha información proviene de estaciones climáticas ubicadas a lo largo del país, lo cual proporciona una alta fiabilidad de las medidas climáticas (Dell et al., 2014). Vale la pena resaltar que, según el Banco Mundial, Colombia es uno de los países con mayores niveles de lluvia a nivel mundial (The World Bank, 2020a), haciendo de este un escenario interesante para analizar el efecto de condiciones climáticas sobre resultados de salud mental. Finalmente, relaciono los niveles de lluvia con las variables de salud mental. Mi muestra final consiste en un panel de 23 municipios durante el periodo de 10 años 2009-2018. Por su parte, la información para estudiar los mecanismos propuestos proviene de la Gran Encuesta Integrada de Hogares. Esta encuesta se lleva a cabo mensualmente y es la encuesta que emplean las autoridades oficiales para analizar desenlaces de mercado laboral. Para identificar el efecto causal de los niveles de lluvia sobre resultados de salud mental, propongo un modelo de efectos fijos, lo cual es una práctica estándar en la literatura (Dell et al., 2014; Mullins and White, 2019; Baysan et al., 2019; Obradovich et al., 2018). Mi estrategia empírica implica que después de controlar por efectos fijos de municipio y año, la variación restante en los niveles de lluvia es cuasi-aleatoria. En este capítulo encuentro que un incremento de 1 mm en los niveles de lluvia, incrementa los intentos de suicidio en 5.46 casos, el número de individuos tratados por problemas de salud relacionadas con el estrés en 69 casos y el número de individuos tratados por episodios de depresión en 57 casos por cada 100,000 habitantes. En cuanto a los mecanismos, encuentro que incrementos en los niveles de lluvia incrementa la probabilidad de estar desempleado en 0.009 puntos porcentuales. Entre la población trabajadora, encuentro que incrementos en los niveles de lluvia únicamente afecta a los trabajadores del sector formal. Este resultado sugiere que los trabajadores del sector informal continúan trabajando aún bajo condiciones climáticas adversas. Una de las principales limitaciones de este trabajo es que la información utilizada está agregada a nivel de municipio, por lo que incluso cuando encuentro una relación negativa y significativa entre lluvia y salud mental, no puedo hacer ninguna inferencia a nivel individual. La existencia de micro datos con medidas objetivas de salud mental puede ayudar a superar esta limitación. Por otra parte, es importante tener en cuenta que debido a que el análisis está restringido a los 23 municipios principales, los resultados obtenidos deben interpretarse como un límite superior. Es muy probable que individuos residentes en municipios pequeños deban ser atendidos en municipios principales con una mayor capacidad para atender problemas de salud mental. Con el avance del cambio climático, se espera que el comportamiento de las temperaturas y los niveles de lluvia sigan cambiando drásticamente en los próximos años. En este sentido, es importante implementar políticas públicas que ayuden a los individuos a atenuar los efectos negativos de condiciones climáticas adversas. Actualmente en Colombia, los trabajadores informales no tienen acceso a beneficios de seguridad social, por tanto, los gobiernos locales podrían proveer subsidios a esta población con el fin de contrarrestar dichos efectos negativos. Así mismo, en países como Colombia no existen subsidios al desempleo, por tanto, las personas desempleadas no tienen ninguna fuente de ingreso que les permita compensar la pérdida de salarios. Los subsidios al desempleo podrían ayudar a compensar dicha perdida y atenuar así los efectos negativos en la salud mental de los individuos. Finalmente, es importante fortalecer los servicios de salud mental para reducir desenlaces fatales como los suicidios. Conclusiones Esta tesis contribuye a temas de Microeconomía Aplicada, Economía de la Salud y Genómica de distintas maneras. El primer capítulo incrementa la evidencia existente acerca del efecto de asignaciones gratuitas de agua en entornos urbanos, donde la evidencia es escasa (Dandy et al., 1997; Szabo, 2015; Peters et al., 2005). Adicionalmente, contrasta empíricamente el modelo teórico de transferencias en especie versus transferencias en efectivo (Cunha, 2014), encontrando que, en el caso del Mínimo Vital, la asignación funciona como una transferencia en especie al incrementar el consumo de agua y disminuir el pago de la factura. En términos de salud, este capítulo muestra que, entre la población más vulnerable, la asignación gratuita de agua disminuye la prevalencia de diarrea en menores de cinco años. El segundo capítulo aporta a la limitada literatura sobre los efectos de la interacción gen-edad en el IMC (Lasky-Su et al., 2008; Khera et al., 2019; Hardy et al., 2010; Belsky et al., 2012) mediante el análisis del efecto de las puntuaciones poligénicas del IMC a medida que los individuos pasan de la adolescencia a la edad adulta joven y de la mediana edad a la vejez. De esta forma encontramos que el efecto de las puntuaciones poligénicas del IMC en el IMC aumenta significativamente a medida que los adolescentes pasan a la edad adulta. Sin embargo, este no es el caso para personas mayores de 55 años que nacieron en cohortes anteriores, cuyo influencia genética a lo largo del ciclo de la vida es notablemente estable. Una posible explicación de nuestros resultados es que el efecto de las puntuaciones poligénicas del IMC sobre el IMC aumenta hasta que las personas alcanzan una determinada edad y se mantiene estable a partir de entonces. Esta hipótesis es consistente con Hardy et al. (2010), quienes encuentran que la asociación entre genes e IMC alcanza su punto máximo en la edad adulta temprana. El último capítulo aporta a la escasa literatura sobre los efectos de condiciones climáticas sobre medidas objetivas de salud mental (Mullins and White, 2019). Hasta donde sé, este es el primer documento que evalúa el efecto de los niveles de lluvia sobre medidas objetivas de salud mental en un país en vías de desarrollo. En este capítulo encuentro que incrementos en los niveles de lluvia incrementan los intentos de suicidios y el número de personas atendidas por depresión y problemas de salud relacionados con el estrés. Por otra parte, también estudio resultados de mercado laboral como posibles mecanismos, encontrando que entre trabajadores informales condiciones climáticas adversas tienen un mayor efecto. Bibliografía consultada Acevedo, M. C. 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